Descansaba su cabeza con hastío sobre la mesa, sin el más mínimo ápice de motivación para llevar a cabo algún experimento o investigación en ese día. Sus ojos, rojos y sin brillo, permanecían fijos en la fotografía que Hades les había tomado, la cual ahora reposaba en un pequeño marco sobre un estante cercano.
Adalie le había suplicado con fervor que guardara la fotografía, ya que si algún miembro de su familia llegaba a descubrir aquella imagen, las consecuencias serían nefastas. Movido por la insistencia y un poco de compasión, Beelzebub accedió a resguardar tanto la foto de Adalie como la de Hades, en la que ella aparecía con un semblante desconcertado que a él le resultaba divertido.
De manera inconsciente, una sonrisa empezó a dibujarse en su rostro pálido, sintiéndose extrañamente reconfortado al contemplar ambas fotografías. Eran las únicas imágenes que tenía con las dos personas más cercanas que le quedaban en el mundo, y esa nostalgia le producía una leve sensación de paz.
Dejando escapar un suspiro, desvió su mirada hacia la mesa de experimentos, donde se apilaban ovillos de lana, algodón y agujas de tejer. Hacía poco había considerado la posibilidad de reconstruir la muñeca de Adalie, pero sabía que no era la mejor idea, pues su familia era capaz de destrozarla de nuevo en un abrir y cerrar de ojos. Por eso, prefirió dejar atrás esa idea y centrarse en otros proyectos, aunque su corazón aún latía con cierta ira al recordar el rostro afligido de su amiga al ver su muñeca destrozada.
Sentía un profundo odio hacia aquella gente que siempre había tratado mal a la pelirroja, y en varias ocasiones se había sentido tentado a exterminarlos.
La puerta se abrió de súbito, y la elegante figura de Hades se presentó en su lugar de trabajo. Beelzebub permaneció inmóvil, observando con detenimiento cada uno de sus movimientos mientras se acercaba hacia él. Con un gesto pausado, Hades se detuvo de pronto, echando un vistazo a las fotografías que Beelzebub había enmarcado, y tomó entre sus manos la que mostraba a él y a Adalie.
—Espero que no le importe, Adalie me pidió que conservara ambas fotografías...— rompió el silencio Beelzebub, incorporándose de su asiento.
Hades dejó la foto en su lugar y se volteó hacia él con una ligera sonrisa en los labios.
—No tengo ningún problema con eso— se encogió de hombros, y se sentó frente a él.
Beelzebub arqueó una ceja.
—¿Ha venido para ofrecerme un trabajo?— cuestionó confundido.
Hades se cruzó de piernas y se rascó ligeramente la cabeza, como si estuviera buscando las palabras precisas para continuar.
—En realidad, he acabado con todas mis tareas y no encontré nada con lo que entretenerme. Es curioso, siempre tengo cosas que hacer y ahora que estoy libre....— guardó silencio, con la mirada perdida en la nada —espero no importunar—
—No— Beelzebub desvió su mirada, pensativo —no es inoportuno—
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—Tengo los pies congelados— se quejó Adalie, envuelta en abrigos, mientras entraba en el laboratorio junto a Beelzebub —agradezco que mi familia haya decidido pasar el día con unos amigos después de misa. Tardarán mucho más de lo esperado y...— se detuvo en seco al divisar a Hades sentado en una de las sillas, absorto en la lectura de algún libro desconocido para ella.
—¿Señor Hades?— arqueó una ceja, preguntándose qué hacía allí.
El peliplata alzó su mirada al oír su nombre y saludó a Adalie con una pequeña inclinación de cabeza, a lo que ella correspondió con una sonrisa.
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Safe & Sound 《Beelzebub》
Fiksi Penggemarベルゼブブ┇︎"Solo cierra tus ojos, estarás bien, cuando venga la luz de la mañana, tú y yo estaremos sanos y salvos" 𝗔𝗖𝗟𝗔𝗥𝗔𝗖𝗜Ó𝗡: 𝗘𝗹 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲 𝗱𝗲 𝗕𝗲𝗲𝗹𝘇𝗲𝗯𝘂𝗯 𝗻𝗼 𝗺𝗲 𝗽𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗲𝗰𝗲, 𝗰𝗿é𝗱𝗶𝘁𝗼𝘀 𝗮 𝗧𝗮𝗸𝘂𝗺𝗶 𝗙𝘂�...