Bienvenida

11 1 0
                                    

Y aquí estoy en un bus directo al aburrido Hawkins mentalizándome para ver a mi tía amorosa y a mi primo, que si soy honesta, a veces puede sacarte de quicio sobre todo porque es un genio y mis padres no dejan de alabarlo e insinuarme que debería ser como él.

¿Cómo me comparan con un pre adolescente? Soy mayor que él, no deberían de hacer eso, es indignante.

Pero bueno decido perderme en el paisaje que me regala mi ventana, me pongo mis audífonos y pongo a todo volumen a Queen.

No sé en qué momento me quedé dormida pero una ligera sacudida en mi brazo izquierdo hizo que me sobresaltara, era una señora medio gordita con lentes enormes sonriéndome.

-Hemos llegado linda- Tomó su bolsita rosa fosforescente y avanzó por el pasillo para bajar del camión.

-Gracias -Quitándome los audífonos

Bajé del bus para tomar mi mochila ridícula de rueditas que mi madre me forzó a llevar y con ese sonido tan peculiar que hacen las llantas contra el pavimento la arrastré hasta encontrar a mis parientes.

-Artemiza me alegra que hayas llegado- Sin importarle mi espacio personal me envolvió en un abrazo.

-El gran Dustin- Sabía que él no tenía la culpa de ser un genio y que me compararan constantemente con él- Le di un golpecito a su gorra- Es bueno verte.

-Bienvenida a tu nuevo hogar- Me recibió mi tía al igual que su hijo con un gran abrazo.

Nos encaminamos hacia su carro mientras mi tía hablaba sobre las cosas administrativas que tenía que hacer en la escuela ya que estaba llegando casi al final del ciclo escolar.

Dos meses, dos meses te faltaban para acabar el ciclo escolar repetía la frase de mi madre en mi mente después de recibir la noticia de que había sido expulsada.

Llegamos a mi nueva casa, me mostraron mi nueva habitación. Apenas me había quitado mis botas negras cuando la cabeza de Dustin se asomaba por la puerta.

-¿Qué?- Dejando caer con fuerza la bota en el suelo

-Voy a ir a ver a unos amigos ¿quieres venir?

Muy en el fondo quería decirle que no pero tenía una mirada tan tierna que mi corazón de roca se quebraba al verlo.

-¡Ash! De acuerdo- Regresé la bota a mi pie.

Salimos al patio donde me mostró mi nuevo vehículo, una bici algo vieja que tenía una canastilla enfrente y para ponerle la cereza al pastel un timbre.

- ¡Fabuloso!- Dije sarcásticamente

Seguí a Dustin y en el tramo de carretera que tomamos se escuchaba como se acercaba a máxima velocidad con la música alta un automóvil.

De la nada el auto bajó su velocidad y se escuchó una voz masculina.

-Vamos cerdito acelera o te atropello

-¡Basta! No lo molestes- La voz era de una niña

-Tu cállate

Observé como el terror se apoderaba de Dustin, seguía pedaleando su bici tratando de ignorar por completo los gritos del conductor, mi sangre comenzó a hervir y no pude quedarme callada.

-Cretino de mierda lárgate y déjanos en paz- Grité sin que mi voz temblara

Escuché el rechinido de las llantas anunciando que había frenado totalmente en medio de la calle ¿está loco?

-¿Qué acabas de hacer Artemiza? -Estaba sorprendido y lleno de terror no me sorprendería si terminara orinando sus pantalones.

Bajé de la bicicleta aunque aferrada al manubrio, tragué saliva y me puse firme, lista para pelear.

Te Odio Pero Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora