8.LOS DOS

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No quedamos callados.

- ¿No vas a anunciar que te he ganado?- Dijo burlonamente.

- ¡Soy Natalia, Daniel me ha matado!- Dije bastante alto.

Oí gritos de felicidad a lo lejos.

Andamos hacia la casa, pero antes de llegar, me dijo.

- Tu y yo tenemos una cosa de la que hablar.- Me dijo con la voz que me parecía tan sexy.

Al llegar Ana y Austin empezaron a saltar y a abrazar a Daniel.

- Bueno, gracias a tí casi ganamos.- Dijo Tyler animadamente.

- Sí.- Dije yo sin ánimo.

Habían pasado unos minutos al llegar a casa.

- ¿No habímos dicho que los que perdiesen se tenían que meter en barro?- Dijo Austin y los de mi equipo le miramos con cara de pocos amigos.

- Lo siento, pero las normas son las normas.- Dijo Daniel.

- Sí.- Dijo Ana muy entusiasmada.

Empezamos a buscar por el bosque un charco de barro. Llevábamos más de diez minutos buscando alguno cuando escuchamos.

- Aquí hay un charco de barro y muy grande la verdad.- Dijo Austin gritando.

Tardamos alrededor de dos minutos en llegar donde había sonado el grito.

Al ver el charco al que se referían me dió un escalofrío, era gigante.

- Para que sea más divertido, en vez de que se metan ellos solos, porque no los empujamos nosotros.- Dijo Austin.

- Vale, pido empujar a Jack.- Ana dijo soltando una carcajada.

- Yo pido empujar a Natalia.- Dijo Daniel sonriente.

- Pues yo a Max y a Tyler.- Dijo Austin con una gran sonrisa.

<<No quería mancharme de barro, no quería>>

- Vale, pues tres, dos, uno, ¡Ya!.- Gritó Ana.

Sentí las manos frías de Daniel sobre mi cuerpo antes de caer en un líquido pastoso. Sentía mi cuerpo pegajoso.

- ¡Qué asco! ¿Por qué hemos tenido que jugar a esto?- Grito Max.

No podía ni ver porque tenía un montón de barro por toda la cara.

Escuché cómo Daniel, Ana y Austin se reían como locos. La verdad en ese momento aunque tuviera la cara llena de barro, agradecí tener a los amigos que tenía.

Me levanté y me limpié un poco la cara para poder ver como seguían riéndose de nosotros.

- ¿No pretendereis meteros así a la casa?- Dijo Ana.

Ellos se fueron corriendo y se encerraron en casa dejándonos en el bosque y llenos de barro.

- ¿Cómo vamos a limpiarnos?- Pregunté nerviosa.

- En la parte de atrás de la casa hay una mangera con la que nos podemos limpiar un poco y luego ya en casa, nos duchamos.- Nos dijo Jack dejándonos más tranquilos.

Andamos durante unos quince minutos, tardamos el más del doble porque estábamos tan pegajosos que casi no nos podíamos mover.

Al llegar, Jack cogió la mangera y se echó agua por todas partes.

- Antes de que os mojeis, os advierto que e, agua está muy fría.- Dijo tiritando.

El siguiente en lavarse fue Tyler, después Max y por último yo.

A su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora