Sentir el viento mecer su cabello es una sensación a la que los asesinos de demonios están acostumbrados gracias a sus constantes viajes. Incluso los cazadores más sedentarios y los más novatos se acostumbran en solo un par de horas. Aunque el cabello largo podía ser problemático si el viento sopla con fuerza, por lo que recogerlo en una coleta le resultaba de lo más práctico.
En silencio, una mujer de ojos celestes como el cielo caminaba por las vacías calles nocturnas de un pequeño pueblo, teniendo como única fuente de luz la luna parcialmente descubierta. Salir a semejante hora de la noche era especialmente peligroso para una mujer, pero su vestimenta demostraba que estaba lista para afrontar cualquier situación, pues su peculiar atuendo la cubría de pies a cabeza con tela negra que la hacía perderse en la oscuridad, siendo sus ojos la única zona descubierta. Parte de su cabellera colgaba fuera de la capucha de su uniforme, permitiéndole sentir la familiar brisa meciendo su cabello, una sensación que le ayudaba a relajarse incluso en las agitadas noches de cacería como la que le esperaba. Muy cerca de ella volaba un cuervo que cargaba una pequeña bolsa, indicando con una voz gruesa la dirección que debía tomar para no perderse. Llevaban dos horas navegando los callejones del poblado, cosa que no tenía sentido teniendo en cuenta el tamaño del mismo, y eso solo era posible si habían encontrado la guarida de su objetivo, un demonio con una habilidad de control espacial.
- ¿Me repites como funciona esto? -preguntó al ave.
- Al final de cada calle se llegan a las intersección de las calles, hay un portal en cada posible entrada, los portales conectan con calles distintas que conectan con otras intersecciones diferentes. -aunque era algo confuso, se trataba de un truco muy sencillo, era como enredar un montón de cuerdas. Seguir una cuerda llevaría al otro extremo y las demás regresarían a los nudos.
Habían atravesado ya varias intersecciones y calles, encontrando en algunos huesos malolientes, restos de los pocos se atrevieron a entrar al laberinto del demonio para jamás salir. El número de restos que pudo contar apenas ascendía a 5, pero eso bastaba para hacerla enojar, no solo por su desprecio hacia los demonios, sino también por la estupidez humana que hizo que más de uno se adentrara a la trampa.
- El objetivo está en el centro de esta maraña, dijiste que la zona es pequeña pero hay muchas posibilidades. -se le notaba algo cansada, caminar durante dos horas viendo las mismas calles una y otra vez era cansado tanto física como mentalmente.
- 18 intersecciones dividen todo en... Espera, déjame te muestro otra vez. -con calma, el cuervo tomó de su bolsa el mapa que el mismo había trazado para entregárselo a la cazadora.
- Entramos por la calle con el círculo, las líneas sobre las calles representan los portales y la equis es nuestro objetivo. ¿Cómo hiciste esto? -el cuervo río, orgulloso.
- El manejo especial no afecta los cielos, pude ver dónde se esconde desde arriba. Pero no pude seguirlo cuando empezó a ir de portal en portal, pero si descubrí que solo hay cuatro posibles caminos para llegar. -para solo ser un ave, su trabajo era excepcional, tenía todo el derecho a sentirse orgulloso.
- Acabo de tener una idea que nos hubiera servido hace dos horas. ¿Tienes energía para volar rápido? -curioso, su compañero dió una afirmativa.
Al recibir las instrucciones, el cuervo alzó el vuelo, las limitaciones espaciales no se extendían mucho verticalmente por lo que podía entrar y salir del laberinto cuando quisiera. Mientras el se mantendría sobre la calle donde encontrarían a su objetivo, la asesina treparía al techo de una de las muchas casas abandonas para seguirlo con la mirada. Entrando al portal más cercano, el cuervo se alzó al pasar a la siguiente intersección, de modo que la de ropas negras lo viera. Repitiendo el proceso varias veces, hasta que el ave dió con una calle que habían pasado no mucho tiempo atrás, momento en que volvió con su compañera para indicarle el camino a seguir. Tras regresar un par de calles, dieron una vuelta, siguiendo el camino que el ave indicaba. Gracias a ese proceso, fue solo cuestión de minutos para que llegaran a la calle donde encontrarían a su objetivo. Lo que esperaban fuera un camino intrincado resultó consistir en solo una vuelta y seguir derecho algunas intersecciones, para su suerte no volverían a sortear todo en cuanto terminaran con el demonio. En su experiencia, los demonios más fuertes tienden a estar solos, acompañados de varios débiles o con solo 2 o tres fuertes, pero en toda su travesía por el laberinto no encontró rastros de otros demonios y la casa que tenía delante tampoco exhibía algo que deltara más enemigos.
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Filo de un Espejismo [Kimetsu no Yaiba OC]
FanfictionCazar demonios no es sencillo, la mayoría mueren en el intento, pero unos pocos ¿Afortunados o fuertes? Consiguen sobrevivir. El costo de la supervivencia puede variar: Las vidas de tus compañeros, tus relaciones con el mundo, incluso parte de tu cu...