Addison se encontraba dando vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño. La culpa por haber besado a su ex esposo cayó de golpe sobre ella como si fuera una pesada manta de plomo que la asfixiaba con preguntas que no podía responderse a sí misma.
Todavía no entendía por qué Derek había viajado hasta Connecticut por ella –bueno, en realidad por su madre, pero técnicamente era por ella–, por qué se había ofrecido a ayudarla y por qué se había quedado ahí, en su casa, sabiendo que ya no tenían ningún tipo de vínculo sentimental.
¿Por qué él había subido hasta su habitación a hablar con ella para que se desahogara? ¿Por qué de repente mostraba tanto interés en su bienestar? ¿Por qué tuvo que abrazarla, rodearla con sus brazos y decirle que estaba ahí para ella? ¿Por qué tuvo que ser él el único que la conocía tanto que supo hacer lo que más necesitaba y no se animaba a pedir?
Ni siquiera se había tomando el tiempo necesario para entender la presencia de Derek ahí y ya lo había arruinado.
¿Por qué siempre arruinaba así de rápido las cosas en su vida? ¿Acaso no era capaz de mantener una amistad sana con alguien? ¿O su naturaleza impulsiva y descontrolada la llevaba a cometer errores difíciles de remediar? ¿Será acaso que las personas criadas por los lobos, como ella, eran propensas a buscar afecto de forma desesperada, incluso cuando ya no existía amor de por medio?
¿Era acaso incapaz de controlar sus impulsos y mantener la lealtad en sus relaciones? Lo que había hecho no había sido con intenciones de lastimar a Sam y eso era lo que más le molestaba. ¿Por qué lo seguía haciendo sabiendo que todas sus relaciones habían terminado por ese motivo?
Sus preguntas y los breves recuerdos del beso la estaban atormentando. Se levantó de la cama para abrir la ventana y dejar que entrara un poco de aire fresco, y vio la chimenea de la galería del jardín encendida. A su lado estaba su hermano, tirado sobre un sofá viejo cubierto de nieve y con una botella de vidrio en la mano. Al parecer ella no era la única infiel que no podía dormir esa noche.
Se colocó un abrigo negro y decidió bajar con él, para que dejara de pasar frío a solas en la oscuridad.
—¿Qué estás haciendo aquí afuera? —preguntó Addison una vez que estuvo a su lado.
—Oh, estoy honrando a Bizzy. Aunque ella nunca se emborrachaba. Digan lo que quieran de ella, pero la mujer podía aguantar su licor.
—Ven de regreso a la casa. Te haré café —dijo intentando sacarle la botella de vino.
—Oh, no, no, no... —se negó a dársela. Tú y yo, ¿cómo terminamos así, eh? Mira, nosotros dos...
Addison soltó la botella y suspiró. No se la iba a poder quitar tan fácilmente y no tenía ánimos para intentarlo. Sacudió un poco la nieve del sofá y se sentó a los pies de Archer.
—Te estás revolcando con el ex de tu mejor amiga, y tienes a tu ex esposo a metros de distancia de ti sin saber lo sucia que eres realmente. ¿Ya te acostaste con Shepherd también?
—¿Qué? —preguntó nerviosa. ¿Acaso su cara la estaba delatando?
—Lo vi entrar a tu habitación. ¿Te acostaste con él?
—Por supuesto que no.
—Bueno, yo me acuesto con cualquier cosa que tenga pulso, no te culpo. Es lo que aprendimos en esta familia.
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God Laughs
FanfictionTras casi seis años divorciados, Addison y Derek se reencuentran en el funeral de Bizzy. Estar juntos nuevamente en Connecticut podría despertar en ellos sentimientos que creían olvidados. Addek • Addison Montgomery • Derek Shepherd • Sam Bennett •...