"En el mundo del arte en la piel, ella era la obra maestra que nadie podía poseer... hasta que Naruto decidió desafiar todas las reglas"
Cuando un avión de papel cayo en la entrada de su negocio, Sasumi jamás pensó que su vida se volvería un caos po...
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Sasumi jadeó entre la vigilia y la consciencia. Cuando el calor bajo su abdomen seguía subiendo. El placer que la envolvía la despertó por completo para tener una buena vista de su pareja. A ahorcajadas de ella, con los labios entreabiertos, y la mirada perdida en el placer, en lo que controlaba el ritmo de las embestidas. Incluso con la luz del amanecer iluminando la piel dorada de Naruto, la hizo tragar en seco. Sasumi deslizó sus manos con destreza por la piel de Naruto, acariciando cada curva y músculo, junto al dragón que había dejado sobre su piel.
—Despertaste~ —jadeó con una pequeña sonrisa.
¿Cómo no podría haber despertado? Estaba en el paraíso, con Naruto sobre ella, ansioso y excitado, su miembro goteando con deseo. Sasumi lo tomó con firmeza, notando cómo Naruto mordía su labio inferior, y comenzó a imitar el ritmo de las embestidas.
«Llénalo. Márcalo con tu esencia»
Sintió como las manos de Naruto se apoyaron sobre ella, cuando lo embistió de golpe. Los colmillos de Sasumi amenazaron con salir, y ella tomó la muñeca de Naruto, besando sus dedos y luego lamiendo la palma de su mano. Mientras que el leve olor de Naruto la envolvía.
Maldición.
«Márcalo. Ahora»
—Espera- No tan rápido, Sasumi~ —Naruto gimió, su voz ronca y cargada de deseo.
Pero la voz de su alfa interior era insistente, demandando que lo marcara, que lo hiciera suyo de una vez por todas. Sasumi sintió el éxtasis acercarse. La tensión se construyó en su interior, y sus colmillos picaron en anticipación. El cálido interior que envolvía a su miembro la empujaba más cerca del abismo del placer.
Sasumi tomó una pausa, su cuerpo vibrando con el deseo contenido. La necesidad de marcar a Naruto era abrumadora, pero también sabía que quería compartir este momento con él. A pesar de la lujuria ardiente que los envolvía, quería que su unión fuera un acto de amor, no solo de posesión.
—Dime, Naruto... ¿quieres ser mío? — Sasumi, con el aliento entrecortado, lo miró con deseo en los ojos, sus colmillos aún presionando dolorosamente contra sus encías. Sus dedos continuaron trazando el tatuaje del dragón en su piel mientras esperaba su respuesta, su propio deseo latiendo con fuerza en su interior—. Completamente mío. ¿Hmm?
—¿No lo era ya? —preguntó, con una sonrisa suave en los labios, mientras su corazón latía al unísono con el de Sasumi.
Sasumi emitió un gemido cuando Naruto retiró su miembro de su interior y se inclinó hacia adelante para besar su abdomen, trazando con devoción la marca de las flores que adornaba su cadera. La mirada de Naruto, cargada de deseo y anhelo, la hizo estremecer de placer.
