"Reencuentro"

Cap.9{Silverado}

A escasos centímetros del abismo, el peliblanco yacía profundamente dormido, no era plácido, pero seguía siendo mejor estancia que aquella sala húmeda y maloliente de la penitenciaria de menores.

Al contrario de como se lo imaginaba la dueña del departamento no se inmutó al verle dormir tan tranquilamente cerca de la muerte
-¿Te diviertes niño bonito?- preguntó burlonamente aquella rubia con una taza de café en su mano, Lincoln por su parte despertaba soñoliento y dando un gran bostezo tallando sus ojos -Diablos... la espalda me está matando- volteando a su derecha Carol sonriente le sorprendió de tal manera al peliblanco que se movió un poco hacia atrás, lo suficiente cómo para casi caer del tercer piso si no fuera por la rubia que con un dedo lo sostuvo antes de cruzar la línea de no retorno -¡Haaaa Carol ayuda!- la joven risueña le ayudo a incorporarse -Siempre en problemas ¿eh?- abrió las puerta de su balcón y se sentó en su cama, Lincoln ahora sonrojado se adentró junto con su maleta -Bien, ahora que estas dentro ¿que circunstancias te trajeron aquí?- preguntó seria mientras tomaba de su café -Yo... intenté comunicarme, pero no tengo tu número y sólo me quedo la dirección de tu apartamento, me sorprende que no hayas cambiado de lugar... lo siento si te estoy incomodado no tenía donde ir- avergonzado se sentó en el piso mientras la veía -Ya... entonces tu perversidad no tiene límites y te quedaste mirando mientras dormía, no cambias ¿eh?- volvió a tomar lo último de su café y el peliblanco miró el suelo muy asustado -Y-yo no hari-ria eso, jam-mas...- musito triste, la rubia se levantó bruscamente y lo acarició del cabello
-Bien, iniciaras con tu cabello, esta todo alborotado y desaliñado, toma una ducha y vístete o llegarás tarde, yo iré por algunas cosas con unos
compañeros- deslizó su mano por su cabeza y se levantó, el muchacho levantó la mirada visiblemente consternado con lágrimas en los ojos
-Gracias hermana- sonrió de oreja a oreja y la abrazo instintivamente
-¡Espera! Estas todo polvoriento y sudado, dame tu uniforme ¿cómo se te ocurre dormir afuera tonto? La llave siempre está en la ventana
¡ya lo sabes!- sentenció molesta alejando al peliblanco.

Dándose el primer baño desde que llegó a la ciudad estaba llorando de felicidad -Es un ángel- susurró, la rubia entró al baño sin mucha importancia y levantó aquel uniforme -Pondré lavar tu ropa, tienes una camisa y chándal míos, lastimosamente no tengo ropa interior de hombre, a menos que quieras llevar bragas- bromeó, Lincoln desde el otro lado sonriente contestó -No te preocupes esperare aquí, lamento pedírtelo pero ¿podrías traerme mi ropa? está en mi maleta- la joven cumplió y abrió la maleta llevándose una sorpresa por la forma tan ordenada de las cosas en su interior, llevo un cambio de ropa y lo dejo justo frente a la regadera.

La rubia escuchó como salía del baño y se acercaba, llevaba una camiseta blanca junto al chándal negro de Carol, ella estaba sentada encima de la pequeña lavadora justo como su hermana Lori solía hacerlo -Bien... ¿Quieres comer?- hablo tranquilamente mientras miraba su teléfono, a lo que Lincoln sonriente procedió a abrazarla -Ya ya pequeño bebe, ya estas conmigo- sin darle importancia siguió abrazandola y sonriendo -Te extrañe mucho...- la rubia sonrió y correspondió el abrazo mientras acariciaba su cabello.

Ya sentados frente a frente comenzaron a engullir sus alimentos o al menos sólo la rubia, en la mesa, aquel peliblanco no dejaba de mirarla -Ya estuvo bien, si no comes te daré un golpe tan fuerte que recogerás tus dientes del otro lado del aquel parque- dijo enojada mientras comía aquellos huevos estrellados con tocino-Veo que no has cambiado en nada, ¿quizás por que sigues en ese dojo? ¿Cómo se llamaba? ¿Serpiente kai?- la rubia se reía por como se equivocaba
-Si... Noup ya no soy alumna, hubo un cambio de dirección con el nuevo sensei y decidí no volver más, de hecho quien te presente también salió- Lincoln sabía perfectamente a quien se refería, el chico rubio que parecía invencible dentro del reformatorio.