Capítulo 5

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Mi primer día

Había pasado una semana desde la visita de Jake en casa de Melissa, y en el transcurso de esa semana ha estado frecuentándola, y su madre estaba más que feliz por ello, incluso habían salido a otros sitios acompañados por su madre, Jake se hizo su guía y les mostró sitios que frecuentaba: como el parque, otro de atracciones, la heladería, sala de juegos y la librería, y sí, aunque Melissa no lo creía, el castaño leía novelas de misterio. Todo iba en un ritmo bueno entre los dos, incluso los padres de la joven castaña rojiza empezaron a llevarse más con sus vecinos, los Villar.

Hoy ya es domingo, y mañana la joven iniciaría las clases en su nuevo instituto, se encontraba con Jake sentada en la cera de su calle disfrutando una paleta helada de vainilla. Aún en esa semana, no le había preguntado respecto si él tenía pareja, y no sabía cómo llegar al tema.

—Y... Jake —murmura cabizbaja, esperando no ser oída, aunque el chico la había escuchado desde la primera palabra.

—Dime —responde atento a lo que podría decir la castaña rojiza de ojos cafés oscuros.

—Me he estado preguntando... es que... Enserio me parece extraño que pases tanto tiempo conmigo sin nada que te ate a hacerlo —cuestiona nerviosa bajando la voz.

El ojimiel sopesa unos segundos. —¿Qué quieres decir con ello? ¿Dices que eres desagradable y no debería hablarte? —La chica niega. —¿Entonces?

—Me refiero a... ¿Por qué pasas tanto tiempo conmigo? —objeta nerviosa dedicándole una mirada.

Él la mira por unos segundos y desvía la mirada. —Déjame contarte una historia... —Ella asiente. —Hace cinco años, un niño norteamericano se había mudado a Honduras, un país centroamericano que queda al sureste de su antigua nación, todo era nuevo para él y no le agradaba, más por el hecho de que no dominaba perfectamente el idioma nativo, por eso estaba solo... —Hace una pausa y mira a la chica nerviosa a su lado. —Por eso... no quiero que estés sola, porque siento que nuestras situaciones son similares, por lo que compartimos eso entre nosotros, y quiero hacerte compañía hasta que no te sientas una extraña en un nuevo mundo ante ti.

La de ojos cafés oscuros lo observa con una mirada profunda siguiendo sus pupilas, no era la respuesta que esperaba, pero se sentía satisfecha, le llenaba de conformidad el hecho de que fuera tan considerado con ella, él demostraba ser una buena persona, y quería conocerlo más. Se habían quedado unos segundos en silencio hasta que el chico decide hablar.

—Eh... Mañana no inicias las clases, ¿cierto? —pregunta carraspeando.

—Sí, es cierto, ¿Cómo lo sabes? —indaga alzando una ceja.

—Porque en esta semana regresamos a clases todos, ¿no crees? —argumenta el castaño encogiéndose de hombros.

—Tienes razón.

—Sí... ¿Y dónde te inscribieron tus padres? —curiosea reposando su cabeza en sus rodillas.

—En una privada llamada Instituto de Excelencia Nuevo Mundo —respondió dejando al chico sorprendido.

—¿En serio? —Ella asiente confusa. —¡Yo también estoy allí! —anuncia haciendo que esta vez la chica sea quien se sorprende.

—Vaya... Ahora sí que no me puedo quejar de estar sola —bromea la de ojos cafés golpeando el codo del chico. Este solo le sonríe con los labios y hace caso omiso.

[...]

—¡¡¡Melissa!!! ¡Melissa Loren Gutiérrez! —habla la castaña clara haciendo pausas en cada palabra. —Despierta hija, hoy es tu primer día de clases, tu alarma ha sonado unas tres veces, ¡Y aún no te levantas!

Amor a primera vista [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora