—Oh, mi diosa... ¿qué hemos encontrado aquí? La princesa de la manada de Piedra Roja. ¿No es así? —Preguntó Thomas y Fiona miró a Sienna antes de mirar a Thomas.
—¿Señor Thomas?... No sé de qué se trata... Mi hermano está herido. Nuestra manada está siendo atacada... —Fiona pudo intuir que algo iba mal cuando Thomas empezó a dirigirse hacia ellos—... nosotros...nosotros...nosotros...realmente necesitamos ayuda... por favor.
—O creo que debería matarlos... y asegurarme de que un traidor no respira más de lo necesario —Thomas se detuvo a unos metros, pero Troy estaba bastante cerca de él.
En el momento en que Fiona notó que se inclinaba para sacar el cuchillo plateado de la espalda de su hermano corrió hacia Troy para sujetarle la cabeza.
—¡Troy! —Fiona gritó cuando su hermano se retorció de dolor y tenía lágrimas en los ojos cuando miró al señor Thomas.
—Por favor... por favor no nos hagas daño. No hemos hecho nada. No somos traidores —Le temblaban las manos al sentir cómo Troy se retorcía de dolor—. Necesitamos un médico... por favor... o perderemos a Troy... por favor,... —Estaba suplicando muy fuerte. Preguntándose si no era suficiente para llegar a los oídos de Thomas.
Dos lobos se adelantaron para clavar sus dientes en las patas de Troy antes de tirar de él y Fiona gritó:
—¡No! no... déjenlo. Ya está herido. No puedes hacer esto... —Troy gruñó cuando miró a Thomas con su hermana. Se dio cuenta de que era el final para su hermana también cuando intentó correr hacia él, pero fue sujetada por Thomas.
Troy se quedó mirando el cuchillo de plata que Thomas tenía en su mano izquierda.
En este momento, Troy sólo podía esperar que le hiciera la muerte fácil a Fiona.
—Por favor... por favor pídeles a tus hombres que dejen a Troy. Él nunca puede hacer nada malo. Estoy segura de que se equivoca... —Fiona suplicó y trató por todos los medios de llegar a Troy sólo para que Thomas la recogiera.
—Verás... no puedo hacer eso... me han ordenado aniquilar a toda tu manada. Todos quieren que esta manada termine. Porque ahora saben que ustedes no son más que traidores —Fiona no sabía cómo era posible. Ella nunca había oído tal cosa.
—Pero yo no he hecho nada... —Le dijo a Thomas y él sonrió sintiendo su cuerpo agitado contra el suyo. Incluso podía escuchar los latidos de su corazón. Era una cosita deliciosa.
—¿Pero tu padre? Tu manada es una de las cinco que planeaban ejecutar al rey hoy. Lástima para tu manada que la reina le disparara. Lástima que falló y ahora... todos ustedes tienen que morir —A Fiona se le abrieron los ojos y Thomas asintió—. Sí, tu padre es la razón por la que esa reina está muerta. Él mató a la reina. Nuestra reina... así que... —Fiona miró a Troy antes de mirar a Thomas.
—No,... —Susurró y volvió a mirar a Troy sólo para volver a mirar a Thomas cuando éste le lamió la oreja—... Déjame —hipó Fiona antes de empujarle la cara.
—Seguro que lo haré... pero para eso, primero tengo que matarte —Fiona miro el cuchillo que Thomas agitaba delante de ella, pero tenía los ojos llenos sintiendo la mano de él rozando su cintura sugestivamente.
Por supuesto, a ella le habían dicho lo del roce. Se dio cuenta de que estaba siendo inapropiado.
Fiona tragó saliva antes de mirar a Troy. Esta vez ella también sabía que era el final para ellos. Se suponía que debían ser asesinados pasara lo que pasara. No había lugar para ellos en ninguna parte ahora.
—¡Déjala, pervertido!... —Sienna gritó antes de correr y agarrar la mano de Thomas—... Si te han ordenado que nos mates... mátanos... ¡pero deja de tocarla!
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Bound to the Alpha
RomanceFiona gimoteó un poco y abrió los ojos. -¿Cómo te llamas ojiazul? -Una mirada a su alrededor hizo que ella tirara de las sábanas hacia su pecho. -¿Qué hizo? -pero aquellos ojos la retuvieron y se estremeció cuando él le levantó la barbilla. -Felicid...