Kirk Jones.
—No comprendo por qué la novia de mi hermano se arregla para su cita en mi cuarto, la verdad.
Faye me había mirado a través del espejo.
—A ver, pensé que venía tarde y cuando llego Saint ni se ha bañado. Así que aprovecho el tiempo con tu hermoso espejo, gracias.
La observé desde la cama. Había llegado hacía unos minutos porque ella y Saint tenían una cita doble con Freen y Becky. Cosas que no me pasaban. Pero a Saint se le había hecho tarde y apenas había entrado a ducharse cuando su novia llegó. Por eso estaba haciéndose el maquillaje en mi cuarto. Lo más normal.
No es que me molestase, pero Faye pasaba tanto tiempo en mi casa que casi parecía que también tenía una relación con todos los demás.
Es decir, siempre había pasado más tiempo del normal en mi casa, pero en ese momento solo le faltaba mudar sus cosas y prácticamente estaría viviendo con nosotros.
Faye llevaba puesto un vestido azul que se ceñía a su cuerpo, el cabello trenzado y unas sandalias con apenas algo de tacón. Me enorgullecía verla vestirse como quisiera, porque nos conocíamos desde siempre y la había visto pasar por los momentos que no eran buenos.
Cuando éramos más pequeños, ella era muy delgada y la molestaban por eso. Cuando tuvo trece, aumentó de peso y aunque se sintió feliz por ello, porque antes por más que comiera no lo lograba, pronto se vino abajo de nuevo porque también la molestaron por ello. Fue un proceso complicado, no se sentía cómoda con nada de lo que se ponía pensando en qué podrían decir acerca de cómo se le veía. Así que me alegraba verla feliz con lo que fuera que se pusiera. No por la ropa, sino por cómo se sentía.
Nita la había ayudado demasiado en ese tiempo. Nita y Saint. A Becky, Heng y a mí apenas nos dejaba entrar, pero tratábamos de estar ahí.
La cosa complicada de ser un grupo un poco grande, era que nunca había un momento de tranquilidad. Porque cuando uno salía del mal momento, otro entraba. Era una cadena. O sino, todos estábamos mal al mismo tiempo. Éramos adolescentes, siempre había algo.
Por lo menos no usábamos drogas.
—Podrían venir Heng y tú —comentó, pero cuando la miré y vi como sonreía supe que se estaba burlando de mí. Le enarqué una ceja.
—Sí, seguro que me acepta una cita.
—No vas a saberlo si no lo intentas.
—No estoy para gracias.
Heg y yo... solo estábamos.
La realidad es que no lo había visto demasiado, así que hablábamos más que todo por mensajes. Y todo iba bien, creo. Al menos por mensaje no se podían besar a las personas y así ninguno de los dos hacía algo que no tenía que hacer. Ese era un punto a nuestro favor. A mí favor. No quería más besos si luego iba a actuar como si nunca hubiese pasado.
Pero, al menos una vez al día las cosas eran incómodas. Incluso por mensajes. Y yo ya no me atrevía a hacer nada más, por mi propio bien, así que solo me la pasaba deseando poder volver en el tiempo para nunca haberlo besado.
Que me gustaba hacerlo, pero no me gustaba lo que venía después.
Y lo extrañaba. Como amigo. Que estuviera en mi casa o yo en la suya. Que hiciéramos maratones de películas. Molestar a las chicas con Saint y que luego ellas nos devolvieran las bromas. Pero las cosas habían cambiado considerablemente desde que terminó el verano.
Bueno, seguían igual, pero era como si hubiese muchas cosas nuevas y ninguno sabía cómo tomárselas. Porque estábamos creciendo, más que nada. Y era asquerosamente extraño.
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¿Qué escribes? - Adaptación FreenBecky
Fanfic"Siempre la veía desde mi ventana, ella siempre estaba escribiendo en su laptop. Parecía olvidar cualquier cosa a su alrededor, no había vez que no luciera muy metida en ello. Tal vez eso era lo que me hacía mirarla tanto." Es una adaptación. Todos...