¿Qué escribes? - Adaptación FreenBecky

Me pasó un ratón entre las piernas

Freen Sarocha

Tenía como cinco llamadas perdidas de la abuela.

Había estado escuchando el teléfono sonar, pero no había querido contestar, porque si hablaba con ella tenía que contarle que tenía novia, y aunque con mi hermano hubiese salido bien, no sabía cómo sería con ella así que volvía a tener miedo.

Odiaba tener miedo todo el tiempo.

Mi teléfono dejó de sonar, pero pronto apareció un mensaje en la pantalla.

Richie tonto: dice la abuela que le contestes

Richie tonto: por qué no le contestas??

Yo: no es asunto tuyo

Richie tonto: ni is isinti tiyi

Richie tonto: contéstale

Mi hermano estaba en el cuarto de al lado y me hablaba por mensaje.

Estaba escribiendo una respuesta cuando la abuela volvió a llamar.

—Contesta, Freen —me ordené mirando el aparato entre mis manos.

Miré a un lado tratando de ubicar a Bonbon pero él apareció por el otro subiéndose a mis piernas de un salto.

— ¿Debería contestar? —le pregunté.

—Miau.

Podía traducirlo como un sí como un no.

Escogí que sí porque necesitaba presión.

— ¿Hola?

— ¡¡Freen Sarocha hija de tu madre!! —reprendió la abuela cuando contesté—. ¿Por qué no contestabas?

—Me estaba bañando —mentí.

—A mí no me vengas a cortar con un cuchillo de cartón. ¿Qué hacías?

¿Por qué todos se daban cuenta tan fácil cuando mentía?

—Pensando —respondí, y, bueno, eso no era mentira.

— ¿En qué? —insistió.

—Entonces ¿Por qué mi abuela, que es una mujer súper ocupada —dije con sarcasmo, porque ella solo viajaba, cambiando de tema— ha tenido la preocupación de ver cómo está su nieta?

—Siempre me preocupo por ti, embustera.

— ¿Tuviste una iluminación divina? —continué molestando. Tomé un lapicero de mi escritorio y empecé a jugar con eso.

— ¿Hay algo que quieras decirme?

Ay.

— ¿Por qué lo preguntas?

—Porque estás tratando de cambiarme el tema y eso haces cuando no sabes cómo decir las cosas.

Era demasiado transparente.

En ocasiones era bueno. Como cuando tenía ganas de que Becky me besara y ella lo sabía con solo mirarme. Pero en otras ocasiones, como esta, era malo.

Y eso que la abuela ni siquiera me estaba viendo.

—Uhm, pueeede que haya algo que quiera decirte...

—Pues habla porque podría morirme aquí mismo.

— ¡¡Abuela!!

—Es verdad. Habla.

Solté el lapicero y me pasé la mano por el rostro con nerviosismo. Bonbon intentó treparme y lo aparté, él maulló y se bajó de mis piernas, parecía enojado.