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—No puedo creer que me mandaran a este estúpido colegio —murmuró Minji para sí misma mientras caminaba por los pasillos de su nueva escuela.

Después de meterse en innumerables problemas en su colegio anterior (problemas en los que se involucraba a propósito para que la expulsaran y así poder librarse de ese lugar), fue transferida una vez más. Sin embargo, esta vez no era cualquier colegio: era uno de los mejores de Seúl.

¿Cómo alguien sin dinero y con una reputación problemática logró entrar en un lugar así?

Bueno, esa era la suerte de Minji.

Su antiguo director había dicho que esta escuela la ayudaría a "corregir" su comportamiento y que, esta vez, no se escaparía tan fácilmente.

Minji estaba sentada frente al escritorio del director cuando él comenzó a revisar su expediente en voz alta.

—Kim Minji, 19 años, huérfana, transferida cinco veces... Seis, incluyendo esta. Eres bastante problemática, al parecer.

—Sí, muy problemática. Para ahorrarse problemas conmigo, debería expulsarme desde ahora y evitarnos la molestia —respondió ella con una sonrisa burlona.

El hombre rió ante su propuesta.

—¿Estás consciente de la gran oportunidad que te estamos dando al otorgarte una beca en esta institución?

—¿"Una persona como yo"...? ¿Así se refiere a alguien huérfano y con mala situación económica?

El director suspiró.

—Escucha, Minji. Tienes una gran oportunidad aquí. No la desperdicies. En este colegio comprendemos tu situación y queremos ayudarte.

—No quiero su ayuda.

—Pues, lo sientas o no, tendrás que aceptarla. Al menos inténtalo, por favor.

Minji apretó la mandíbula. Sabía que no tenía opción.

—Lo que sea.

El director asintió, complacido.

—Llamaré a una de nuestras mejores estudiantes para que te dé un recorrido por el colegio y te lleve a tu aula. Compartirán clases, así que espero que se lleven bien.

Minji rodó los ojos, pero no dijo nada.

Unos minutos después, una chica entró en la oficina con una sonrisa en el rostro.

—Buenos días, director. ¿Me llamó?

Minji la miró de arriba abajo.

—Sí, Hanni. —El hombre se levantó y señaló a Minji—. Ella es Kim Minji. Dale un recorrido por el colegio y luego llévala a su aula.

—Entendido.

—Pueden retirarse.

Ambas salieron de la oficina.

—Hola, me llamo Hanni Pham —dijo la menor con una sonrisa, extendiendo la mano hacia Minji.

Minji solo miró su mano y, sin decir nada, comenzó a caminar.

—¿A dónde crees que vas? —preguntó Hanni con una ceja arqueada.

—Estás aquí para darme el recorrido. ¿Me lo darás o no?

—Ah... sí.

Comenzaron a caminar por los pasillos mientras Hanni le mostraba el lugar. El colegio era enorme. Incluso tenían una piscina para el equipo de natación y aulas especiales para actividades extracurriculares.

Hurt - bbangsaz    EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora