Amor a primera vista [PAUSADA]

Capítulo 6

Una enemiga

El antiguo suceso le dejó en claro a la castaña rojiza que no tendría una vida estudiantil pacífica y esa chica sería una espinilla en el trasero. Pero no podía evitar mirar a aquel chico apoyando su cabeza en sus manos. "Es tan lindo." pensó, y en cuestión de segundos, él voltea a verla, la joven cambia de dirección rápidamente esperando que no se haya percatado.

Desde el otro lado de la sala, se encontraban conversando tres chicos, entre ellos estaban: Alexander, Jake y un tercero.

—Entonces J.J, ¿La conoces? —pregunta el azabache sorprendido mirando de reojo a la mencionada.

Jake asiente.

—¿Si la saludé no fue por algo? —responde encogiéndose de hombros. —Espera... ¿Por qué preguntas? ¿Acaso... te interesa? —pregunta enarcando una ceja.

—Yo creo que sí —objeta el tercero cruzándose de brazos.

—No... jaja para nada, Mauro —responde el de ojos cafés riendo tratando de calmar la tensión. —Además... No la conozco aún, pero fea no está —argumentó mirando hacia ella, quien se encontraba usando su móvil.

—Negación es el primer paso, amigo —alega el chico de pelo ondulado largo con superioridad.

—Pero podrías conocerla, ¿eh? —insinúa picarón el de ojos mieles golpeando su codo.

—Como sea... —comentó el azabache cruzándose de brazos, caminando hacía su pupitre, sus amigos hacen igual.

En el umbral de la puerta aparece una mujer treintena de pelo castaño recogido en una coleta, su maquillaje era bastante notable y poco natural, llevaba un traje y portaba una cartera en su hombro, antes de entrar se le ve suspirar y camina hacia el escritorio haciendo sonar sus tacones, deja su cartera ahí y se mueve hacia la pizarra.

—Buenos días estudiantes, yo soy su maestra de Matemáticas, para los que no me conocen aún mi nombre es Sara Domínguez —informa con firmeza colocando sus manos a su cadera.

[...]

Habían pasado las tres primeras horas de clases, y era hora de un descanso, el momento esperado por todos los estudiantes, la mayoría no había venido motivado a clases preferían seguir en vacaciones. Durante su tiempo en el aula, Melissa no había intercambiado palabras con nadie, todos estaban sumergidos en sus grupos sociales que no prestaban atención a las nuevas personas. Pero tuvieron que hacerlo a la hora de la presentación.

«—A ver tú, la pelirroja —señala refiriéndose a la castaña rojiza causando que en el salón rebose carcajadas. —¿Qué tal si te levantas de tu pupitre y dices tu nombre en voz alta?

—Sí, me llamo Melissa Loren Gutiérrez Castro —habla algo insegura mirando solo a la profesora y con disimulo a los lados, se sienta apenas termina.

—Que prosiga el de atrás —manda la maestra Domínguez.»

La joven de ojos cafés oscuros se encontraba saliendo del aula, cuando siente el peso de la gravedad en contra de ella, había caído al suelo y la persona causante era la chica que la había amenazado antes, ella le había puesto su pie.

—¿¡No me escuchaste antes!? —cuestiona furiosa. La castaña rojiza se mostró confundida —. Te vi mirándolo —aclara entre dientes. —Si no quieres problemas, evítalos.

—Oye Tania, ¿Qué te pasa? —La voz molesta del joven azabache aparece en medio del pasillo. Se le puede acercándose corriendo dando pasos largos, cuando está cerca se le ve agitado.