Capítulo 1

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Para cualquier adulto, tener una diminuta capacidad de razonar podría significar preocupación. Pero a los seis años, razonar todavía era confuso. No siempre aquello que vemos resulta ser cierto, ni tan comprensible, tal vez fue porque la escena era extraña, incluso hasta prohibida pero ¿Prohibida por quién? Y ¿Para quienes?

Y es que él sabia que muy en el fondo aquello, no estaba bien. No era correcto. O eso al menos era lo que su Mamá le repetia.

...

Se mantuvo quieto ante las suaves y delicadas manos de su madre quién abotonaba con dedicación su chaqueta de color azul marino, de vez en cuando ella le regalaba una sonrisa, ella era hermosa, sin duda. Y él, habia heredado su tono de piel, tan claro y natural, su padre por el contrario era un hombre de contextura media, tenia labios finos y una prominente cabellera azabache, que siempre le hacia recordar a su manta de cama.

Cerró sus ojos cuando la mujer pellizco su nariz con cariño.

-Ve dónde tu Papá, no podemos tardar hoy ¿Si?

YoonGi asintió obediente, sin perder tiempo corrió escaleras arriba.

Como era costumbre, tocó la puerta con su pequeño puño, desde dentro la voz de su padre le permitió entrar. Parecía muy concentrado en lo suyo cuando le regaló una mirada.

-Oh hijo.

El mayor arreglaba su corbata con demasía, su padre llevaba un traje gris pero que sin embargo no hacia juego con la corbata color champagne que trataba inútilmente de poner en su lugar. YoonGi miró los zapatos de su padre, su color negro parecía intensificarse con la luz natural que le proporcionaba la ventana.

-Mamá está esperándonos -Dijo con voz dulce.

-De acuerdo. Solo, algo de perfume y listo.

El pequeño se permitió apreciar el dulce aroma de su padre, era muy parecido al que usaba su Mamá, el mismo que le hacia cosquillar la nariz. Su atención se mantuvo en el mayor, su cabello estaba perfectamente aplastado hacia atrás, casi de manera exagerada que Yoongi pudo notar que la frente de su Papá era más amplia de lo que parecía regularmente. Lo que le hizo preguntarse inocentemente si él mas adelante obtendría también aquella.

Duró unos segundos más frente al espejo revisando ahora su cuerpo antes de devolverle una sonrisa a su hijo.

-No me mires asi, nosotros también podemos vernos bien.

Formó una sonrisa divertida logrando contagiar al pequeño.

-Lo entenderás cuando crezcas.

Cuando finalmente estuvo listo, tomó la mano de YoonGi y ambos bajaron hasta la primera planta. El pequeño notó el gesto algo disgustado de su madre pero no duró mucho cuando su Papá le robó un tierno beso.

El beso era dulce. Dulce, como el perfume que su papá usaba pensó YoonGi al notar la sonrisa de su Mamá.

El pequeño caminaba animadamente de la mano de sus padres, mientras cientos de personas se reunían afuera de las puertas de la gran parroquia del pueblo. Las misas solían ser mensuales por lo que era fácil encontrarse con rostros conocidos en esa fecha.

Arrugó la frente cuando su madre le obligó a saludar a una señora mayor, la mujer traía un horrible atuendo rojo, la insistencia en la mirada de su madre se volvería un reproche más tarde sino hacia caso ahora.

-Es algo tímido. YoonGi, dile adiós.

No lo hizo por supuesto, ella le aterraba por lo que escondió su rostro en el vientre de su madre. La mujer apenada le disculpó.

-Yoongi.-Esta vez su Papá habia intervenido.

Sacó su cabeza por algunos segundos para volver a esconderse. No debería ser obligado hacer algo que no quería incluso si eso incumplía las reglas sociales básicas del comportamiento humano, a su corta edad, podía dejarlo pasar. Desordenaron su cabello con cariño y se despidieron.

Su padre le guiño un ojo cuando su madre se inclinó hacia él. A lo lejos la figura del imponente hombre aparece de nuevo, el padre de parroquia hizo acto de presencia, algunos se acercaron a despedirlo, sus extrañas ropas, una túnica larga y de un blanco casi absorbente llamaron su atención.

Pero sobre todo la cinta que caía por sobre sus hombros. Su color era de un purpura muy intenso, sus ojos no parecían querer salir de allí, incluso aquellos cordones dorados que le adornaban parecían innecesarios.

-Tengo que hablar con el padre por un momento ¿Pueden esperarme en el auto?

YoonGi notó el semblante de su madre algo confuso, ella no estaba de acuerdo, sin embargo no emitió comentario alguno, más bien se arregló el vestido y le obligó a él a caminar hasta el auto.

El pequeño se seis años y su madre esperaron por largo tiempo al señor Min. YoonGi se entretuvo contando las hojas del árbol que les bloqueaba los pocos rayos de sol que a esa hora había.

Las personas ya se habían dispersado, los pocos autos también ya se estaban marchando. Su madre que hasta el momento se había mantenido quieta quitó el seguro del auto que lo mantenía seguro y le miró suplicante.

-Ve por tu padre por favor cariño, está tardando mucho

Tras el gesto YoonGi no tuvo más opción que obedecer. Tras un par de pasos se adentró al gran templó, una de las puertas se encontraba aun abierta lo que llamó su atención. El lugar era enorme y no era precisamente del gusto del menor, los cuadros y aquellas grandes figuras con rostros le causaban un miedo indescriptible al pequeño.

Sus pasos hicieron un eco a medida que se adentraba más al lugar.

El centro de la mesa estaba lleno de velas, unas aun tenían ese, aquel característico hedor luego de haber permanecido encendidas por largo rato. YoonGi aprovechó que nadie le miraba para tomar una de ellas, formó una sonrisa juguetona, se le hizo curioso que el liquido se derretía en sus manos. Pronto un ruido captó su atención, giró su atención hasta la puerta que se encontraba casi al final del centro, por lo que decidido caminó hasta allá con la intención de encontrar a su papá.

Los ruidos se volvieron más fuertes y también las voces de dos personas en su interior.

YoonGi se paró frente a la puerta y de manera inocente jaló la manilla de esta, pronto sus ojos cayeron sobre la escena...

Había encontrado a su Papá. Y a su lado el padre de la parroquia, sus cuerpos estaban fuertemente pegados el uno del otro, los ojos inocentes del menor se mantuvieron expectantes ante las acciones de ambos hombres, cada uno recorriendo el y explorando el ser del otro.

Y es que él sabia que muy en el fondo aquello, no estaba bien. No era correcto. O eso al menos era lo que su Mamá le repetía cada día.

Los siete días de la semana.

Los escribió en Seven.

¡Hola! Historia totalmente nueva, una que quizás me costó un poco más escribir ya que, aunque tenia la idea, no sabia que enfoque darle, creo que ahora que está concluida espero se comprenda el mensaje y para aquellos que les guste la pareja principal sea agradable y la disfruten :3 eso, besos.

Seven《YM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora