Cuando mamá me dió a luz, mi padre no estuvo contento, pensó que nacería un varón, pero no...nací yo, y por eso nos abandonó como todos los demás en nuestra familia.

Crecí con todo el amor que mi madre me podía dar, pero no estábamos en buena situación económica, por esto se casó. Ese hombre me odiaba, pero yo solo lo aguantaba por mi madre. Al cumplir 18 años, discutí con él, me fui de casa porque mi mamá le hacía más caso a el que a mí. Sin pensarlo dos veces me fui a media noche al otro lado del inmenso bosque que por alguna extraña razón rodeaba totalmente el pueblo en el que vivía. ¿Que había del otro lado?. No me lo podía creer.
Encontré una ciudad devastada por la guerra, estaba devastada y totalmente abandonada...o eso creía...

Me adentré en aquel lugar, estaba asustada y mucho... Comencé a escuchar ruidos. ¿Eran pasos? Me pregunté. Llamé sin obtener respuesta alguna más que el silencio perturbador de aquella ciudad.
Un humo o neblina muy extraña comenzó a elevarse, sentí mucho sueño...

Cuando abrí los ojos estaba en mi habitación.
-¿Cómo llegué aquí?.
Estaba con un hermoso vestido verde pastel con algunas flores decorándolo.
-¿Que es todo esto?
Escuché risas fuera de la habitación, al asomarme estaban mi madre, su esposo y un hombre, increíblemente hermoso vestido con un muy elegante traje de color negro, su cabello era negro al igual que sus ojos, su piel era tan blanca, y tenía tatuajes muy extraños en su mano derecha. Pensé que era un sueño así que me pellizqué. Por desgracia para mí no era un sueño.
El joven se había percatado de mi presencia y volteo a verme, traté de ocultarme pero era tarde.
- La chica ha despertado, despidance de ella. Nos iremos al amanecer. El muchacho, que no aparentaba tener más de 25 años, entró a una de las habitaciones vacías de la casa. Salí a pedir explicaciones, pero no me dieron tiempo de hablar.
- Jessica, te deseo lo mejor. A partir de ahora te irás a vivir con el señor Johan.
-¿Que?, mamá, no entiendo, ¿de qué se trata todo esto?
-Mariam, espero que tu hija no nos dé problemas

Ese maldito hombre siempre se mete en todas mis conversaciones, mi madre ha dejado de amarme por su culpa. Lo odio. Una de las mejores partes de todo este jaleo es que no lo voy a tener que ver nunca más.
-Ya cállate, no te estaba hablando a tí, estoy hablando con mi madre.
-A mi no me gritas mocosa...

Me levanto la mano, creo que tenía pensado pegarme, pero alguien lo detuvo. Alguien que tenía un tono muy amenazante. Levanté la mirada y era...era él...

-Ni se te ocurra ponerle una mano encima, desde que la traje de vuelta a casa e hizimos el trato, ella me pertenece, no puedes tocarla. Si lo haces, abstente a las consecuencias.
-No joven, no me atrevería.

¿Que estaba pasando? No entendía nada...

Vestida de NoviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora