Estabas sentada justo enfrente Adam quien aún tenía moretones y uno que otro parche en su rostro, la mayoría de las heridas ya estaban sanando pero notaste como una eran más reciente, la parte izquierda de su rostro lucia roja y rasgada, aun así no te interesaba preguntarle qué es lo que había pasado pero el notó como observabas esa zona de su rostro y pensó que quizás querías saber porque no todas eran huellas de los golpes del Coronel.
―Esto aja si, fue mí...―
―No me interesa― lo interrumpiste, ―Adam no vine para saber cómo estabas ni mucho menos a que me cuentes tus cosas, lo que sea que te haya pasado no es asunto mío― te apoyaste en el respaldo de la silla cruzándote de brazos y soltando un suspiro agotada.
Adam estaba con su mirada baja pero por dentro tenía una rabia gigantesca, él debía hacer lo que su padre le había pedido si no, las consecuencias serían graves. Pero muy en el fondo también le dolía ver tu rostro desinteresado, tu mirada no demostraba nada ni siquiera odio, no sentías nada por él y lo notó, ni siquiera te inmutaste cuando te dijo que se iría al extranjero.
―Sé que fui duro contigo, y lo siento. Los problemas con mi familia me superaron y me desquite contigo, con la única persona que realmente me amó, realmente lo siento―
Tu mirada era fría, le habías cerrado por completo tu corazón a Adam, verlo ahí con heridas, pidiéndote perdón. Si lo hubiese hecho quizás hace meses o después de la primera vez que te golpeó quizá lo hubieses perdonado pero ahora era diferente, el amor que le tenías se fue agotando con cada cachetada, cada insulto o patada. Cuando te recordó el amor que le tuviste inconscientemente hiciste una cara de asco. Solo querías terminar esto de la manera correcta y marcharte.
―No es que realmente me importe mucho perdonarte, para mí es más importante perdonarme a mí misma por aguantar tus abusos tanto tiempo, lo que me hiciste me va a costar repararlo, pero estoy segura que lo haré y volveré a ser feliz―
Cuando mencionabas esas últimas palabras la imagen de König apareció en tu mente casi como un destello, un recuerdo de él y su hermosa tela que lo cubría dejando a la vista sus ojos achinados debido a su sonrisa. Solo te dieron más ganas de irte de ese lugar, no ibas a seguir desperdiciando tu tiempo ahí.
―Eso es todo, no tengo nada más que decirte, adiós Adam― te levantaste de la silla y comenzaste a caminar en dirección a la salida cuando sentiste la mano de Adam sostener tu mano, te detuviste y sin mirarlo apartaste tu mano con fuerza. ―Ya dije todo lo que tenía que decir, por favor no me hagas llamar a seguridad―
Adam solo asintió y escuchaste como comenzó a sollozar, arrodillándose en el piso. Los empleados del lugar fueron a asistirlo mientras tú seguiste tu paso sin mirar atrás. Cuando saliste del lugar, tomaste tu teléfono para llamar un taxi y así poder volver a casa cuando viste que entro una llamada del Coronel.
―Hola König― instantáneamente una sonrisa se vio reflejada un tu rostro, sonrisa que claramente König pudo ver a lo lejos, apenas te vio salir de ese lugar te llamo por teléfono.
―____ perdóname... Chris me dijo que venias a encontrarte con ese idiota y me preocupe, no pude evitar venir para saber que estaba todo en orden, realmente lo siento―
Tu mirada se volvió de asombro y comenzaste a mirar en todas las direcciones tratando de encontrar a König. ― ¿dónde estás grandulón, estas aquí? ―
―Si... un poco más a la derecha, no no, más... un poco más― a lo lejos viste a König apoyado en la parte delantera de un jeep quien levanto la mano para que pudieras verlo, estaba tan lejos que se veía de una estatura promedio lo que te causo ternura. Cortaste el teléfono y fuiste corriendo en su dirección mientras el caminaba hacia ti.
Le diste un fuerte abrazo, tu corazón palpitaba tan fuerte que no sabías si era por él o porque corriste, te sentías aliviada. Te habías quitado un gran peso de encima y más ahora que estaba König quien era el que te había dado las fuerzas y el valor para por fin terminar todo con Adam. Sentiste como tus pies se separaron del suelo cuando König te levanto y dio un par de vueltas dejándote con cuidado nuevamente en el suelo, pero sin quitar los grandes brazos que te rodeaban alrededor de la cintura.
Por fin se sentía en paz, y agradecía tenerte a su lado, sana y salva. Estabas con esa hermosa sonrisa frente a él, era todo lo que necesitaba, no le importaba nada más.
― ¿Puedo llevarte a casa? ―
―Claro― juntos caminaron hacia el vehículo, König intentaba caminar lento para que tu siguieras el ritmo pues un solo paso que el daba eran tres para ti
―Oh olvide decirte que ando con una especie de garrapata, espero no te moleste― Obviamente se refería a Gaz quien levantaba su mano en señal de saludo.
―Él es Gaz, Gaz ella es ____―
―Encantado de conocerte ____, König me ha hablado mucho de ti eres tan linda como él dijo― König le dio una mirada de terror que hizo callar a Gaz quién soltó una leve risa, aunque sabía perfectamente que König lo haría pagar por eso. Tú también reíste y miraste a König en señal de que todo estaba bien.
Gaz condujo mientras tú y König se sentaron en el asiento trasero, el acariciaba tu cabello mientras tu ibas con tu cara apoyada en su pecho. Extrañamente te sentías somnolienta, todas estas noches casi no habías dormido y ahora que finalmente terminaste las cosas con Adam el sueño y la paz habían vuelto.
Gaz los dejó justo frente a la puerta y se despidió, no quería seguir interrumpiendo ―Fue un gusto conocerte____ espero que nos volvamos a ver y hablemos un poco más, también debes conocer a los demás. Me van a odiar por ser el primero en conocerte― luego Gaz se despidió cariñosamente de su amigo.
Finalmente estaban solos, dejaste tus cosas en la entrada y te sentaste en el sofá junto a König. La situación te pareció extrañamente familiar, ninguno sabía precisamente que decir pero esta vez hablaste tú primero.
―Gracias por darme las fuerzas para acabar con todo König, sin tí no sé cómo lo habría logrado. Esta vez realmente todo terminó―
―Estoy seguro que habrías encontrado la manera, eres muy valiente. Con o sin mí lo habrías logrado____―
―No. Tú me diste las fuerzas, y hoy lo comprobé... cuando le dije a Adam que estaba segura de que algún día sería feliz... pues... pensé en ti― tus mejillas se volvieron rojizas y cerraste tus ojos avergonzada. Si bien lo que decías era cierto no sabías como lo tomaría König, se habían conocido hace muy poco y tu venías de salida de una mala y horrible relación. Pero necesitabas decirlo, hoy era el día en que no te guardarías nada.
König tomó tus mejillas con ambas manos, las cuales cubrían casi todo tu rostro de lo grandes que eran, sus ojos te quedaron viendo fijamente, podías ver el brillo en sus ojos que reflejaban lo contento que estaba.
―No quisiera otra cosa en el mundo que verte feliz y más si soy yo quien te brinda esa felicidad, ____ te esperaré todo el tiempo que sea necesario, aquí estaré siempre para ti―
Comprendiste las palabras de König quien te estaba dando el tiempo que necesitabas para sanar el dolor que había en tu corazón, él te ayudaría y apoyaría a sanar pero tampoco iba a apresurar las cosas. El sabía y comprendía que el tiempo haría su trabajo.
El volvió a acunarte entre sus grandes brazos, acariciando tu cabello.
Luego de un largo rato quisiste sacar esa duda que desde hace un rato rondaba por tu mente.
― ¿así que soy linda? ― también querías molestarlo un poco por lo que había dicho Gaz.
―Claro, eres la chica más linda y hermosa del mundo, no de la galaxia―
Cualquier intento de querer molestarlo fracasó, ahora eras tú quien estaba avergonzada en aquel sofá, escondiendo tu rostro en su pecho. König soltó una pequeña risa al darse cuenta de esto.
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Pretty Eyes [König]
FanfictionLa vida no siempre es justa con las personas de buen corazón, sin embargo cuando sientes que tocaste fondo conoces a quién será tu gran amor, quién sin aviso llegó a tu vida dándole un vuelco de la tristeza hacía la felicidad.