¿Tú Y Yo? [Ballister X Ambrosius]

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El moreno se mantuvo por minutos pensando hasta que un ruido lo saco de ese mundo

—¡Ballister!—Tood le gritó y golpeo el escritorio al ver que el pelinegro lo ignoraba por completo y Ballister solo frunció el ceño, no estaba acostumbrado a que alguien le alzara la voz —Solo quiero ayudarte maldita sea— Tood se llevó las manos a su cara y soltó un suspiro
—Escuchaste algo de lo que te dije—Preguntó molesto

—Claro que lo escuche Tood— Ballister tragó saliva sabia que cuando Tood se molestaba podía ser algo peligroso

—¿A sí?— Tood se cruzó de brazos sin dejar de ver los ojos del moreno 
—Entonces, ¿Qué fue lo que dije?—

"Mierda" Pensó Ballister 

—¿Tú de... deberías ir a ver si no hay algo que atender, no es así?— Ballister no rompió el contacto visual, tenía que demostrar quién era el jefe en esa situación, Tood solo soltó un suspiro antes de romper aquel contacto y dirigirse a la puerta

—Eres un Idiota Ball— Anunció sin ver al moreno, el cual solo se sorprendió por lo dicho por su camarada y antes de decir algo Tood había salido de aquel espacio.

"¿Soy un idiota?" Nuevamente el moreno se sumergió en sus pensamientos 

¿Hablar o callarse?

¿Por qué se tuvo que enamorar de su mejor amigo?

—¿Podrías dejar de pensar en todo por un momento?—La burbuja fue rota por Ambrosius, Ballister alzo la vista y el rubio tomo asiento estaban cara a cara como era de costumbre, pero Ballister se sentía más inseguro de lo normal—¿Mal día o mala noche?— Rompió el incómodo silencio para regalarle una sonrisa al moreno

—La verdad... mala semana— Contesto Ballister—

—Mal mes— Siguió el rubio 

—Pésimo año— Finalizó Ballister ambos rieron la tensión que había hace unos momentos se esfumó, ambos platicaron amenamente hasta que Tood llegó y rompió aquel momento.

Ambrosius se despidió y salió, Tood iba a mencionar algo, pero Ballister lo fulmino con la mirada y solo trabajaron revisando expedientes de narcotraficantes y presuntos narcotraficantes, además de sus puntos de reunión hasta la hora del almuerzo

—Bueno jefe me iré a almorzar si no le molesta— Tood se levantó rápido y tomo la manija de la puerta para salir

—Tood espera—Ballister dijo aquello casi como susurro y de no ser por el gran silencio del lugar, Tood no lo hubiera escuchado, soltó la manija de la puerta y se volteó hacia Ballister mirándolo fijamente —Yo...— Suspiro el moreno—Quiero que entiendas que no es fácil para mí, dime si tú estuvieras enamorado de tu mejor amiga, se lo dirías aun cuando ves que tiene la oportunidad de ser feliz con otra persona— Ballister bajo su mirada sentía un nudo en la garganta, pero no estaba dispuesto a llorar—Con una persona mejor que tú...—Susurró con lágrimas en los ojos y aquel lugar se mantuvo en silencio

"¿Qué acabas de hacer Ballister?" Pensó cuando algo toco y acaricio su hombro 

—Ballister, tal vez y tienes razón no sé qué se siente que te enamores de tu mejor amigo— Hizo una mueca— o amiga, pero gracias a lo que me has contado, tú eres la persona que mejor conoce a Ambrosius y también sé que a veces es bueno ser egoísta aunque si tu decisión es que sea feliz con alguien más la respetaré, solo espero que eso te haga sentir mejor de alguna manera— Tood abandono el lugar para darle espacio al moreno si sabía algo de Ballister era que no era muy bueno expresando sus ideas por ser una persona muy cerrada además de que en esa cabeza pasaban muchas cosas que él no se imaginaba por su lado Ballister no levantaba la vista y solo quería que el nudo de su garganta se esfumará.

Ambrosius se dirigió a la oficina de Ballister cuando vio salir a Tood y se asomó para decirle a Ballister que era momento de que invitara la comida, pero solo lo vio quieto y con la cabeza baja sabia que no era un buen momento

¿Qué tiene Bali?

¿Le hizo algo ese Tood?

¡Si Tood le hizo algo voy a hacerlo pagar!

Su remolino de pensamientos fue detenido por Ballister

—Ya estás aquí, hay que irnos antes de que se acabe el tiempo—Ballister paso a lado de Ambrosius y toco su hombro para salir del edificio y subir al auto de Ambrosius el camino hacia su destino fue silencioso, pero ninguno lo noto, ambos estaban tan concentrados en el bienestar del otro que se olvidaron del mundo.

Ambos querían que el otro estuviera bien y eso era todo lo que les importaba
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Este fue el capitulo de hoy sin nada que decir me despido, nos vemos mañana o tal vez más tarde

Adiós.