Capítulo 11- Serenata al amanecer

39 1 0
                                    

Estoy muerto de cansancio. Para relajarme sólo tomé un vaso de agua y me senté en el sofá de la sala, pero mi cabeza no deja de pensar en esa chica.

Gisela.

Es tan odiosa a veces pero aún así quiero estar tan cerca de ella como sea posible.

Hay ocasiones que mis amigos me preguntan el porque estoy con ella pero no me importa. Es como si fuera un imán y me atrajera.

¿Pero qué puedo hacer? Ella prefiere al idiota de mi primo y yo no puedo hacer nada. Jamás he competido por una chica pero siento que ella se ve fuerte por fuera pero por dentro es tan indefensa y delicada.

Le cambiaba a los canales y no había nada bueno en la televisión, preferí apagarla he irme a mi habitación. Pesaba tanto subir cada escalón de las escaleras.

Me quité la playera y la deje caer sobre la silla del escritorio, el cual estaba a un lado de mi cama.

¿Qué puedo hacer yo? Era la pregunta que rodeaba mi cabeza todo el día y toda la noche. Aún no sé que siento por Gisela. Ella si es especial y no quiero jugar con ella, aunque jamás he maltratado a ninguna chica y ella no será la primera.

Creo que lo mejor es dejarle el camino libre con Charlie, prefiero que este feliz a lado de la persona que a ella le gusta.

-¡Te odio! ¡Te amo!- empecé a escuchar unos gritos a fuera. ¿Estan golpeando a alguien?

Me levante y en lo que me acercaba a la ventana fui escuchando más gritos apenas reconocibles.

¿Qué son esos ruidos? Creo que son maracas y una guitarra muy desafinada. Todo ese alboroto viene fuera de mi casa.

-¡Aaaaaaaay! ¡Como odio amarte!- Cada vez que ponía atención empezaba a reconocer esa voz. -Más que negarlo... ¡¡¡Quisiera olvidarlo!!! pero hay algo entre ¡nosotros!

¿Gisela?

-Es entre los ¡¡¡dos!!! No entre Nosotros ¡¡babosa!!

¿Leslie?

Salí corriendo hacia abajo para abrir la puerta y vi que eran ellas.

Mierda. Están ebrias.

-¿Qué están haciendo aquí? - pregunté pero antes de acercarme me gritaron.

-Regresate a tu ventana. Se supone que es serenata. - No pude evitar reírme de lo que decían y lo que se suponía que estaban tratando de hacer.

-Bueno, pero te recuerdo que yo no soy chico facil- respondí riéndome.

-Callate y subete- dijo Leslie atrás de Gisela entre tambaleos. ¿Cuánto a bebido esa chica?

Me regresé a mi habitación y me puse en la ventana viéndolas para disfrutar del espectáculo. Tampoco me preocupa que estén haciendo el ridículo en la calle porque son las cuatro de la madrugada y todos están dormidos.

Realmente me siento como todo un damiselo por seguirle el juego. Pero una cosa que he aprendido de mis amigos ebrios, jamás les ganarás en una discusión o cuando están decididos hacer algo. Son tercos y necios.

Cantaron otras canciones, no terminaban ninguna porque se les olvidaba la letra. Gisela cantaba y Leslie hacia el coro.

-Mentiras... Tu me enamoraste a base de mentiras...

-Ya me cansé - dijo Leslie bajando su guitarra. -Tengo mucho sueño y tengo un buen rato que tengo que ir al baño.

Después del espectáculo bajé y les abrí la puerta. Leslie entró corriendo al baño y senté a Gisela en la sala. A pesar de todo se veía tan hermosa. ¿Me estoy enamorando de ella?

El OrangutánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora