El camino

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Después de haberme bañado y cambiado le pedí prestado la bici a Dustin quien tenía planeado estar todo el día pegado en su radio hablando con una chica que había conocido en las vacaciones.

Antes de ir a la casa de Eddie decidí parar por una pizza, al salir del establecimiento estaba tratando de acomodarme para manejar sin que la pizza se me cayera.

-Pero mira quién es, creo que el destino nos ha dado una señal de que deberíamos de estar juntos nena

Elevé la mirada con asco ante ese comentario tan nefasto, nada más y nada menos que los mismos chicos ebrios de la fiesta de Eddie.

-La única señal que el destino te dará será esta- Mostrandole mi puño cerrado para después elevar el dedo de en medio.

-Las damas no deben expresarse de esa manera

Estaban comenzando a acercarse más a mi

-¿Enserio? Pero que decepción no soy una dama

Estaba tratando de buscar alguna salida pero me tenían acorralada en la pared.

Se acercaron más, mi cuerpo se puso en modo alerta, dejé caer la pizza al suelo para poder defenderme le di un empujón al que estaba más cerca de mi.

-Aléjense de mi idiotas

-Ahora no tienes quien te salve

Uno me empujó con fuerza hacia la pared, mientras que su compañero me sostenía para que comenzara a pasar sus manos por mis caderas.

Volteaba a mi alrededor para ver si había alguien pero estaba completamente vacío, trataba de buscar alguna opción para zafarme de esto pero lo único que se me ocurría era moverme como un gusano con sal para que me tocara lo menos posible.

Sus labios ya estaban por unirse con los míos cuando desapareció de mi vista, su compañero me soltó para ir a defenderlo.

Me había quedado en shock pegada a la pared viendo como los golpeaba hasta dejar a ambos en el suelo sin poder levantarse.

En cuanto vio que ya no podían levantarse volteó a verme y sin decir palabra alguna se subió a su auto dejándome ahí.

Antes de que estuvieran conscientes de nuevo tomé la pizza y como pude fui con Eddie.

Ya estaba oscureciendo, lo único que mantenía iluminado la calle eran las luces que había afuera de las caravanas.

Ahí estaba Eddie colocando la llanta trasera, se veía tan concentrado con su ceño fruncido.

-¿Cómo va todo?

Al verme me dio una sonrisa que por una extraña razón hizo que mi estómago se contrajera.

-Ya estoy por acabar

-Aceptas una pizza como pago- Pregunté nerviosa

-Por supuesto que si

Le dio unas últimas vueltas a las tuercas de la llanta y nos sentamos en las escaleras improvisada que daban en su entrada para comer la pizza.

Era una noche tranquila, había una brisa agradable, la luna estaba redonda y brillosa, el sonido de los grillos hacían compañía a esta hermosa noche.

Mientras comíamos la pizza le conté a Eddie mi encuentro desagradable con sus amigos.

-Debo ponerles un alto eso es demasiado

-No creo que se vuelvan a acercar- Arranqué un peperoni de la masa

-¿No?- Me miró desconcertado

-Billy les dio una paliza

Te Odio Pero Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora