Lockwood & co.

✧─CAPÍTULO 2: ¡ESTAS SEREMOS NOSOTRAS!

Hace 3 años.

- Hábleme de su hija, señora Carlyle.

- Bueno, siempre ha tenido talento desde que era un bebe. No nos dejaba dormir. Era muy llorona. Pensábamos que le pasaba algo, hasta que nos dimos cuenta de que los oía en la calle. Por la ventana.

- Así que tiene el oído.

- Tiene el don. A los seis años vio a un visitante en el pantano, lo oyó antes de verlo, sino ya no estaría con nosotros.

- Parece muy especial. Esta de suerte, tenemos una vacante. Perdí a uno de mis agentes antes de ayer, pobre chico. Era mas o menos de su tamaño, así que podría quedarse su uniforme.

- Sería estupendo.

- La señora Clarke se ara cargo del papeleo.

- Se lo agradezco mucho.

-¿No me vas a sonreír, jovencita?

Ni siquiera se en que momento le dejé a mi madre hacer eso, no quería estar allí, quería ser normal. No quería ir a esa estúpida agencia Jacobs, y estar con ese tarado. Simplemente quería quedarme en casa.

Fuimos a ver a la señora Clarke para el papeleo.

- ¿Confirma que la niña tiene la edad legal para ser una agente?

- Cumplió trece la semana pasada.

- ¿Tiene la habilidad para sentir la presencia de visitantes tipo 1 y tipo 2 y defenderse de ellos?

- Sí.

- ¿Comprende que estará expuesta a un significativo riesgo de trauma, lesiones y muerte mientras lleve a cargo sus tareas?

- Sí.

- ¿Y que aparte de formarla y ofrecerle equipo protector, la responsabilidad de sobrevivir recaerá sobre ella siempre?

- Sí.

- El pago del último viernes del mes se hará en que cuenta?

- A la mía.

Era increíble como mi madre había hablado por mí, ni siquiera me había dejado decidir si quería hacerlo o no, simplemente no le importó.

Por fin salimos de la agencia.

- No quiero hacerlo- le dije a mi madre-. ¡No quiero tener miedo todo el tiempo!

- Todo el mundo tiene miedo, no te creas tan especial.

- Conseguiré trabajo en otro sitio, donde sea. Solo quiero seguir estudiando y ser normal.

- Escúchame, señorita- empezó mi madre-. Tu padre nos dejó sin nada cuando se mató bebiendo, así que vas a ir allí el lunes, y vas a sonreír y ser agradecida y esforzarte mucho. O Dios sabe que yo misma te enseñaré lo que es el autentico miedo.

Sinceramente, hacer aquello de la agencia me daba miedo, pero nada podría ser peor que estar con mi madre. Así que lo acepté.

Ese lunes, el señor Jacobs me presentó a mis compañeros. Con ese estúpido uniforme puesto de la maldita Agencia Jacobs.

- Señoras y señores esta es Lucy Carlyle. Es una oyente. Su madre dice que tiene el don, pero ya veremos. Norrie, ocúpate de ella, enséñale lo básico.

Estábamos haciendo cosas en la clase, cuando Norrie me dijo.

- Cuidado, que no se te caiga encima, es super venenoso

- Venenoso y extremadamente caro- dijo el señor Jacobs-. Lo que se te caiga lo pagarás con tu sueldo.

Ese Jacobs no me gustaba nada. Y fueron pasando los días, y ya estaba en otra clase haciendo explosivos.