Fiona se puso una sencilla camiseta en la que se leía "Estoy loca" y se dirigió a la sala de estar para llamar a todo el personal. Tenía toda la casa para ella sola y seguro que quería dirigirla mientras tuviera autoridad.
La criada que arruinó su vestido fue la primera en llegar, pero ignorando a Fiona le dijo a la chica nueva.
—¿Qué estás haciendo aquí? Se supone que no debes...
—Espera... no puedes opinar cuando yo estoy sentada aquí. Ella se sentará aquí... conmigo... y, será mejor que vayas y nos hagas unas tortitas y las sirvas con mi sirope de arándanos favorito. ¿Te parece bien, chica nueva?
Aquella chica que ya se había levantado cuando empezó la criada y miró a Fiona durante dos largos instantes aantes de asentir:
—Sí.
—Genial... ¡sigue avanzando! —Fiona dio una palmada a la criada y miró a la chica—. Entonces, ¿cómo te llamas... o se supone que debes mantenerlo en secreto como si fueras algo mejor que yo?
Esa chica también tiene los ojos azules. Pero viendo su físico delgado se nota que no la han cuidado bien.
—No tengo nombre... —Esa chica respondió y Fiona entrecerró los ojos.
—Todo el mundo tiene un nombre... incluso los rufianes. Entonces, ¿cómo te llaman?
—Chica —contestó ella y Fiona asintió.
—Qué raro... ¿cómo se llama tu manada? ¿Cuáles son tus padres? —Preguntó Fiona y aquella chica se quedó mirando la enorme foto familiar que había detrás de Fiona. Y, sólo añadió un aura superior a Fiona.
—Mi madre está muerta y mi padre nunca estuvo. Tiene su propia familia y vive muy lejos de aquí.
—¿Dónde? Conozco todos los nombres...
—El nombre de su manada es Dark Feral.
—Eso está lejos... y no es prominente, pero eres tan joven. ¿Por qué no viajas a casa de tu padre? Quiero decir... no importa, pero para ti será mejor allí que aquí. Quiero decir, entiendo que es Redstone, pero no tendrás que trabajar allí... —No queriendo que continuara para siempre aquella chica contestó:
—Mi madre me ha pedido que no vaya allí. Sabe de mí, pero... no quiere hacer nada conmigo. Nunca le he conocido. Y, además, mi madre era la otra mujer. No tengo ningún derecho...
—Eso es mentira. Mi madre también era otra mujer... es cosa de tu padre y de tu madre. No deberías...
—La vida no es igual para todos. Allí no seré bien recibida. Al menos, eso me dijo mi madre —Fiona se sintió mal por ella. Pero torció la boca antes de preguntar.
—Entonces, ¿cómo llegaste aquí? ¿De qué conoces a Paula?
Aquella chica se daba cuenta de que Fiona podía hablar sin parar.
—Mi madre trabajaba para su tía. Y, después de la muerte de mi madre, le pidieron a Paula que hiciera algo por mí. Paula va a ser Luna en el futuro. Así que todos los que la conocen le piden favores todo el tiempo...
—Ah sí, ya entiendo... ¿has visto nuestra tierra? Los prados son preciosos. Te va a encantar. Y, la cascada... no me hagas empezar... ¿vendrás conmigo si te lo pido?
Cuantas ganas tenía Fiona de que estuviera de acuerdo y no pudo evitar gritar cuando aquella chica asintió un poco.
—¿Por qué no tienes ningún nombre? ¿Por qué no eliges algo para ti? —Fiona preguntó a aquella chica mientras ambas caminaban hacia la cima. Dos guardias las acompañaban a una distancia prudencial.
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Bound to the Alpha
RomanceFiona gimoteó un poco y abrió los ojos. -¿Cómo te llamas ojiazul? -Una mirada a su alrededor hizo que ella tirara de las sábanas hacia su pecho. -¿Qué hizo? -pero aquellos ojos la retuvieron y se estremeció cuando él le levantó la barbilla. -Felicid...