Capítulo 8- Cuidate, por favor...

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Estoy afuera de la dirección del instituto de mis hermanos y junto a mi esta mi muy nuevo amigo Charlie.

No puedo dejar de ver mi reloj al igual que esta mañana mientras estaba en las clases. Son las 3:42 p.m. y el reloj sigue su marcha.

Mis nervios están a flor de piel y trato de controlarme para poder aparentar la mujer mayor que pretendo ser algún día.

Pero en estos momentos me gustaría que papá o mamá se tomaran en serio sus roles de padres en esta familia, pero están tan metidos en su trabajo que la responsabilidad de tratar de dar calor al hogar recae en mi.

-Ya no te muerdas las uñas.- sin darme cuenta, tenia mis uñas pegadas contra los dientes. -Sí sigues así te quedaras sin nada de uñas.

-Eso no es lo que me preocupa ahora.- respondí amargamente, seca, sin ganas de bromear.

Charlie solo acarició mi espalda de un lado a otro tratando de darme apoyo a mis nervios. Eso ayuda por el momento pero no del todo.

Una señorita no muy mayor nos invitó a pasar a la oficina.

Era un lugar muy limpio y ordenado, decorado con trofeos, banderas del país y del instituto. Y en un gran escritorio de madera, se encontraba sentada la directora. Una señora de unos cuarenta y tantos años. Mirada sería, pálida como un cadáver y ojos color miel.

-Buenas tardes Señorita Cortes y joven. Tomen asiento.- hicimos caso a su invitación de sentarnos pero eso me hacia temblar un poco más porque la tendría frente a frente. -Agradezco enormemente su presencia en estos momentos. Sus hermanos y muchos niños más, están en viciados con esas cosas de los vídeo juegos.

-Lo sé Directora. Soy consciente de que ellos adoran los juegos de video pero yo no estaba enterada de que ellos faltaran a la escuela. Todos los días les doy dinero para venir a la escuela y por las tardes les pregunto si ya hicieron sus tareas. - Mi corazón no dejaba de latir y sentía la sangre fluir por mis venas.

-Entiendo Señorita, pero el problema aquí es que somos un instituto de alto prestigio y si este problema se llega a saber en los planteles administrativos nos sancionarían.

-Entonces que sugiere que hagamos con los niños.- intercedió Charlie por mi.

La directora se le quedo viendo muy atenta por unos segundos pero Charlie en ningún momento titubeó, ni tampoco se veía intimidado por ella.

-Bueno, me gustaría que los metieran en clases de apoyo aquí mismo. Estamos implementando un programa llamado "Niños en acción". Es saliendo de clases hasta las ocho de la noche. Son actividades extracurriculares como; natación, pintura, danza, entre muchas otras. De lunes a viernes.

-¿Tiene algún costo?-preguntó Charlie.

-En realidad no. Gracias al apoyo que tenemos de los planteles administrativos, no hemos tenido que gastar ningún centavo. ¿Qué opinan?

-Me parece perfecto.- dije fuerte y claro. -Ellos necesitan dejar esos vídeo juegos.

Me hubiera gustado consultarlo con mis hermanos primero, antes de tomar una decisión que los afecta. Aunque también soy consciente de que ellos me dirían un gran no. Además, esto aparte de ser un castigo por lo que han hecho, les hará bien.

Finalmente, firmé unos papeles y a partir de mañana Iris y Tomas vendrían a clases extracurriculares.

-NOOOOOO!!!- gritaron mis hermanos al unísono cuando les dije la noticia en la sala de nuestra casa.

-¡Es injusto!-rezongo Iris.

-Lo injusto aquí es que ustedes tienen la obligación de estudiar y en vez de eso se fueron a no sé donde con el dinero que les daba.

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