Allí se encontraba Maela, sentada en aquella cabaña, sola debido a que se habían llevado a Aegon para que estuviera con su madre, no sabía muy bien que estaba sucediendo, solo podía oír gritos y desesperación, el platinado trató de llevársela con él, pero no lo dejaron.
¿Iba a morir?
Fue lo que pensó la joven al estar encerrada y ver cómo la había dejado en medio de la guerra, tenía miedo, pero trataba de mostrarse valiente.
El miedo la consumía tanto que no se atrevía a levantarse y salir, por más que escuchara los gritos y se tapara los oídos entre lágrimas, no se levantaba, si iba a morir lo haría así, no quería que su hermano o su padre se avergonzaran de ella.
¿En qué momento pensó acabar así?
Ella siempre fue una niña que lo recibió todo, siguió siempre las reglas para honrar a su familia y ahora probablemente moriría por un trono, ella no lo deseaba, miles de veces le rogó a su padre que entregara la corona, pero este se negó rotundamente, Alicent lo había manipulado a un tal grado que Aegon solo pensaba que, si él no podía ser rey, todos debían morir para que no quedara más opción.
Tal vez desde un principio tuvo que dejar que le arreglaran un matrimonio para así poder escapar de allí y ser feliz.
Se supone que era la mayor y no había podido cuidar a sus hermanos, al menos esperaba que Maelor siguiera con vida, era todo lo que pedía, no soportaría saber que no estuvo para él.
A veces, aunque no lo notaran, ser la hermana mayor tenía su peso, debía ser perfecta, el ejemplo a seguir, eso fue lo que siempre su abuela le inculcó.
Las palabras de su padre nunca las había entendido hasta aquel día que le dijo que Alicent no lo amaba, al menos no como se esperaba que una madre hiciera con su hijo.
Aunque no quisiera, su mente a veces la traicionaba y la hacía creer que Helaena tampoco la quería a ella, pero luego recordaba los buenos momentos que pasaba con ella y esos pensamientos desaparecían.
Su madre la quería, era hermosa y buena persona con ella, sin embargo, la muerte de Jaehaerys la había descolocado perdiendo la cordura y la atención de sus hijos, descuidándolos.
¿Este era su escape?
¿Su destino era morir en aquella cabaña?
No tuvo mucho tiempo para pensar en aquella posibilidad cuando la puerta se rompió de un golpe. Al levantar su mirada vio a su tío Daeron, tenía todo el rostro lleno de sangre, su mirada era oscura mientras portaba una sonrisa algo aterradora.
Ella por instinto se levantó y corrió a abrazarlo, sorprendiéndolo.
—T-tío,
—Maela, me sorprende que sigas viva —admitió.
—Rhaenyra no dejó que me hicieran nada.
—Ya veo —le hizo, cariño.
—Pero ahora todo está bien, viniste por mí.
La risa de Daeron se hizo sonar cuando despegó a la platinada de su cuerpo.
—Oh cariño, ¿de verdad pensaste que vendría por ti?
—¿Por qué lo dices de esa manera?
—Maela, para nosotros tú estás muerta desde que Daemon te raptó.
—P-pero sigo viva, quiero ver a mi padre y a Maelor.
—Eso no se va a poder, linda.
—¿Por qué?
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El Amor en la Gran Guerra || Aemond Targaryen
FanfictionFanfic de Aemond Targaryen x Maela Targaryen