Podías tener toda a disposición a hablar respecto al plan que tuviera el Doctor Octopus.
Podías recordar y recitar todos los lugares que habían sido víctimas de ese plan.
Pero hablar de tu papel en eso te hacia tener un nudo pequeño en la garganta del que solo te salvaste por la alerta.
Ni siquiera sabías las palabras correctas que usarías para decirlo; en todos los universos te llamarían "Cómplice" y casi podías jurar que en todos los universos te merecerías una condena en prisión; quizás podría ser corta dado que era en contra de tu voluntad, pero no dejaría de ser un obstáculo en tu camino para regresar a casa. y era difícil saber si estarían en la prisión de tu hogar o si te dejarían en una celda continua a la del Doctor Octopus. Y hablando con sinceridad, no sabías cual podía ser peor ya que ambas sonaban igual de horribles.
Miguel había dicho que podía regresarte a casa, y si querías seguir con tu libertad, debías de encontrar el como lo haría e irte antes de que él se diera cuenta de que no estás en donde te dijo que debías de estar. Era hora de usar tus poderes como nunca lo habías hecho.
Los letreros y seguir a un grupo de Spider-Personas que parecían estar escoltado a algún tipo de rinoceronte humanoide fue lo que te llevó cerca de la zona en donde tenían encerrados a todos los villanos. No habías tenido el manto por tanto tiempo como para que uno de esos rinocerontes apareciera en tu dimensión.
Usabas el techo solo para asegurarte de que Lyla te descubriera; nadie sabría realmente lo que hacías, pero no sabías cuantas personas podían tener el acceso a la inteligencia artificial que había sido amable contigo pero que podías definir que era como los ojos y oídos de Miguel cuando no estaba en las instalaciones.
—¿Sabes que no tienes que hacer eso, cierto? — te dijo una voz desde abajo
Volteaste al sitio de dónde venía aquella voz y te encontraste con una mujer de tez morena y cabello rizado que te miraba con los brazos cruzados. Te despegaste del techo quedando con una mano sosteniéndote solo para verla sin que tu mundo estuviera de cabeza.
—Miguel me dejó como tarea vigilarte mientras estaba fuera después de que te vio con tanta ansiedad. Dice que te dio la libertad de que caminaras o treparas por donde quisieras siempre que no salieras del edificio, no tienes que esconderte como si fueras alguien de los chicos malos. Baja de ahí.
No podías discutir con una orden de alguien que se veía mayor que tú, así que buscaste la pared más cercana para dar un salto y de ahí al piso junto a esa persona que hablaba con un tono casi maternal.
—Spider Woman, a tu servicio— mencionó en cuanto te vio con rostro de duda
—Perdona el susto, solo... Solo... No sé cuánto tiempo voy a estar por aquí, quería conocer el lugar, aunque, Miguel no me dijo lo de que podía ir de aquí para allá— dijiste con algo de pena, una mentira que tuviste que inventar en menos de 10 segundos exceptuando la última parte
—¿Porque no lo dijiste antes?
—No sabía que tenía una niñera que no fuera Lyla
—Prefiero la palabra "Guardiana". Ven, te mostraré la sala por la que manifestaste tanto interés
Te dio una señal con la mano con la que te decía que la siguieras al interior de la sala a donde llevaban al rinoceronte. Te daría un recorrido más allá de la enfermería a la oficina de Miguel.
Muchos de los villanos que Spider Woman te presentó no habían sido vistos en tu dimensión, era como si de alguna manera te estuvieran dando un adelanto de aquello a lo que podrías enfrentarte si regresabas a casa y continuabas con el manto sobre tus hombros. Y con todo lo que habías visto hasta el momento y con todo lo que habías aprendido era que no podías dejar de pensar en la posibilidad de que la simple aparición de la Spider-Persona de cada universo no hiciera más que desembocar la aparición de todos esos villanos. Es decir, al menos en tu universo no habían tenido un problema de ese tipo hasta que apareciste.
Que suerte tenía tu universo; cuando volvieras a casa, también lo harías a tú vida normal y aburrida, no tenías por qué ser la causa multiversal de que todos esos villanos aparecieran en casa y tuvieran la oportunidad de lastimar a la gente que amabas más.
Pero a pesar de todo lo que pasó por tu cabeza, no dejaste de escuchar ni por un momento a la Spider Woman que amablemente te estaba dando el recorrido
—¿Todos estos malos son de distintas dimensiones? — preguntaste
—Vaya, veo que alguien pone atención. Sí, todos ellos son de algún mundo diferente
—¿Y.... que hacen con ellos? — dijiste con algo de ingenuidad
—¿Disculpa?
—Digo... Supongo que los interrogan como Miguel dijo que interrogarían a mi Octavius. Pero, ¿Qué hacen con ellos después? ¿Los... dejan encerrados?
—Eso depende un poco del villano en cuestión. Tu Octavius, por ejemplo, quizás podría pasar algún tiempo aquí, pero quienes no han hecho nada tan grave son enviados a casa con esa máquina de allá
Dirigiste tu visión hacia aquel sitio a donde hizo ese movimiento con su cabeza. Había una chica de piel azul que manejaba la consola de la máquina. Era oportuno, una persona con un traje negro y ajustado estaba en el ojo de la máquina. Viste como a su alrededor comenzó a formarse una especie de crisálida digital y de un momento a otro ya no estaba.
No sabías como lo hacía, pero si esa era la máquina que podía enviarte a casa sin conocer el número de tu universo, era tu boleto de salida antes de que tuvieras que hablar de más.
Tenían una fila de chicos malos a los que enviarían a casa, y sinceramente, no sabías cuando tendrías una oportunidad más perfecta.
Esperaste...
Viste a la chica apretar botones y viste luces brillar...
Abandonaste el recorrido que Spider Woman te estaba dando para correr a esa máquina; sentiste pena dado que ella se había comportado bien contigo y ahora traicionabas su confianza detrás de su espalda. No tenías tus disparadores de telaraña, pero tus piernas aún fueron lo suficientemente fuertes para llevarte a la plataforma de la máquina de un salto y sacar de tu camino al villano esposado usando una patada.
La máquina comenzó a escanearte a ti en vez de al villano y la crisálida comenzó a formarse a tu alrededor.
—¡Apágalo! ¡Detén el proceso! — escuchaste la voz de Spider Woman gritando
—No puedo, está buscando su ADN. No puedo detenerla— mencionó la chica azul que manejaba la consola, a pesar de que seguía intentando detenerte
Tú solo temblabas esperando que no encontraran la manera de detener el proceso. La crisálida era algo transparente, por lo que pudiste ver a la fila de chicos malos siendo evacuados de la sala por otras tantas Spider-Personas mientras que otros se te quedaban viendo. Sentiste como si te acusaran de algo, por lo que solo te diste media vuelta dándoles la espalda y esperando que el proceso terminara pronto.
Pensaste un momento en la tecnología que tenías en tu espalda, pero llegaste a la conclusión de que si había salido del Alchemex de tu dimensión o de alguien que trabajaba ahí cuando estaba con vida, debía de haber alguien en los laboratorios que pudiera ayudarte; esperabas que tu buen nombre te hiciera merecer al menos un favor por ahí.
Casi podías oler a tu universo, casi podías saborear la comida de tu hogar y casi podías sentirte lanzándote a tu propia cama con ese pijama que te gustaba tanto... Y sin embargo la luz roja que brilló a tu alrededor y el sonido estridente que se escuchó fue lo que te sacó de tu fantasía con tu anhelado hogar. La crisálida que tenías a tu alrededor se deshizo y antes de que pudieras darte la vuelta fue que sentiste lo que seguro debían de sentir cuando los rodeabas con tu telaraña dado que una serie de hilos rojos te ataron por el torso, dejándote sin forma de mover los brazos. Tú solo te diste la vuelta para afrontar lo que sea de lo que te acusaran.
Miguel te estaba mirando con el ceño fruncido en cuanto descartó que fueras alguno de los prisioneros intentando escapar, y una pequeña Lyla desde su hombro compartía esa imagen, pero era como si te analizara. Y tú, no esperabas que la sensación de vergüenza pudiera ser mayor que tus ganas de llorar en ese momento.
De haber tenido la oportunidad, hubieras cambiado todas tus habilidades arácnidas por poderte haber hecho invisible o desaparecer en ese momento.
ESTÁS LEYENDO
"¡Tú me salvaste!" | Miguel O'Hara Fanfic
Fiksi PenggemarLos ultimos 8 meses desde que te mordio esa araña radioactiva habian sido tranquilos; apenas deteniendo fechorias menores. Pero ese día te diste cuenta de que Otto Octavius se convertiría en tu primera gran amenaza. Pero con ello te llegarían una se...