Freen Sarocha
— ¿Si sabes manejar? —le pregunté a Heng subiéndome al auto.
—Obvio, sino Liliana jamás me habría confiado su carro. Lo quiere más que a su hija —dijo y yo giré a verlo—. Bueno, no, pero si quiere mucho su carro.
Habían pasado cosas inesperadas.
El día anterior cuando se suponía que Becky iría a mi casa, jamás llegó. Le había mandado varios mensajes pero no contestaba ninguno, así que cuando pensé ir a su casa, su mamá me llamó y me contó que se había caído por las escaleras.
Entré en crisis.
Luego fui al hospital donde su mamá trabajaba, que es donde estaba Becky y descubrí que se había fracturado la muñeca.
Según ella, un ratón gigantesco le pasó entre las piernas y se asustó.
Yo seguía llorando del susto.
Esa mañana la habían llevado a su casa, y cuando fui a verla Heng estaba ahí. Era incómodo, pero era su amigo así que debía acostumbrarme.
Lo que no imaginé es que Liliana nos enviaría a hacer las compras precisamente a nosotros dos. Y por la sonrisa enorme que tenía, creo que sabía cosas y lo hizo a propósito. De todas formas no podía decir que no.
Así que ahí estaba. En un auto con Heng.
El silencio era incómodo, porque a ninguno le agradaba el otro y lo sabíamos aunque ninguno de los dos lo hubiese dicho en voz alta.
Ya llevábamos varios minutos en la carretera cuando él habló, tomándome por sorpresa.
—Eh, Freen... creo que deberíamos intentar llevarnos bien. Ya sabes, por Becky. Y por nosotros.
Fruncí el ceño aunque aún no lo miraba, seguía con la vista en la ventana.
—No comprendo por qué te desagrado —murmuré.
—No es que me desagrades... bueno, antes sí —confesó—. Pero es porque creí que solo estabas jugando con Becky.
—Yo no haría algo así —me defendí, esa vez volteando a verlo.
—No lo sé. Yo solo no quería que Becky pasara por lo que yo. ¿Entiendes?
Un corazón roto.
Asentí ligeramente con la cabeza.
—Pero ahora están juntas... así que quizá saqué conclusiones apresuradas sobre ti —murmuró repiqueteando los dedos sobre el volante—. ¿Por qué yo no te caigo bien?
Apreté los labios, porque lo mío no era una razón coherente.
Seguro creía que era una tonta.
—No te vayas a burlar —dije devolviendo la vista a la ventana.
—No lo haré —aseguró imprimiendo confianza en su voz.
—Es que... me dabas celos —admití tomando un puñado de mi vestido para apretarlo.
— ¿Celos? —repitió, arrugando la frente, y volteó a mirarme unos segundos antes de mirar otra vez la carretera frente a nosotros—. Pero ¿por qué?
—No tenía celos como la chica que está enamorada de Becky —aclaré en voz baja—, tenía celos como su amiga.
—No estoy entendiendo —dijo, confuso. Yo me tallé la frente.
—Es que... cuando me hice amiga de Becky, ustedes no se hablaban y... yo pensé que cuando volviera a ser tu amiga ya no me necesitaría más... pero es algo tonto —terminé por decir.
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¿Qué escribes? - Adaptación FreenBecky
Fanfic"Siempre la veía desde mi ventana, ella siempre estaba escribiendo en su laptop. Parecía olvidar cualquier cosa a su alrededor, no había vez que no luciera muy metida en ello. Tal vez eso era lo que me hacía mirarla tanto." Es una adaptación. Todos...