Parece que la Sra. Phipps no sabía nada de la adopción de Fiona. Ni siquiera sabía por quién había llamado al médico. Pero en cuanto supo que Kate había adoptado a Fiona para vengarse de Ivory, la casa se reunió.
Parece que Ivory, que era la segunda en número, estaba emparejada con Tony. Y, Kate quería ponerle las cosas difíciles después de enterarse de que Tony estaba interesado en una chica rubia. A Kate no le costó mucho darse cuenta de que Fiona era su hermanastra y quería ponerle las cosas difíciles a Ivory.
Tanto Kate como Ivory tenían una especie de dominio sobre la casa. Kate e Ivory eran gemelas. Pero Kate es la que salió primero y era la futura mayor de la familia porque no tenían hermanos varones. Y, Ivory estaba destinada a ser la futura Luna de su manada.
Fiona estaba sentada a la mesa y la Sra. Phipps se había olvidado por completo del lío que habían montado sus hijas en la casa. Sólo miraba a Fiona y se preguntaba qué damisela habría sido su madre. Sin duda su marido había perdido el interés por ella.
—Si se quedara en esta casa, quemaría toda la casa —Ivory dio un puñetazo en la mesa del comedor, pero Kate sólo sonrió satisfecha.
—No hay mucho que puedas hacer al respecto, Ivory. El orfanato ha cerrado y no tengo intención de dejar marchar a mi dulce hermana.
—La mataré —gruñó Ivory y Kate se encogió de hombros.
—Mejor, no te preocupes, me casaré con Tony cuando te metan entre rejas... —Ivory no tardó en gruñir de nuevo y la señora Phipps se levantó de su sitio y abofeteó a Chelsea.
—Fuiste tú quien vino con esta idea, ¿verdad?
—Kate, tanto quieres mantener esta mierda aquí, ¿verdad? Puedes quedártela. Y, Ivory... —La Sra. Phipps miró a su hija Ivory antes de sugerir.
—Me aseguraré de que Tony nunca la mire. ¿No es mejor que hagas desaparecer a esta chica?
—¿Qué estás sugiriendo? —Preguntó Ivory y a Fiona se le cayó el corazón. Se dio cuenta de que la diosa de la luna se había vengado de ella.
—¿Crees que Tony se fijará en ella si deja de tener algo que tú no tienes?
—¿Qué quieres decir? ¿Qué tiene ella? No sé por qué Tony la mira...
—Su pelo dorado mi niña, el mismo pelo que nadie en esta manada tiene... —Pero entonces la Sra. Phipps se acercó a Fiona y le tiró del pelo. Ella tenía algunos mechones del pelo de Fiona en sus dedos y continuó,
—Escucha, pequeña mierda... quiero tu cabeza afeitada por la mañana. Y, no hay manera en el infierno de que salgas de la bodega. Tony se irá a entrenar dentro de un mes y no quiero que salgas ni que ningún invitado te eche un vistazo. ¿Estás de acuerdo?
Fiona se limitó a mirar fijamente a la mujer que no hablaba más que de inseguridad. No era la primera vez que le decían que era hermosa, pero ahora iba a vivir con ocho lobas. Un lugar que no era menos que un manicomio.
Esa noche Chelsea vino a darle una navaja y le pidió a Fiona que lo hiciera delante de ella. Si el diablo alguna vez quiso renacer era Chelsea. Sólo tenía doce años y era la única loba que tenía el pelaje blanco en toda la manada. Sabía que estaba destinada a algo grande y se merecía algo mejor siempre. Siempre había estado del lado de Kate, mientras que su propia gemela, Beatrice, siempre había estado del lado de Ivory.
Nunca en un millón de años Fiona había pensado en encontrarse en una situación así. Lloró toda la noche. No sabía cómo enfrentarse a nadie sin su pelo. Pero ahora estaba aún más convencida de que era la diosa luna castigándola. La sensación de no tener a nadie aparte de ella era aún más evidente ahora. Saliendo de la bodega cuando la llamaron a la mesa del desayuno se sintió desnuda sin pelo en la cabeza.
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Bound to the Alpha
RomanceFiona gimoteó un poco y abrió los ojos. -¿Cómo te llamas ojiazul? -Una mirada a su alrededor hizo que ella tirara de las sábanas hacia su pecho. -¿Qué hizo? -pero aquellos ojos la retuvieron y se estremeció cuando él le levantó la barbilla. -Felicid...