♡: [ 𝙍𝙚𝙫𝙚𝙣𝙜𝙚 ] ➯ 𝘛𝘢𝘦𝘨𝘺𝘶 𖡄

04

— Buenas noches — el más alto le deseó gentilmente a su esposo, pero aún así él seguía ignorándolo — ¡Ya no me ignores! Aunque sea mírame.

Fingiendo no oírlo, Beomgyu acomodó su cabeza sobre la almohada y jaló las sábanas para tapar sus piernas, dejando al peligris muy desanimado.

"¿De verdad ahora le gusta hacerse el difícil?": pensó, mientras se acercaba al pelinegro y lo observaba muy profundamente.

— Ya sé que es lo que quieres — afirmó, llevando su mano izquierda a la cintura del más bajo y acariciando muy lentamente — tú quieres un abrazo, ¿verdad?

Al no recibir respuesta, el menor se abalanzó a acoger el hermoso cuerpo contrario en sus brazos por la espalda, sintiendo que este temblaba levemente y suspiraba con cansancio.

— Suéltame — dijo el mayor, mientras sentía que el peligris hacía un puchero con sus labios que estaban casi pegados a su cuello — a-ahora.

— No seas así — el más alto soltó el cuerpo del contrario y se dejó caer en la cama, haciéndola moverse — te extraño, ¿sabes?

— Ah, qué bien. Me alegro por ti.

— ¡Solo mírame! — suplicó, mientras se arrodillaba en el colchón y observaba a su marido, enamorado — ¡dame un beso!

— ¿Cuántas veces yo te pedí tan solo uno y tú, no solamente me rechazaste, sino que me insultaste?

El más alto, ante la pregunta, bajó su mirada y se volvió a acostar para forjar un cariñoso abrazo por la espalda.

— Bebé~ — el mayor, reteniendo las lágrimas, movió su rostro para ver hacia la almohada — perdóname, ¿sí?, te prometo no volver a hacer eso.

— Me has prometido tantas cosas que al final no cumpliste — el peligris hizo un puchero y apretó el cuerpo contrario.

— Lo sé, pero mi amor por ti no ha cambiado — el más bajo rodó los ojos — yo te amo.

— Claro, y yo voy a creer en tus absurdas excusas como toda la vida lo he hecho — el más alto se sentó en la cama y abrió su brazo derecho, indicando que quería que su cónyuge se acomodara allí.

— Ven, mi amor, abrázame — el mayor negó — Gyunnie, ven conmigo, ¿sí?

— ¿En serio no tienes sueño? — el menor negó — ¿no te aburres?

— No lo haré mientras tú no vengas a hablar conmigo — Beomgyu suspiró.

— Entonces te quedarás con el brazo abierto toda la noche — el peligris, con un puchero en sus labios, bajó el brazo, aceptando su derrota.

Se acostó en la cama, boca arriba para no darle la espalda al contrario, y suspiró, arropándose entre las sábanas sin quitar la mirada del bello cuerpo que descansaba en la parte derecha de la cama.

— Dulces sueños, cielo — Kang sonrió mientras veía a su pareja y llevó discretamente la mano izquierda a su cintura — espero poder abrazarte toda la noche cuando me perdones — se acercó a dejar un beso en el hombro de Choi — belleza.

Y así se devolvió a su posición, muy frustrado mientras tapaba sus brazos con la sábana blanca para contenerlos de abalanzarse a abrazar tan fuertemente ese atractivo cuerpo que lo ahogaría.