3.VISITA NOCTURNA

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Me giro y le veo a él, el chico de ojos verdes de la otra fiesta.
Llevaba el pelo un poco alborotado y aunque ya había escuchado su voz la otra noche, hoy me sonó diferente.

- Hola, soy Natalia.- Digo yo un poco nerviosa.

- Lo sé.- Dijo dando un paso hacía mí.

Me sorprendió mucho esa respuesta.

<<Como sabe mi nombre, ¿eso es que ha preguntado por mí? ¿o ya lo sabia antes?>>

Aunque intenté no hacerlo, me puse roja al escuchar su respuesta.

- Yo soy Daniel.- Dijo después.

- ¿Cómo sabías mi nombre?- Pregunté para ver qué respondía.

- No sé, tal vez el otro día me interesaste y he decidido investigar sobre tí.- Dijo con una sonrisa burlona.

Yo la verdad me quedé callada y sin palabras.

- Bueno preciosa, me tengo que ir.- Dijo con una sonrisa.

<<¡QUEEE!¡¿ME ACABABA DE LLAMAR PRECIOSA?!>>

El se va hacia su coche Mercedes Benz antes de que yo pudiera decir algo, él arranca su coche, me mira con una sonrisa de medio lado y se alejó. Me quedé yo con la cara de una tonta, pero se me formó una sonrisa en la cara, me había llamado preciosa.

Ya que me había quedado sola, fuí con mi grupo de amigos.
Max, Austin y Tyler no estaban. Así que me quedé con Ana y Jack. Ellos estaban hablando sobre bebidas, les agarré a los dos y les lleve a un sitio apartado. Les conté lo que me había pasado con Daniel.

- ¿Qué dices tía? Ojalá me pasara a mí eso.- Dice Ana.

- El nuevo empieza fuerte, eh.- Ana y yo soltamos una carcajada.

Seguimos hablando, bailamos, bebimos y nos lo pasamos genial hasta que miré la hora y eran las dos. ¡Mis padres me habían dicho que si no estaba en casa a la una como tarde, Tyler me llevó a casa con prisa. Durante el camino, él me dedicó varias miradas pero no lo dí importancia.

Finalmente llegué a mi casa, y después de despedirme, entré rápido, mi padre me estaba esperando.

<<NONONONONONONONONONONO>>

- Natalia Miller, ¿Te parecen horas para volver?- Dice mi padre en tono de interrogación.

- ¿No? - Respondo.

<<Que no me castigue porfavor. Que no me castige. Que no me castigue.>>

- Estaba preocupado, vete a la cama y que tu madre no se entere de que has llegado a estas horas.- Me dice con una sonrisa.

- Muchísimas gracias papá, pensaba que me ibas a regañar.- Me acerqué a él y le dí un abrazo.

- Duérmete antes de que cambie de opinión.- Dijo.

Subí silenciosamente las escaleras, me metí en la habitación de Liv y la dí un beso. Después me metí en la habitación de al lado, la mía. Mi habitación era amplia, tenía una gran ventana, un baño propio y una cama de matrimonio. Me puse el pijama y me metí en la cama.

Llevaba minutos intentando dormirme cuando me llegó un mensaje de un número desconocido.

"¿Estás dormida preciosa?"

Al leer ese mensaje esbocé un sonrisa.

"No ¿Por qué?"

Respondí al momento.

"La verdad, era para comprobar si este era tu número pero ya que estás despierta podrías salir fuera"

<<¡¿QUE?! ¿Cómo que fuera?>>

Me asomé por la ventana y le ví apollado en su coche rojo, mirando el móvil. Al segundo me llega un mensaje.

"Te espero"

Me puse rápido una camiseta aceptable, porque siempre dormía con una camiseta grande de mi padre. También me puse unas zapatillas. Bajé las escaleras y salí por la puerta trasera.

- ¿Qué haces aquí a las tres y cuarto de la mañana? Y casi ni te conozco.- Dije yo en tono de interrogación.

- Bueno, si quieres conocerme mejor, yo no me niego.- Dijo él.

Me quedé callada.

- Solo quería verte, preciosa.- Dijo el con una sonrisa de lado.

- ¿Y como sabes donde vivo, Daniel?- Pregunté sonriente.

- Contactos.- Dice y me guiña el ojo.

Me acerco a él hasta que nos quedamos a unos centímetros.

- ¿Eso significa que te intereso?- Digo yo intentando dejarle sin respuesta.

Él se acerca un poco más.

- Puede ser pero no te hagas ilusiones.- Dijo.

<<¿Que no me haga ilusiones?>>

No le respondí, simplemente me quedé observandole. Era muy guapo, demasiado atractivo y estaba demasiado cerca de mí.

- Duerme bien, preciosa.- Después de mirarme los labios se dió la vuelta y se subió al coche.

La verdad en ese momento me habría gustado bastante besarle, pero no iba a precipitarme.

Estuve unos minutos más ahí parada, luego entré a casa con una sonrisa en la cara.

Me desperté y lo primero que pensé es en lo que pasó por la noche. Llamé al número de Ana para contarle lo que pasó anoche.

Al día siguiente empezaba el curso así que había quedado con las chicas para ver que ropa nos poníamos. Estaba pensando en hablar con Max algún día de estos sobre la fiesta. A las cinco Ana llegó a mi casa, estuvimos hablando sobre que nos íbamos a empezar a maquillar más para que se fijasen más en nosotras.

Una hora después, Max llegó a casa y decidimos nuestros outfits para el primer día. Un rato después me llegó una notificación de Tyler:

"Ya sé que te lo digo con poca antelación pero quieres ir al cine conmigo, si quieres paso a recogerte"

Le dije que viniese y que qué película íbamos a ver, a lo que él me dijo que una de miedo porque a los dos nos gustaban. Me puse un vestido azul con estampado de flores, ese vestido no era muy apretado.

Pasó a recogerme a las siete, iba vestido con una camiseta gris de manga corta y unos vaqueros. En el coche empezó a sonar la canción "Cardigan" la cual yo me sabía y me puse a cantarla.

Aparcó en el parking del centro comercial porque allí estaba el cine.

- ¿Por qué estás tan contenta?- Me preguntó.

- No sé.- Después de decir eso, él me sonrió.

Vimos la película la verdad durante varias escenas pasé mucho miedo. Al salir, buscamos algún sitio donde comer algo pero, como no teníamos mucho hambre, acabamos yendo al Starbucks, nos pedimos el mismo café, no sé por qué pero él y yo teníamos los mismos gustos en bebidas.

Nos sirvió los cafés una chica muy maja después de unos minutos.

- ¿Te ha gustado la película?- Preguntó alegremente.

- Sí. La verdad, no me la esperaba así.- Dije yo.

- Yo tampoco, pero ha estado bien aún así.- Seguimos hablando durante un rato más.

Fuimos al parking después de acabarnos los cafés. Decidí contarle lo que había pasado la noche anterior. Pero aunque él, me respondió con una sonrisa, ví en su mirada que se entristeció. El resto del viaje estuvimos en silencio.

- Bueno aquí estás, sana y salva.- Dijo el de broma.

- Gracias a tí, sino no habría llegado bien a casa.- Dije yo con ironía.

No era tarde porque como al día siguiente empezaba el curso quería dormir bien. Me despedí.

- Buenas noches, Natalia.- Dijo él, sonriente.

Al escuchar esa frase mi mente se transportó a Daniel y a su "Duerme bien, preciosa"

A su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora