Habías pasado los últimos 4 meses de regreso como Spider-Persona combatiendo con ladrones y pandilleros de poca monta que habían cometido fechorías menores mientras tú no estabas; en general, tu trayectoria desde que habías re tomado el manto ha sido bastante sencilla, aunque atareada; habías estado fuera de casa un lapso de 3 meses desde que el Doctor Octopus había roto tus piernas y te había llevado de viaje por todo el multiverso.
Te tomaste unos días luego de tu regreso para arreglar la vida de civil que habías dejado atrás; inventarle un cuento a toda tu gente amada de que te habían secuestrado de camino a la biblioteca y que habías escapado en cuanto "las riñas entre el grupo de secuestradores fueron tales que acabaron mutuamente con sus vidas y tuviste la oportunidad de hacerlo", que en teoría no era una mentira, pero sí lo eran los detalles que lo habían hecho sonar menos espectacular de lo que había sido.
Uno de esos días buscaste por mera casualidad las noticias sobre tu desaparición, encontrando que alguien había grabado con un celular y subido a internet el momento en el que el Doctor Octopus había salido trepando del edificio con uno de sus brazos sosteniendo la pieza tecnológica que robó esa noche y tu desmayado cuerpo en otro. Tenía casi 100,000 visitas y los comentarios variaban entre los que decían que te extrañaban y que esperaban que donde sea que estuvieras que cargaras con bien y los que jamás te había tenido en su mejor estima diciendo que eras una decepción para sus hijos que te admiraban. En definitiva, ignoraste los comentarios malos y te quedaste con aquellos que consiguieron enternecer a tu corazón.
Pero no fue hasta que un día saltó en tu teléfono una notificación de un periodico digital en el que se reportaba que tu ciudad había tenido un aumento de criminalidad en un 75% durante tu ausencia, supiste que era momento de regresar como héroe. Tenías suerte, nadie había descubierto el segundo traje que habías ocultado en un fondo falso del armario; algún día tenias que decirles la verdad sobre que ese alter ego que habías creado y tú eran la misma persona y por ello habían desaparecido al mismo tiempo, pero ese sería un bache que cruzarías en cuanto llegaras a él. En verdad que los medios habían hecho un gran escándalo cuando te vieron volver a recorrer los edificios con tus telarañas, había sido complicado evitar las entrevistas que querían hacerte porque sabías que en algún momento sus preguntas serían dirigidas hacia conocer tu identidad secreta, pero era lindo saber que en serio te amaban.
En general, parecías haber reconstruido tu vida en donde la habías dejado. Salías a hacer tus actividades por la mañana, conseguiste un lugar en donde trabajabas antes, no en tu mismo puesto pero algo ya era algo, hiciste que la criminalidad volviera a bajar en tu ciudad, volvías a casa antes de las 10 y llevabas los huevos cuando hacían falta en el refrigerador.
Te habías ocupado tanto en hacerles saber a los chicos malos que estabas de regreso y que se les había acabado la hora libre, que no habías podido ponerte a pensar en la persona por la que estabas de regreso, al menos hasta esa tarde que contemplabas el atardecer desde el edificio más alto de la ciudad mientras comias un perrito caliente. Recordaste como en el día que habías decidido regresar a combatir el crimen pensaste que volver a construir tus disparadores de telaraña sería la parte más complicada, pero fue con eso que te diste cuenta que la fórmula que MIguel te había dado, no solo te había regresado tus poderes y los había llevado más allá de los límites que tú les conocías haciéndote más fuerte sintiéndose casi como cuando tenias el simbionte en tu cuerpo, sino que como regalo te había dejado que pudieras disparar telaraña orgánica de tus muñecas sin la necesidad de algún aparato extra, algo que le agradecías, y por ello era que ponerte el reloj se había convertido en uno de los pasos para cuando te ponías tu traje.
No habías recibido mensajes de algún otro miembro de la Sociedad Arácnida y tampoco habías encontrado el valor de enviar uno más allá de aquel con el que le diste a Lyla que estabas bien, y no era que te pesara que no te llamaran para alguna misión de proteger el multiverso, después de todo, en teoría, solo tenias un año de experiencia a comparacion de otros que llegaste a ver; aun tenias que pelear con varios villanos para siquiera ponerte a su nivel.
Pero oportuno ese día que una luz en tu reloj parpadeo y una pequeña transmisión de Miguel apareció de manera holográfica. ¿Estaba corriendo?
—Atención todos, detengan lo que están haciendo y detengan a Spiderman— mencionó
Eso te levantó una pequeña pregunta con una leve risa y solo intentabas imaginarte la confusión si eso era transmitido en las instalaciones de la Sociedad Aracnida; el único edifico en todo el multiverso con cientos de Spidermans juntos
—¡Ay coño! ¡Miles, Miles Morales! ¡Va hacia el Sector 4!— gritó sacandote de tu pensamiento irónico, seguro se dio cuenta de lo inexacta que era su primera petición
Por supuesto que no sabias quien era el tal Miles Morales, pero por lo enojado que se veía tu jefe fue que te terminaste tu perrito caliente y presionaste el boton que él te habia indicado para ir a las instalaciones Para cuando llegaste todo parecía ser un caos, pero era un caos al que te hacía feliz pertenecer.
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"¡Tú me salvaste!" | Miguel O'Hara Fanfic
FanfictionLos ultimos 8 meses desde que te mordio esa araña radioactiva habian sido tranquilos; apenas deteniendo fechorias menores. Pero ese día te diste cuenta de que Otto Octavius se convertiría en tu primera gran amenaza. Pero con ello te llegarían una se...