Eddie

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Las voces masculinas al fondo me avisaron que ya debía despertar, tenía mi boca seca y un dolor inmenso de cabeza.

Antes de abrir la puerta me vi en el pequeño espejo que había a un lado para arreglar un poco mi cabello, salí y ahí estaba Eddie sentado en el mini comedor sonriéndome.

-Buenos días señorita- Me dijo una voz anciana que estaba en la cocina preparando el desayuno.

-Artemiza te presento a mi tío

Me había sonrojado un poco no sé porque pero me había sentido avergonzada enfrente del tío de Eddie, solo pude darle una sonrisa.

Me senté a lado de Eddie quien me sirvió un vaso grande de jugo de naranja fresco.

-Ir a la escuela con resaca es malo- El tío colocó un plato de huevos con tocino muy grasiento para eliminar los síntomas.

-Gracias señor- Bajé mi mirada aun avergonzada

-Vamos dime tío no me molesta en cambio señor se escucha muy...de viejos- Comenzó a reírse

-Gracias tío- Esta vez levanté mi mirada riendo ante su comentario de viejos ya que se veía un poco más que solo adulto.

Estábamos tan a gusto comiendo y platicando cuando Eddie se dio cuenta de la hora saltando de su silla de un brinco.

-¡Llegaremos tarde!- Exclamo gritando

Rápido fue por su pequeña lonchera, le dio un abrazo a su tío y salió.

-No creí que le importara llegar tarde a la escuela- Le comenté a su tío en lo que me despedía de él con un abrazo.

-Ni yo, hasta luego y un placer conocerte espero verte seguido por aquí

Salí y ya estaba montado en mi bici.

-¿Disculpa? Ese es mi vehículo- Dije poniendo una mano en la cintura

-Vamos Artemiza- Dijo en voz baja -Debo hacer una entrega antes de la primera clase

No quería mortificarlo así que me subí, coloqué mis manos alrededor de su espalda y volamos hasta la escuela.

En el trayecto del camino se escuchó un auto rugir detrás de nosotros, miré hacia atrás y ya no me sorprendía era Billy de nuevo molestando.

-¡Lárgate!- Le grité para que nos dejara en paz, estaba demasiado cerca de la llanta de la bici.

-Pero que hijo de perra- Eddie trataba de ir lo más rápido que podía, comenzaba a sudar su frente.

-¿Quieren un empujoncito?- Billy asomó su cabeza por la ventanilla.

Acercó aún más el auto a nosotros, Max trataba de convencerlo de dejarnos en paz pero Billy la regresó a su asiento con un solo brazo.

Se distrajo por un momento con Max que dejó de medir la distancia dando un pequeño golpe en nuestra llanta ocasionando que Eddie perdiera el equilibrio, me aferré más a su espalda, nos salimos del camino yendo directo al bosque.

Trataba de esquivar los árboles pero íbamos muy rápido y había demasiado de ellos, llegó lo esperado, dimos con un árbol de frente.

Creí que se detendría para ver si estábamos bien, vi su auto a un costado pero solo alcancé a escuchar como Max gritaba que parara pero en lugar de eso arrancó dejándonos solos.

-¿Te encuentras bien?

Había caído de costado lastimándome un brazo solo pequeñas heridas y un par de rasguños, Eddie es el que me preocupaba porque había ido directo su cuerpo al árbol, estaba tirado a un par de centímetros de mi.

Te Odio Pero Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora