👑El último principe de Leal 👑

Capitulo 02

Xiao Zhan estaba mostrando. Su pecho de
forma perfecta. Era el tipo de chico que se sentía orgulloso de su cuerpo. Lo importante era que había llamado la atención del macarra número uno.
Terminó con el último botón de la camisa, tiró la mochila al suelo. Se quedó expuesto frente a ellos con una sonrisa coqueta en la cara.
El rubio soltó una maldición y tomó al moreno por el cuello.

—¿Dónde coño tienes la cabeza?
Xiao Zhan aprovechó que los dos hombres habían empezado a discutir para echar a correr. No esperaba que aquella distracción, típica de las películas, funcionase. Al fin y al cabo todos los hombres eran iguales fueran hombre o mujer siempre miraban un desnudo.
Había llegado hasta la puerta cuando una mano lo cogió por la parte de atrás de su camisa.

—No tan deprisa.
—¡Suéltame, pervertido!
Xiao Zhan empezó a pegar patadas al aire hasta que una de ellas topó con algo duro.
Se sacudió desesperado hasta que logró zafarse del que la agarraba.
Volvió a correr pero la puerta se cerró de golpe con un gran portazo. Y en un segundo el moreno volvía a taponar la salida.

—Sal —ordenó con una voz de pito que la sorprendió hasta a el. No sabía de dónde había sacado el valor pero tenía que conseguir parecer fuerte.
—No me obligues a hacerte daño.
Xiao Zhan tiró la pierna hacia atrás dispuesto a volver a golpearlo, pero el chico leyó sus pensamientos, lo cogió del tobillo y lo hizo girar. Su cuerpo quedó tirado en el suelo boca abajo. Sintió el peso del hombre sobre el y empezó a temblar.

No quería ser violado. ¡Por Dios el era virgen! No quería que aquella fuese su primera vez. Lágrimas mojaron su cara mientras intentaba moverse bajo la presión de aquel cuerpo.
Sentía el suelo mojado bajo su pecho, estaba duro y le hacía daño.
—Ahora te vas a estar quieto y me vas a escuchar.

—¡Que te jodan! —gritó el mientras intentaba clavarle las uñas.
El tipo se inclinó hacia delante dejando que el peso de su cuerpo cubriera el de Xiao Zhan, lo agarró por las muñecas y las pegó al suelo. Era un jodido obseno. Sabía su nombre. ¡Estaba loco!
El podía sentir cómo su masculinidad lo rodeaba. Un cuerpo duro y fuerte, sin una gota de grasa. Todo puro músculo.

El moreno se inclinó todavía más y sopló en su cara, los cabellos de color negro se movieron inquietos acariciándole la mejilla. Aprovechando que su precioso oídohabía quedado al descubierto, el hombre le susurró:
—Ahora te portarás bien y me dejarás que…

—Joder, tío, no te pongas así; me estás poniendo cachondo —dijo el rubio con tono ronco.
Xiao Zhan alzó la mirada y lo vio de pie frente a ellos con la mirada posada sobre su boca. El chico habría jurado que los ojos del tipo desprendían luz verde, era hipnotizante. ¿Cómo hacía eso?
—Cállate, puto mins —escupió el moreno todavía encima de el.

—Tú también estás cachondo, cabrón, noto tu cosa dura en mi trasero.
Xiao Zhan se sentía enfermo hablando así, el moreno soltó una carcajada.
—Es mi nueve milímetros, encanto.
Y aquel dato no le sentó bien a su estómago. Aquel tipo tenía un arma, podía matarlo allí mismo. Quizás era uno de esos a los que les gustaba manosear a los muertos y hacerles Dios sabe qué, o quizás solo querían sus órganos.

Estaba asustado, lo admitía y no veía escapatoria. Eran dos contra uno y menudos dos. El no tenía ninguna posibilidad en cuanto a fuerza y su ingenio se veía limitado, ya que aquel hombre estaba encima de el. Iba a morir.
La lluvia apretó más en el exterior, lo que provocó que entrara conducida por el viento. Pero Xiao Zhan ya no tenía frío, sentía rabia circulando por sus venas, acalorando todo su cuerpo. Rabia que conseguía tapar un poco el miedo.

—Mierda —masculló el moreno—. Volveré pronto.
Xiao Zhan no se dio cuenta de qué quería decir con eso, pero en un instante no notó el peso del cuerpo del hombre sobre el. Una luz lo deslumbró.