Capítulo 41: Noche de karaoke

12 9 0
                                    

Vera.

Le conté todo a mis amigos, estaban furiosos, no podían creer lo patán que se portó conmigo. Mi madre decidió posponer un día el viaje a Milán, así que decidieron que el mejor lugar para animarme sería un bar.

Ahora sé la razón por la que me dejó, y es nada más y nada menos que Brooklyn, la hermana de Dante. Resulta que se van a casar muy pronto.

Lo que no entiendo es por qué. Decía estar tan enamorado de mí, ¿y para qué? para después dejarme por otra. Yo sé que es guapa, y que no hubiera podido competir contra ella, pero él fue el que me insistió.

Jamás imaginé amar tanto a alguien, y sé que es algo que tardará años en sanar.

Se lo advertí, se lo advertí, y le importó muy poco, le dije que no estaba preparada para una relación, ¿y qué hizo? me buscó hasta en la escuela, me persiguió, fue tras de mi a Italia, ¿por qué?, ¿por qué lo hizo si no era yo a quien amaba?

No me dejo de reprochar. Por algo me mantenía soltera.

—No lo puedo creer. Es un idiota. —Violeta deglute una papa mientras niega con la cabeza.

Prefiero ya no dedicarle más lágrimas, mejor me dedico a tomar para no sentir.

—Bebé, todo estará bien, todo pasará. Míranos, a ambos nos cambiaron por rubias desabridas. —Luka se empina el shot de tequila y hace una mueca de disgusto.

—Dios mío, ¿qué voy a hacer con dos corazones rotos? —Nos arrastra a Luka y a mí al centro de la pista.

Comenzamos a bailar, pero honestamente, hoy no tengo ganas.

Me aparto a la barra para pedir otro mojito.

«Mojito».

La primer bebida alcohólica que tomé y fue gracias a Diego.

Me acordé de la entrega, de los días que le precedieron, los recuerdos vinieron como ráfaga: la huida en Italia, el Alfa Romeo, cuando me daba clases de manejo, las veces que iba de copiloto y escuchábamos rock para después escuchar pop, las veces que me llamaba con ese estúpido apodo, su confesión, lo de Vanessa.

Sigo teniendo esa sensación de vacío en el pecho desde aquél día. 

—No lo entiendo... ¡éramos tan felices!

—Ya, ya, basta de lloriqueos, que hoy vinimos a divertirnos.

Bailamos por muchísimo tiempo. Eso, hasta que decidieron quitar la música y poner a un tonto presentador.

— ¡Hoy es noche de karaoke! ¿Quién se anima?

— ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! —Me ofrezco, mis amigos tratan de detenerme, pero me zafo de su agarre con facilidad.

Me preguntaron el nombre de la canción y me preparo mentalmente.

—Diego, espero que ella si pueda hacerte feliz. —Digo una vez me entregan el micrófono.

Me aclaro la garganta, alejando el micrófono. Mis amigos tratan de bajarme del escenario.

And I know, and I know and I know she gives you everything,

But boy I couldn't give it to you,

And I know, and I know, and I know that you got everything,

But, I got nothing here without you

So one last time,

I need to be the one who takes you home,

One more time,

I promise after that I'll let you go.

Baby I don't care if you got her in your heart,

All I really care is you wake up in my arms.

El público estalla en aplausos y yo en llanto.

— ¿Dónde aprendiste a cantar? —Me pregunta Violeta— Cantas bien.

—Deja de decir mentiras.

— ¡Es la verdad!

—Violeta tiene razón, cantas bien.

My Rockstar Lover [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora