25| Una noche conmigo

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25| Una noche conmigo

|Alexa


—¿Te comió la lengua el gato? ¿O es que ya se te olvidó hablar?

Christopher me tenía agarrada de la cintura mientras yo seguía a horcajadas sobre él. Miles de preguntas rondaban mi cabeza, ¿cómo llegó él aquí? ¿Por qué se interpuso en mi camino cuando salté? ¿¡Y por qué demonios no me deja levantar?

André y Annika estaba con sus ojos puestos en nosotros, no sabía si ellos podían escucharnos, pero no dejaban de ver nuestro extraño encuentro.

—Christopher —mi voz salió en un susurró —suéltame, todos nos están viendo —intenté levantarme, pero sus manos se aferraban a mi cintura.

—¿Ahora no quieres que te vean? —dijo —mientras estaba en el columpio disfrutando de la atención de mi hermano menor te veías feliz y sin una pizca de vergüenza en tu cuerpo.

Él alzó una de sus cejas mientras que su mirada me escaneaba y recorrían cada parte de mí, sus ojos azules tan intensos y profundos como el océano pasaba por todo mi cuerpo, mi rostro, y quizás, hasta mi alma.

—Estaba jugando con Annika —me defendí —no estábamos haciendo nada malo, ahora suéltame o grito —lo amenacé.

Él mojos sus labios pasando su lengua por ellos, esa simple acción hizo que una corriente eléctrica viajara desde mi columna hasta...

No es hora de pensar en eso Alexa, contrólate.

Sus manos se alejaron poco a poco de mí, no sin antes rozar mi cintura erizando mi piel a su paso.

Como su tuviera un resorte en mis piernas, me levanté alejándome lo más posible de él, mientras caminaba de vuelta hacía Annika y sacudí el polvo de mi uniforme.

—¿Qué haces aquí, hermano? —Andréi saludo a Christopher con un abrazo.

Annika corrió hacía Christopher dándole un beso y un abrazo, pero de inmediato regresó para seguir en el juego.

—Me dijeron que Annika estaba en sus clases de ballet, quise llevarla a comer un helado —él se encogió de hombros —no sabía que tú estabas acá.

—Tuvimos la misma idea, yo la iba a llevar al cine. —Él rio —que casualidad, ¿no crees?

Si, que casualidad.

Ambos hermanos voltearon su mirada hacía mí. Mi vista bajó de ellos hacía la pequeña de cabellos rubios ignorando completamente a los hombres frente a nosotras.

—Bien, creo que es hora de llevar a la niña a casa, ya tuvo muchas aventuras por hoy —dije aun sin alzar los ojos y tomé a Annika de la mano —es hora de tu merienda.

Ella comenzó a saltar emocionada y corrió de nuevo hacía sus hermanos.

—¿Vamos a comer merienda? —ella les preguntó y ellos asintieron —¡Si!

La niña corrió sin control hasta el auto donde comenzó a gritarle al señor López mientras saltaba de un lado a otro. Comenzamos a caminar hacía el auto, pero una mano me tomó de brazo y le jaló hacía atrás. Andréi iba adelante, mientras que Christopher y yo nos quedamos atrás.

—Tienes exactamente siete segundos para decirme ¿Qué mierda hacías aquí con mi hermano menor? —Su agarré en mi brazo se intensificó.

—No estaba haciendo nada —respondí mientras tiraba de mi brazo para liberarlo—Y ahora suéltame que me lastimas.

Deseo (1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora