Capítulo 11

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La mirada de Lee Soon Tek se mantenía fija en el carro del peli naranja. La rara amistad de su sobrino Jimin con YoonGi había estado mortificando la mente del pobre hombre. Se había dicho así mismo que si bien podría ser real, nada le aseguraba que este pudiera hacerle daño a Jimin. Y volvía a culparse de nuevo, los errores del pasado podían volverse represarías irreparables no solo para él sino para quienes más quería.  

-¿Qué es lo que tanto ves?.-Jimin tomó su chaqueta ante la pregunta de su tía Soon Hee a su hermano Soon Tek. El hombre llevaba un par de minutos pegado a la ventana como si tratara de buscar algo. 

-Creo que...el vecino está afuera.-Comentó confundido. 

-Si, él y Jimin irán de pesca hoy.-Dijo Soon Hee notablemente en paz. 

El peli negro tomó su mochila y tomó dos manzanas.-Espera Jimin. No vuelvas tan tarde ¿De acuerdo?.-Sonó como si suplicara. 

-Claro. Solo será una vuelta.-Dijo. Realmente no sabia si era al mismo lugar pero se sentía demasiado emocionado de compartir un momento con YoonGi de nuevo. 

El chico se despidió con una sonrisa y salió por la puerta. Desde lejos observó como YoonGi le saludaba con una mano mientras le invitaba a subir a su coche. El Mustang desapareció por la calle bajo su atenta mirada. 

Mientras tanto, por su parte Jimin se maravillaba con el paisaje que recorrían en el auto. Si bien el día estaba algo nublado, la vista todavía seguía siendo extraordinaria. No pasó por desapercibido el atuendo del mayor, YoonGi llevaba un conjunto urbano de color azul rey, perfecto contraste con el brillante naranja de su cabellera pensó. Era preocupante pensar en lo difícil que podía ser quitarle los ojos de encima a alguien como él por algunos segundos y eso Jimin lo sabia muy bien. Y es que no es como si el mayor no fuera consiente de ello, desde muy pequeño había sido alguien que llamaba mucho la atención, incluso cuando no hacia nada para lograrlo. 

-¿Dónde está tu chaqueta?.-YoonGi lo sacó de sus pensamiento. 

Jimin movió su bolso.-Justo aquí.-Apuntó. 

Recibió una sonrisa por parte del mayor. 

-¿A donde vamos?, este no es el camino del lago de la ultima vez.-Dijo. 

-A la ciudad. Seúl.-Respondió como si nada. 

-¿Seúl?.-Repitió.-No, no.-negó inquieto.-¡Ni siquiera les avise a mis tíos, van a matarme!.-Soltó. 

-Relájate Jimin, tienes diecinueve años.-Dijo.-Nada va a pasarte conmigo.-aseguró. 

-Pero...

-Shh.-Un gesto con los labios que después se convirtió en un silencio del ruido de la radio. Chariot de  SYML leyó. 

La carretera siguió su curso, algunos letreros asomaron su presencia a lo largo del camino. Jimin estaba seguro que tendría que inventar una buena excusa para regresar a casa sin ser castigado pero cuando desviaba su mirada hasta YoonGi toda preocupación mágicamente desaparecía. Sentía todo demasiado irreal, tener un amigo como el peli naranja se sentía como viajar en un avión de primera clase pensó. 

Jimin llevaba un tiempo sin visitar la ciudad. Seúl no era un sitio en el que acostumbrara a estar, pasó la mayor parte de su vida en un estricto internado para varones en donde solo podía ver la luz del sol los días que solían visitar la enorme iglesia del lugar. Tampoco hizo muchos amigos ya que no solía ser muy extrovertido ni tampoco resultó el más popular, se definía como alguien tranquilo. 

Cuando YoonGi aparcó en la acera Jimin observó el estacionamiento del lugar. El subterráneo era enorme y moderno, habían un par de ascensores y cientos de señaléticas que indicaban el buen uso del lugar. Definitivamente ya no estaba en el pueblo del que habían salido. 

Seven《YM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora