¿Por qué tengo este tipo de pensamientos?
¿A quien demonios debo culpar?
¿Estás feliz?
La muñeca del peli naranja se deslizo sobre Seven, había sido una mala noche por ende un mal despertar. Había despertado sintiéndose igual que un preso, como si hubiera cometido el peor de los delitos y su cabeza fuera la cárcel, su propio cuerpo le castigaba. Volvería a encerrarse como lo hacia su madre en aquel oscuro sótano, no debía ni tenia porque tener ciertos deseos y aquello le carcomía la conciencia. Se sentía débil y a la vez más poderoso que nunca, una mierda sin dudar.
¿Cuánto mas debería soportar? Fingiendo que era feliz cuando prácticamente era un cuerpo sin alma, existiendo porque vivir ya no se le permitía. ¿Qué podía hacer? ¿Qué podía esperar?, era una basura pensó. Si volvía a llenarse de aquello que era prohibido, él volvería hacer una bestia, aun más incomprendida que antes, tal vez merecería todo el castigo del mundo y el desprecio por aquella magnifica actuación, aquella mascara con piel de oveja para mantener ese perfil bajo que el resto catalogaba como alguien tranquilo y pasivo.
Tal vez él debería estar lejos de él...
Debía alejarlo de él. Ahora.
-Hyeong. Estoy aquí, abre la puerta.-Levantó su cabeza y guardó a Seven bajo uno de los cojines del sillón. Se adentró hasta el pequeño pasillo y revolvió su cabello antes de abrir la puerta.
-¿Qué haces aquí?.-Fue lo primero que dijo. La animada expresión en el rostro de Jimin se apago un poco. Tal vez YoonGi estaba algo cansado pensó.
-Yo vine a verte, pensé que estarías desocupado.-Se bajó de hombros.-Y te traje esto.-Mostro un pequeño recipiente con lo que parecía ser un pastel. Los ojos de Jimin tenían un intenso brillo.
-No. Te equivocas, estoy apunto de salir. Tienes que irte.-Soltó sin la más mínima pizca de delicadeza.
-¿A dónde vas?.-Interrogó de inmediato curioso.
-No es asunto tuyo.-Dijo.
-¿Puedo ir contigo?.-Insistió. YoonGi se giró hasta él.
-No. Y no puedes estar siempre por aquí, revoloteando como un niño, Jimin tienes diecinueve años.-recordó.-Seguro que tienes cosas más importantes que hacer que estar pegado a mi como un chape.-Soltó.
Su buen humor había decaído.-No tienes que hablarme así, solo quería saber si estabas bien.-Se bajó de hombros.-Ya no voy a preocuparme por ti como un tonto.-Soltó molesto.
-¿Y quien te pidió que lo hicieras?.-Reclamó de vuelta.-Vienes a mi casa como si tu vida dependiera de ello.-La boca del menor cayó abierta.-Dime algo, ¿Vienes aquí con la intención de algo más?.-Soltó.
Jimin sintió sus ojos picar.
-¿Acaso yo te gusto? ¿Es eso?.-Preguntó.-Mírame Jimin, ¡¿Yo te gusto?!.-Interrogó.
Aquello había resonado en Jimin como un golpe en su estomago. La mirada de mayor frente a él era seca y estaba llena de molestia.
-¿Qué?...nosotros.-balbuceo sintiendo sus piernas flaquear.
El mayor pasó una mano por su propio cabello perdiendo la poca paciencia que tenia. YoonGi apuntó a su cabeza como si fuera un arma.-Sácate de la cabeza cualquier idea estúpida y enferma que tengas sobre nosotros. Porque yo jamás, nunca podría estar con un hombre. ¿Has comprendido?.-Dicho eso Jimin por descuido soltó lo que tenia en sus manos y como si ya no pudiera levantar su cabeza corrió con todas sus fuerzas de vuelta a su casa. El mayor le sostuvo la mirada un buen rato hasta que se perdió.
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Seven《YM》
FanficBuscar respuestas se volvió un hábito para YoonGi y cada respuesta representaba una dolorosa cicatriz...Seven era su refugio, quizás el único que tuvo siempre. Luego de descubrir la infidelidad de su padre con un miembro de la iglesia, YoonGi se ve...