Amor a primera vista [PAUSADA]

Capítulo 18 [Especial de Jake]

⚠️Advertencia: Este capítulo contiene temas sensibles que puede afectar a algunos lectores. Se recomienda leer bajo su propia responsabilidad.

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Reinicio

Un cambio nuevo inicia al dar el primer paso hacia él y estar dispuesto a reiniciar tu vida. Mi primer reinicio fue cuando pisé suelo extranjero por primera vez, en ese entonces, tenía tan solo once años, recuerdo haberme sentido extraño y excluido de la sociedad durante mis primeros meses en Honduras.

Sentí mucho coraje porque mi opinión fue irrelevante ante las de mis padres cuando decidieron asentarse definitivamente en este país completamente diferente de dónde me crié gran parte de mi vida.

Durante mi adaptación experimenté diversas emociones negativas: ira, enojo, indignación, frustración; y todas ellas fueron dirigidas hacia mi familia. Aunque ellos no tenían la culpa de mi problema para adaptarme a Honduras y su nueva cultura.

Vivía cada día molesto y decaído, era un atolondrado, cada vez que intentaba dar un paso solo y fracasaba en vez de intentarlo de nuevo o repasar mis pasos, los culpaba a ellos inmediatamente. Estaba negado a fluir junto a los nuevos cambios, así como mis padres.

Nuestra relación se deterioró en ese entonces, cada vez que estábamos en una misma sala discutíamos, cuando no, solo estábamos en silencio. Nuestra dinámica familiar fue así durante varios años.

Hasta que empecé a sentirme completamente solo, lo estaba desde antes, pero empezó a pesarme cuando dejé de compartir con mi familia, los únicos con los que podía comunicarme abiertamente, mientras que con el resto de Honduras no, debido a una gran barrera lingual.

Pasaba mis tardes solo en mi cuarto, recuerdo matar mi tiempo jugando en mi consola o leyendo libros de Misterio; me volví un ermitaño y disfruté de mi soledad durante mis vacaciones de verano.

Hasta que un día todo cambió, el día en que Aurora llegó a nuestras vidas, cambió por completo nuestro concepto de familia uniéndonos nuevamente. Cuando la sostuve en mis brazos y vi su primera sonrisa, ahí lo comprendí todo, en que este sería un nuevo amanecer para nosotros.

«—Hola pequeñita, soy tu hermano mayor y estaré para cuidarte siempre —Tomé su pequeña y tierna mano para besarla tiernamente mientras la mecía lentamente.»

En aquella sala de hospital, después de tanto tiempo vi sonreír a mi madre como nunca antes, se veía radiante y feliz pese a estar cansada. Nuestra familia se volvió a unificar y entendí porque a mi mamá le gusta tanto su Honduras natal, definitivamente era más alegre junto a sus familiares con los que creció.

En mi segundo reinicio, empecé a ver más positivamente mi nueva vida y a ser un ejemplo como hijo y hermano mayor; mi primer paso para ello era dominar el español, me tomé muy en serio las clases particulares y practiqué el idioma con mi familia materna, así no más tendría dificultades en el instituto.

En el instituto, al principio era retraído y no tenía amigos, pero este nuevo año escolar sería diferente; sería más sociable y amigable con todos. Y así fue, no perdí la oportunidad de juntarme con mis compañeros, de dar mi opinión, incluirme en sus conversaciones y salidas grupales, siempre mostraba una sonrisa y ayudaba a todos en clases.

Dentro de poco tiempo me hice muy querido entre mis compañeros, lo que me hizo lucir atractivo ante todas las chicas del instituto y obtener su atención cada vez que pasaba. Al fin me sentía parte de algo otra vez y mi vida empezó a tener sentido, pero no todo lo bueno dura para siempre.