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—'Cause, I feel like i'm the worst
So I always act like i'm the best


Un día nuevo, ayer fue pasado y no vuelvo a pensar en eso.  Ya han pasado 2 días seguidos desde que el oficial Gorman me ha visitado a mi habitación en secreto, o tal vez no en secreto y se lo ha contado a todos sus compañeros.  No puedo hacer nada al respecto, la policía ya no existe, la ley ya no existe, alguien mata y mata y a nadie le importará, porque el mundo cambió, cambió de un día para otro, es sorprendente, pero no tanto como seguir viva luego de todo.

Me levanto y me visto con una ropa igual a la que tengo puesta, pero esta vez limpia y planchada. 

Llamaron a la puerta.

—¡Adelante! —respondí, amarrándome el pelo.

—Permiso... —entra un chico de tez oscura, mi amigo Noah, con una cara sospechosa.

Noah es 4 años mayor que yo, pero honestamente, algunas veces se comporta como si fuera un niño de 10.

—¿Qué? —le pregunté con los ojos entrecerrados.

Noah saca de su bolsillo una paleta de manzana verde y me lo ofrece haciendo un movimiento de avioncito con él.  Sonreí y la tomé.

—Debes dejar de estar robándole a Dawn, algún día te cachará —lo regañé mientras abría la envoltura.

—¿Qué dices? Yo soy más silencioso que un espía.

—Mhm, claro que sí.

—Oh, dame la envoltura, no querrás que te vean en tu basurero una envoltura de un chupetín idéntico a los que tienen en su oficina —negó con la cabeza con cara juguetona—.  Bien, me voy, pasa a verme a la hora del almuerzo.

—Ahí estaré —asentí con una sonrisa sin mostrar los dientes.

Luego de que Noah haya traspasado la puerta, entré a mi baño y me encerré para terminar de comerme la paleta.  Me vi al espejo, me he estado notando mucho más delgada últimamente, no he estado comiendo mucho, ya que han puesto la comida demasiado cara.  No en el sentido de dinero, sino de trabajo.  Barrer y limpiar todo un pasillo incluyendo sus habitaciones, y visitar a los pacientes enfermos para darles su medicina, equivaldría a un plato con tres cucharadas de puré con dos rodajas de tomate, este cálculo lo he hecho con mi amigo Noah, bueno, solo yo pero él me acompaña en todo.  La porción parece bien, pero no es tan suficiente con las horas que te dan para dormir y se supone que debes comer por lo menos tres veces al día, no me podría imaginar haciendo eso 3 veces diarias, además, no hace falta decir que me da mucha flojera ordenar.

Terminé de arreglarme, solo faltaría ir a visitar al doctor Edwards para recibir la información que me da siempre.

Salí al pasillo, para llegar a la oficina del doctor, debo subir unas escaleras y cruzar otro pasillo.  Estoy tan lejos de las demás habitaciones porque fui una de las primeras a las que metieron en el hospital.

Estaba caminando hacia la puerta, me faltaban unos 6 metros, hasta que el oficial Gorman se cruza conmigo.  Intentaba no tener contacto visual con él, pero desafortunadamente no pude lograrlo y aparté la mirada al instante en cuanto me guiñó el ojo.

Entré con cara asqueada a la oficina del doctor Edwards, él al verme, me sonrío y me dio los buenos días, yo respondí con una leve reverencia.

—¿Qué tal amaneciste? —me preguntó, dejando unos papeles encima de una pila de otros papeles.

—Como siempre —contesté encogiéndome de hombros, él me ofreció sentarme— ¿y usted?

—Mmm, normal... —negó con la cabeza y se arregló las gafas para hablar— ayer ingresaron a una nueva paciente, es joven y estará sana, aún no despierta.

—Mh, que bien... —tensé los labios.

—¿Te pasa algo? ¿Hay algo que quieras decirme?

—No, nada... solo que...

El doctor me miraba atento.

—Es solo que ya no me agrada estar aquí, es decir, nunca me agradó.

Él asintió una vez lentamente.

—Hay cosas que no pueden agradarte, y lamento mucho que... no puedas hacer nada.

—Me parece muy extraño que usted no se haya ido.  ¿Alguna vez lo ha pensado?

—Sí, muchas veces.  Pero jamás me iría, soy el único doctor aquí, me necesitan.

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—Mi mamá siempre me decía que ordenar mantiene a las arañas lejos, igualmente me picaban, así que tu teoría es falsa, Noah.

—¿En donde vivías? —preguntó Noah metiéndose un gran tenedor con lechuga a la boca.

—En el campo.

—¿Crees que tal vez te picaron esas arañas porque estabas en un campo? Los campos tienen pasto, y árboles, y más plantas, ¡y adivina qué! normalmente, los insectos viven en esas zonas.

—Ay, ya cállate... cambiando de tema, ¿el doctor te ha hablado de una paciente nueva que es joven y que está inconsciente?

—No sé, casi nunca le presto atención a lo que me dice —contestó y solté una risa.

Noah y yo somos bastantes parecidos, no físicamente porque en ese sentido somos muy distintos, creo que en lo único que diferimos es que él aún tiene ambiciones y es dedicado, y yo no.

Me había traído nada más una manzana, ya que no quiero gastar todo mi trabajo ahora que no tengo hambre, mejor gastarlo en un momento en el que este hambrienta.

—Bien Noah, me debo ir, creo que Dawn me había dicho que quería el piso de su oficina brillante y las paredes sin "rastros de humedad" —hablé marcando con los dedos las comillas.

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Estaba sin fuerzas y puro me quería dormir.  Sentía mis ojos cerrarse mientras ordenaba el último par de calcetines que me quedaba.  Escucho la puerta abrirse lentamente y vi a esa persona que no me gusta ver en mi habitación.

—Que bien que aún no estás dormida, hubiera tenido que despertarte —me habla con una sonrisa desagradable.

Al instante, mi corazón empieza a latir muy fuerte, no en el sentido positivo, sino que en mucho peor que el negativo, a ese punto del que te dan ganas de vomitar todo el almuerzo y desayuno.  Siempre trato de ignorarlo, hasta que me empieza a tocar y a deslizar sus dedos hacia mi intimidad

Yo no alegué en ningún momento, me quedé sufriendo en silencio, porque sabía que, si gritaba, me trataría con más fuerza y nadie vendría a verme, ya lo había intentado antes.

—Eres mi preferida porque eres la más chiquita y no te quejas.

Me penetró con fuerza, por primera vez, me penetró.  Lamió, succionó y besó mi abdomen después de terminar, y rápidamente, salió mientras soltaba una risa suave, pero asquerosa.

Rompí en llanto, por 15 minutos y luego, me fui al baño y prendí la ducha, me bañé, cerré el grifo y me quedé ahí por 30 minutos más, abrazando mis rodillas desnudas, con el cuerpo húmedo y mirando a la nada.






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⚘ 𝚂𝚃𝙰𝚈 𝚆𝙸𝚃𝙷 𝙼𝙴 ⋆ 𝙲𝙰𝚁𝙻 𝙶𝚁𝙸𝙼𝙴𝚂 ⚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora