P R O L O G O.

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Con su vista levemente borrosa observó la hora en el reloj digital que se encontraba posado sobre la pequeña mesita de noche. Las manecillas de dicho artefacto indican las tres y media de la tarde, haciéndole consciente de que apenas había logrado dormir cinco míseras horas, y todo gracias, insistente sonido del timbre de su departamento.

Frustrado por el insistente sonido, se obligó a sí mismo a abandonar la comodidad y el calor de su cama y de las sabanas. Una vez su agotado cuerpo-debido a las largas horas de trabajo que había tenido en su turno de casi veinte horas en el hospital-yacía de pie sobre la alfombra que cubría el piso de la habitación, arrastró sus pies hasta la puerta principal con suma pereza.

—¡Ya voy!—exclamó en voz alta, mientras cruzaba el pequeño pasillo de su departamento, cuando escuchó el timbre volver a sonar.

Siseando maldiciones por lo bajo, Jimin juraba que como fuera JungKook el que encontraba al otro lado de la puerta tocando el timbre con tanta insistencia, no dudaría en propinarle un buen puñetazo y enviarlo a dormir al sofá al menos una semana completa, por interrumpir su preciado descanso, pero sobre todo por olvidar las llaves nuevamente. Soltando un incontenible bostezo, el de hebras castañas medias llegó al final de su recorrido, por lo que con suma rapidez tomó el pomo de la puerta, para así abrirla. En cuanto abrió la puerta principal, no encontró a nadie a las afueras de su departamento, y mucho menos deambulando por el pasillo.

Consternado y frustrado por la situación, se dispuso a cerrar la puerta. Sin embargo, antes de que siquiera pudiera realizar dicha acción, sintió un leve jalón en la parte inferior de su pantalón de dormir, obligándolo a descender su mirada a la altura de donde había sentido el jalón. Al efectuar dicha acción, Park Jimin no esperó encontrarse con un par de gemelas idénticas, las cuales posiblemente no sobrepasaban los cuatro años de edad. Atónito por la presencia del par de bebés en su puerta, volvió a observar el pasillo en busca de la madre de las pequeñas o incluso del padre, pero nuevamente no había nadie. Seguidamente, a sí mismo se preguntó si las gemelas eran familiar de alguno de sus vecinos, pero conociendo que sus vecinos no eran más que dos ancianos ya jubilados que vivían con su único y solterón hijo de cuarenta años, y una pareja de recién casados que aún se encontraban en su luna de miel, reducía por completo que las pequeñas fuesen familiar de ellos.

Resignado a que debía encontrar a la madre o encargado de las pequeñas—algo que no le alegraba mucho la vida, puesto que no era muy fanáticos de los niños, por no decir que no le gustaban en lo más mínimo—se colocó de cuclillas hasta estar a la altura de las pequeñas, para ser capaz de observar mejor a las bebes. En cuanto sus ocelos se posaron sobre las facciones faciales que las gemelas poseían, su entrecejo se frunció con levedad por lo familiar que estas se le hacían.

Antes de dirigirse a las gemelas, tomó una pequeña bocanada de aire.

—Hola, pequeñas.—Su voz abandonó su boca en un tono tenue y aterciopelado, para no asustar a las gemelas.—¿Están perdidas?—preguntó, pero las pequeñas solo se dedicaron a observarlo con cierto brillo en los ojos.—¿Dónde está su mamá?

Las pequeñas siguieron sin gesticular sonido alguno para responder las preguntas de Jimin. No obstante, un par de segundos después, una de ellas se deshizo de su pequeña y bonita mochila morada de Marie de los aristogatos, para colocarla sobre el piso del pasillo, y así poder abrirla. Jimin observó con detenimiento a la pequeña, y espero expectante a que esta encontrara lo que estaba buscando. Y para cuando la pequeña lo hizo, sacó un pequeño sobre de color lila con pequeños dibujos de gatitos en las esquinas de este; posteriormente el sobre fue extendido hacia él.

Con recelo, Jimin tomó el pequeño sobre entre sus manos, para estudiarlo por unos cuantos segundos. Claramente, su desconcierto aumentó en demasía, cuando noto que el sobre tenía su nombre escrito con tinta rosa sobre la parte posterior de este. Así que, sin muchas opciones a su disposición, hizo pasar a las pequeñas al interior de su departamento.

Daddy of twins ; Kookmin ©︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora