La escuela

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-¡Vamos Artemiza! Se hace tarde- Dustin entró como de costumbre a mi habitación para abrir las cortinas quemando mis retinas con la potente luz del sol.

-Dustin lárgate, no eres mi madre- Dije molesta mientras cubría mis ojos con la almohada.

-El desayuno ya está en la cocina, si quieres soy tu guía en la escuela para que puedas conocerla y no te pierdas- Haciendo caso omiso a mi comentario.

-¡Dios! Eres peor que una madre- Le aventé un cojín dándole directo en su cabeza.

Dustin salío corriendo de mi habitación riéndose.

Rendida y molesta me resigné a levantarme para prepararme para mi primer día de escuela.

Agarré un par de waffles de la mesa, los doblé para introducirlos en mi boca mientras me dirigía a mi lujosa bicicleta.

-Vámonos -Ni se me entendía nada por el gran bocado que muy apenas podía masticar

-No se que dijiste pero ya es hora- Mirándome con asco

Pasé el bocado -Es lo que dije- Limpié mis labios con el dorso de la chamarra de cuero negra que traía puesta.

Tomamos el mismo camino de ayer, no dejaba de mirar hacia atrás esperando a que en cualquier momento llegara de nuevo ese chico de ojos penetrantes.

La verdad sentí una punzada de desilusión al no encontrarlo en mi camino.

-Hemos llegado- Anunció Dustin por lo alto

Estaba repleto de estudiantes listos para sus clases, platicando con su grupito y copiándose la tarea.

Estacionamos las bicicletas, los amigos de Dustin no dudaron en acercarse y saludar.

-Hola Artemiza- Saludó Mike

-Hola Mike

-Ellos son Lucas y Max, faltan otros 2 pero se mudaron- Se apuró a decir Dustin

-Yo te conozco -Dirigiéndome a la chica pelirroja

-Mi hermano es el cretino de mierda- Contestó Max con sus mejillas sonrojadas

Chasquié la lengua -Ya veo, bueno tengo cosas que hacer- Hice el signo de paz y me alejé de ellos.

Entré a las instalaciones de la escuela y como es típico todas las miradas se fueron posando en mi, al principio me hacían sentir temerosa pero he creado un perfecto escudo para estas ocasiones, el truco está en no bajar la mirada y de vez en cuando verlos fijamente, así ellos bajarán la mirada y te ignorarán.

Llegué con la secretaria para explicarle que mis padres ya habían hablado con el director y que solo venía a entregar la papelería que habían pedido.

La secretaria me lanzó una mirada de pocos amigos debido a mi forma de vestir, aceptó mi folder amarillo y después de escanearme completamente con su mirada asesina me dirigió la palabra.

-Bien Artemiza solo quiero recalcar que no nos gustan las chicas problemáticas y debido a tu sucio historial académico no tendremos la más mínima tolerancia con usted

Sonreí amablemente -Gracias por su tiempo y comprensión ¿es todo? -Cambiando drasticamente mi sonrisa por una cara más seria y amenazadora

-Aqui estan tus horarios, salones y clases, se le estará monitoreando cada semana ya que como sabrá estamos a un mes de las graduaciones y usted será una graduada este año si se lo gana

-Así será- Tomé la hoja y me retiré

Que insoportable señora, me dirigí al casillero con el número 312, puse la clave que venía debajo de mi horario metí mi mochila y antes de cerrar el casillero vi la materia que llevaría para sacar mi libro.

Te Odio Pero Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora