4th

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Algo que jamás creyó experimentar fue que su hermano mayor y única familia fuera capaz de haberse marchado sin decirle una palabra

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Algo que jamás creyó experimentar fue que su hermano mayor y única familia fuera capaz de haberse marchado sin decirle una palabra.

O al menos eso es lo que pensó cuando se despertó en la casa de Beomgyu y su padre, quienes se han encargado de cuidarla hasta el minuto presente y notó que no había rastro alguno de Soobin, y que más bien, lucía como si sólo se hubiera marchado al haber dejado tirado el disfraz que le prestó Beomgyu.

Estaba preocupada, su hermano no era de desaparecer ni mucho menos de abandonarla. Pero también quería saber qué pasó por la cabeza de Soobin al momento de irse, dejó incluso la corona que le fue prestada tirada en el suelo como si sólo hubiera tenido tiempo para ello, incluyendo también el papel del prototipo que tanto su padre como su hermano tenían para el restaurante.

Aquello le dio una idea, por lo que simplemente se encaminó a la oficina del señor Smith, creyendo en que tal vez encuentre a su hermano recibiendo las llaves del molino abandonado, o alguna pista de él.

— ¿Estás segura de que lo encontrarás aquí?

La pelinegra miró al señor Seokjin, negando con suavidad su cabeza.

—Me tranquilizará si al menos recibo una pista de él.

El hombre le lanzó una mirada difícil de descifrar y entraron a la oficina, llamando la atención del hombre, quien sonrió al reconocer la cara de Seokjin.

— ¡Oh, señor Kim, qué alegría verlo por aquí! —El hombre ignoró por completo la presencia de la chica, creyendo que haría importantes negocios.

—Señor Smith —saludó —. Me encuentro aquí para acompañar a la hermanita de Moon Soobin.

Entonces, el hombre se fijó en la jovencita, la cual ha permanecido en silencio desde entonces.

—Bueno... Estamos buscando a Soobin, y pensando en lo que me dijo ayer, pensé en que tal vez él estaba aquí o si sabe algo de él.

— ¿Moon Soobin? Ah, el muchacho ese —Seokjin frunció un poco el ceño ante la manera de referirse —No tengo ni idea de donde está. No firmó los documentos ni en la fiesta ni ha venido hoy. Aunque bueno, su oferta ni siquiera era buena.

Eso ya hizo enojar a Eunchae.

— ¿Perdón?

—Oh, jovencita, no te preocupes, estos son temas que tal vez ni siquiera sean tu fuerte. Una chica de tu posición no ha de tener conocimientos más allá de la cocina o la costura —Eunchae frunció el ceño, molesta por el comentario —. Aunque, pensándolo mejor, es preferible así, cuando las mujeres creen tener conocimiento se comportan altaneras y ya nadie las considera aptas para la vida marital.

Seokjin iba a hablar, pero la mecha corta que tenía Eunchae se quemó y explotó en una bomba de palabras.

—Usted duplicó el precio del molino cuando Soobin se comprometió a adquirir la propiedad aún cuando esta no cuenta con las condiciones necesarias para valer cien dólares. Está actuando de manera ilegal —contraatacó —. Usted sólo le estaba cobrando demás porque no tiene a nadie que compre sus territorios nefastos, y claro que no necesito conocimientos más allá para tener un buen esposo porque soy yo quien lo escogerá, y estoy bastante segura que jamás querría a un hombre como usted, quién ni con todo el conocimiento del mundo pudo conseguir a alguien que lo tolere.

The Prince and The Frog || soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora