BULO 3: Tortugas

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No hay nada que odie más que el cliché de Laurens con las malditas tortugas, mon ami.

¿Tan difícil es entender que estaba lejos de ser el animal favorito de John? Y sí, efectivamente sabemos que los animales favoritos de John eran los pájaros y algunos mamíferos. De hecho, podríamos posicionar animales rumiantes antes que las tortugas.

Cuando era jovenzillo, no pasaba de los quince años, le pagaron para dibujar una tortuga (muy fea, por cierto, aunque eso no era culpa de John). ¿Por qué a John? Fácil, Henry había enviado en varias ocasiones dibujos de John a la Royal society, donde Henry hacia incapié en que esos dibujos eran de su hijo de trece años (al parecer no muchos creían en el talento de John)...

Si fuese por pinturas, John pintaba paisajes, sobretodo de las fincas y casas en las que estuvo a lo largo de su vida. Sin embargo, le encantaban los pájaros. No dejaba de pintarlos y, según lo que sabemos, su padre colgó un montón de las láminas de John en el pasillo de una de las casas. Estos dibujos se quemaron porque cayó un rayo en la casa y el tío de John se lo dijo a John, el cual no estaba muy feliz.

También John tuvo en Ginebra un vencejo con De Végobre, el cual se tuvo que quedar en Ginebra cuando John se marchó a Londres, así que le gustaban los suficiente los pájaros como para tener uno.

No quiero romper la fantasia de nadie, pero Laurens comió en repetidas veces carne de tortuga...

¡Bueno! Hablemos de algo más positivo. John, o como su padre le decía: el pequeño Jacky, tuvo un caballo llamado Brutus cuando cumplió trece años. Este caballo acompañó a John durante muchos años y cuando se iba a ir a Europa a estudiar le montó una gran pataleta a su padre porque no iban a llevarse el caballo.

Cabe decir que Brutus en aquel momento, ya llevaba cinco años con John y el crío se había encariñado por lo que le hizo a su padre buscar por mar, cielo y tierra alguien que se quedase a Brutus con la condición de que le devolviesen el caballo cuando regresase a América. Spoiler: eso no pasó.

John tenía especial cariño por los caballos, pero desde luego, no era su animal favorito después del pájaro. Es verdad que le gustaban mucho, que les ponía buenos nombres (Monmouth, para burlarse de Charles Lee...) Pero habían unos animales que John quería mucho más.

Estamos hablando de las vacas🐄.

Poca gente conoce el amor de nuestro soldado favorito por las vacas, aunque todos sabemos que durante su encierro en Filadelfia le pidió a su padre repetidas veces una vaca lechera. ¿Pero por qué a John le gustaban las vacas?

Bien, pues os responderé a esta pregunta remontándonos a la infancia de John. En una carta, Henry hablaba sobre las actividades que Eleanor disfrutaba realizar en compañía de su hijo Jack cuando tenía aproximadamente ocho años. Eleanor adoraba hornear pasteles y llevarlos a sus vecinas, plantar flores y coliflores con John y lo más importante, por lo que John adoraba las vacas: hacer mantequillas, quesos y productos lácteos.

Al parecer siempre habían tenido una vaca (o varias) y a John debía recordarle a su infancia. ¿Será que durante su encierro quería recordara su familia teniendo una vaca? ¿Será que John pasó sus días de prisionero plantando coliflores y horneando pasteles?

Sin duda, John adoraba los animales y Henry lo sabía, por eso se arrepintió de no haber podido llevar a John dos años antes a Europa para estudiar ciencias naturales y sin duda, John insistió mucho más en sus vacas, sus caballos y sus pájaros que en las miserias tortugas.

¡JOHN NO ERA EL CHICO TORTUGA!

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