Iba en el tren de camino a Londres, ya no era de noche, ahora era de día, ya que el tren iba lleno de gente adulta, y dudo que salieran de noche. Estaba ordenando todos los recortes de revistas de agencias de Londres que tengo, de alguna manera estaba intentando engancharlos con celo a mi libreta pero me era un poco imposible.
Y cuando ya lo había conseguido colocar todo perfecto, que solo me faltaba poner el celo. Pasa una señora casi corriendo por el pasillo del tren y hace que vuelen todos mis recortes. Tampoco es que me ayudara mucho, pero como todavía me faltaba un buen rato, mejor poder mantenerme ocupada.
Por fin llegué a la estación de Londres, estaba caminando buscando la salida. Una señora se me acercó, llevaba unos folletos en la mano.
- Disculpe, disculpe, -me dijo- es la primera vez que vienes a Londres? Puede ser muy peligroso, sobre todo por la noche. Si necesitas un lugar seguro, ven a uno de nuestros centros.
Y me tendió un folleto delante mío.
- No, gracias- le dije, rápido para irme-. No hace falta, gracias.
Me fui casi corriendo, tenía mucho que hacer, y aparte esa señora no me gusto un pelo.
Fui a tantas agencias, comencé probando con las más famosas, o sea Fittes y Rotwell. No funcionó, necesitaba el permiso de mis padres. Luego probé en otras no tan famosas como Sinclair & Soanes, Dullop & Tweed, Bunchurch, Mellingcamp o Tamworth, pero nada, esta vez, como ya casi era de noche, empecé a decir que necesitaba donde dormir, pero no me acogieron.
Cuando mis esperanzas estaban agotadas decidí ir a un bar para descansar, allí estaba yo, tachando de mi lista de agencias, en las que no me habían aceptado. Solo quedaban dos horas para el toque de queda, y sino conseguía entrar en alguna agencia rápido, no tenía ni la más santa idea de que iba a hacer.
Encima tenía hambre, saqué mi cartera donde llevaba mi dinero. Conté cuanto tenía, era muy poco no me daba. De pronto me fije en que al lado del dinero había uno de mis recortes de revista, estaba doblado. Lo abrí.
Como ya no me quedaba tiempo decidí ir a probar a aquella, así que me encaminé hacia el 35 de Portland Row.
Por fin llegué, era agencia que estaba como en una casa. Un poco raro, pero por lo menos tenían el cartel de la agencia. Llame al timbre. Me abrió un chico de pelo rizado y con gafas.
- Eres la nueva chica de Arif?- me preguntó.
- Quién es Arif? - le pregunté yo.
- El de la tienda de la esquina, suele enviarnos donuts a esta hora, pero como tu no tienes donuts, así que serás otra candidata. Pensaba que habíamos terminado. Nombre?
- Lucy Carlyle, es usted el señor Lockwood?
- No, no.
- Ah, bueno, y puedo verle?
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Lockwood & co.
FanfictionLucy Carlyle era una chica que quería ser normal, pero todo le ocurrió tan deprisa que pronto se olvidó de que eso era posible. Al entrar en una pequeña agencia de Londres, después de su fallo en otra, le cambiará la vida. Junto a el misterioso chic...