"En el mundo del arte en la piel, ella era la obra maestra que nadie podía poseer... hasta que Naruto decidió desafiar todas las reglas"
Cuando un avión de papel cayo en la entrada de su negocio, Sasumi jamás pensó que su vida se volvería un caos po...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
↓ ↓ ↓ ↓
✴
Sasumi estaba absorta en su mundo, rodeada de bocetos y diseños en su estudio. La luz tenue de las lámparas colgantes resaltaba su concentración mientras trazaba líneas precisas en el papel. Cada pincelada era un suspiro de creatividad que cobraba vida en su lienzo.
En medio de su trance artístico, una corriente de aire se coló por la ventana abierta, haciendo que algunos de sus bocetos revolotearan por la habitación. Algunas hojas cayeron al suelo, y mientras se inclinaba para recogerlas, sus ojos se posaron en algo inusual entre las páginas dispersas.
Un avión de papel descansaba sobre el suelo de madera, delicadamente doblado con esmero. Parecía fuera de lugar. Sasumi lo reconoció con curiosidad, desplegándolo con cuidado, escuchó a Karin quejándose sobre la llegada del invierno detrás de ella. Levantó la mirada y encontró a su amiga con una sonrisa burlona en el rostro.
—Pensé que se iba a rendir, pero sigue mandándote notas, ¿No es poco cursi?
—Es anticuado, y daña el medio ambiente — respondió con un suspiro, ignorando a Karin por completo. Sasumi lo guardó sobre su escritorio y se dejó caer en su asiento.
Karin no se dejó convencer tan fácilmente y continuó su intento de persuasión.
—¡Sasumi, por favor! Alguien te está entregando literalmente su corazón, y tú simplemente ignoras ese hecho —protestó Karin mientras miraba a su amiga con incredulidad.
Sasumi cerró los ojos, decidiendo bloquear a Karin por completo. Aunque la nota en el avión de papel había despertado su curiosidad, su enfoque seguía siendo su trabajo, su refugio donde podía canalizar sus pensamientos y emociones de manera tangible. Las notas anónimas eran una distracción que prefería no abordar en ese momento.
Karin la vigila por un momento, leyendo en su expresión frustración Sabía que Sasumi era una artista apasionada y que su estudio era su santuario creativo, y el hecho de que volviera alguien interesarse en ella, solo se convertía en un conflicto para ella. Sasumi no se dejaría vencer por simples feromonas, eso ella lo sabía. Decidió no presionarla más por ahora y se retiró en silencio, dejando a Sasumi sola con sus pensamientos y sus dibujos.
Mientras la puerta se cerraba tras Karin, El silencio llenó el estudio nuevamente, interrumpido solo por el suave rasgueo del lápiz de Sasumi sobre el papel y el murmullo constante de la música de fondo. A pesar de la inquietud momentánea, Sasumi encontró su flujo creativo una vez más y se sumergió en su trabajo con pasión renovada. Volvió su mirada hacia la mesa donde yacía el avión de papel que había encontrado anteriormente.
Con un suspiro resignado, Sasumi se desplegó con delicadeza las alas del avión de papel. El papel crujió suavemente mientras se abría, revelando las palabras cuidadosamente escritas en su interior. La luz tenue de su estudio pareció enfocarse en el mensaje, como si fuera el centro del universo en ese momento.
