—No, Wonnie, primero va el rosa y luego el morado.—La pequeña EunChae le dijo a su hermana, quien se encontraban ordenando la pila de cubos de colores.
—¡No, el morado va primero!—Exclamó la pequeña Chaewon.
Por varios segundos las pequeñas permanecieron debatiendo qué color iba primero, bajo la atenta mirada de su padre y de su lindo Koo, quienes se encontraban a solo unos metros de distancia de ellas, en compañía de otras personas más en aquella sala de espera de la pequeña clínica, donde tenían casi más de media hora esperando a que fuese el turno de las pequeñas.
Ajenas a la montaña de sentimientos que tanto su progenitor y JungKook tenían en esos momentos, las gemelas se encontraban totalmente inmersas en sus juegos e intentar convencer a la otra sobre qué color debería ir primero. Y es que, las pequeñas no tenían ni la más mínima idea de dónde se encontraban y tampoco era como si fuese algo relevante. Para su pequeño mundo, ellas solo podían centrarse en que estaban en un lugar que tenía un área de juegos con diversos juguetes y lleno de muchos colores bonitos y dibujos que ellas conocían a la perfección porque eran parte de los programas y películas que solían mirar con regularidad.
Sin embargo, a diferencia de ellas, Park Jimin se encontraba ansioso y un poco asustado de lo que pudiera pasar durante esa consulta. Porque, para ser sincero, Jimin tenía un enorme nudo de emociones incrustado en su garganta y las lágrimas que se obligaba a retener, amenazaban con desbordarse en cualquier momento. Y JungKook se encontraba en igual de condiciones.
Para ambos había sido demasiado difícil comprender cómo un pequeño gesto que fue malinterpretado por las pequeñas les había hecho darse cuenta de cosas que las gemelas habían vivido con su madre. Había sido tan difícil que Jimin había llorado desconsoladamente por la culpabilidad y el terror de saber cuán traumatizadas estaban sus hijas. Darse cuenta de ello los llevó a buscar ayuda.
Sin perder demasiado tiempo, Jimin había buscado a una de las mejores psicólogas infantiles del distrito y tan pronto como había podido programó una cita previa con ella, para poder explicar la situación de lo que había vivido días atrás. Y gracias a todo lo que había explicado en la primera sesión, la psicóloga les había asignado una cita de evaluación a las pequeñas para poder ir de manera paulatina descubriendo y evaluando a profundidad todo lo que las pequeñas pudieran haber vivido con su madre, pero sobre todo, para trabajar de la manera más sana y adecuada para lograr superarlos.
Jimin quien se encontraba totalmente sumergido en el inmenso océano de pensamiento y recuerdos se vio obligado a nadar hasta la parte más consciente de su mente, gracias al llamado de una de sus pequeñas.
—¡Papi! ¡Papi! ¡Papi!—el llamado tan suave y tierno de la pequeña EunChae resonó por casi toda la sala de espera.
—¿Sí?, dime.—Jimin enfocó su vista hacia su hija, quien traía sus coletas un poco despeinadas y en su pequeño rostro se encontraba formada un pequeño mohín.
—Ya no quiero jugar con Woonnie.—expresó la pequeña.
Jimin ladeó levemente su cabeza. Se encontraba un tanto desconcertado y sorprendido por las palabras de su hija. Porque, muy pocas veces las había escuchado decir que no querían jugar juntas.
—¿Por qué no quieres jugar con tu hermana?
La pequeña no respondió de inmediato, sino que, buscó sentarse en el regazo de su padre, quien al comprender lo que su pequeña tenía la sentó sobre sus piernas. Como había sido de esperarse, EunChae no tardó en recargar su pequeña cabecita sobre el pecho de su padre.
—¿Por qué no quieres jugar con tu hermana, Chae?—Jimin volvió a cuestionar.
—Solo no quiero.—fue lo único que la pequeña respondió.
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Daddy of twins ; Kookmin ©︎
FanficPark Jimin ha vivido los últimos cinco años de su vida fuera del closet y sin preocupaciones del que dirán sobre su forma de vida o lo que digan sobre su relación amorosa de casi cuatro años. Todos los aspectos de su vida parecen ir viento en popa...