02 𝄅 ᴛɪᴇᴍᴘᴏ ᴅᴇ ᴇꜱᴘᴇʀᴀ

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† - Auradon ; Dormitorios

Las chicas llegaron a su dormitorio así como los chicos al suyo, Evie admirando la luz solar y las cortinas bonitas sobre la cama y Mal repudiando la habitación por la misma razón.

Por el lado de los chicos, Jay y Carlos fueron los primeros en tomar uno de los videojuegos que encontraron encima de su mesa junto al gran televisor, mientras que Reed cayó tendido en su cama.

'Bien, lo primero que debo hacer es encontrar a Mirana, después de que probablemente diga lo mucho que lamenta no haber estado conmigo, le cuento mi trágica historia, me acerco más a ella, repito la misma rutina todos los días y tendré que ayudarla haciendo una que otra buena acción si quiero ganarme su confianza' pensó el pelinegro casi quedándose dormido por lo increíblemente cómoda que era la cama.

Evie y Mal entraron a la habitación de los chicos para decidir qué hacer con el tema de la varita, Reed tomó una chaqueta para salir del dormitorio e ir en busca de la hermana de su madre.

-"Espera, ¿a donde vas?"- le preguntó Mal con una ceja alzada -"Hay algo que debo hacer"- respondió Reedlard sin más.

-"Dijiste que nos ayudarías, necesito que me ayudes a controlar a estos incompetentes"- espetó Mal como si Reed la hubiera dejado sola para librar una guerra.

-"Dije que los ayudaría si eso no intervenía con mi propósito, como dije, hay algo que debo hacer"- nadie se atrevía a contradecir a Reed cuando estaba decidido y Mal no era una excepción, suspiró rendida, y el azabache sintió un 1% de pena por ella.

-"Oye, si no me toma mucho tiempo, vendré rápido al dormitorio y los ayudaré en lo que pueda, ¿bien?"- una ola de "bien" y "gracias" se escuchó de los cuatro chicos antes de que Reed saliera de la habitación.

[...]

Caminando por los pasillos, el chico de ojos negros se encontraba con la misma ropa con la que llegó, un pantalón negro con un parche en una rodilla y una cadena en donde va el cinturón, una camiseta blanca con estampado de calavera y un liquido rojo "desconocido" esparcido en lugares al azar, sus tenis negros y su chaqueta de cuero roja con una línea blanca. Su apariencia despreocupada combinada con su desprolijo cabello negro que caía en una perfecta cascada por su nuca, hacía que hombres y mujeres lo miraran sonrojados.

Algo muy diferente a los príncipes rectos y princesas delicadas que los de Auradon estaban acostumbrados a ver, el estilo rudo de Reed era como un vaso de limonada fría.

Salió de esa parte del castillo para dirigirse al jardín detrás de este, tendría que encontrar a alguien que supiera como podría reunirse con su tía.

Entonces lo vio, el príncipe de Auradon que caminaba apurado hacia su destino, lleno de trabajo seguramente, Reed se dijo a sí mismo que así sería su vida después de tomar las maravillas.

Se acercó a él rápidamente, siendo el príncipe, seguramente sabe donde se encuentra Mirana.

-"Ben"- Reed gritó un poco alto para que el príncipe se detuviera, las chicas y algunos chicos que estaban a su alrededor murmuraron lo "sexy" que sonaba su voz.

Ben sonrió nervioso al voltear y ver cómo el cuerpo más grande se acercaba a él. Benjamin no era un chico bajo, era relativamente alto para su edad, pero Reed simplemente estaba en otro nivel, probablemente sea una cabeza más alto y si hablamos de músculos, a simple vista Reed tenía un cuerpo delgado, pero si flexionaba, podía notar como los brazos del pelinegro son como mínimo el doble de gruesos que los suyos, cada paso que Reed daba aumentaba la tensión que sentía en sus piernas.

-"¿Necesitas algo, Reedlard?"- El príncipe preguntó cortés, sonrojándose un poco al darse cuenta de que su vista se desvió por un segundo a los labios rosas del contrario.

-"Solo Reed está bien"- dijo el pelinegro, únicamente su madre lo llama Reedlard, cuando sea rey seguramente todos lo llamarían majestad, así que dejaría que Reedlard fuera algo solo para su madre.

-"C-claro, Reed"- corrigió el castaño.

-"Ben, me gustaría saber si... si podría hablar con mi tía Mirana, es que yo- bueno, estuve pensando en que podría hablar con ella ahora que estoy aquí"- rascó su nuca y volteó hacia otro lado para parecer nervioso, tratando de conservar su fachada lamentable, Ben pensó que se veía lindo en ese estado.

-"Oh, la reina Mirana vive en el país de las maravillas, por su puesto, así que no se encuentra aquí cerca, y necesitas una identificación válida para viajar hasta allá, cómo llegaron hoy, ustedes aún no tienen sus identificaciones que aprueben su ciudadanía"- explicó Ben tratando de ser lo más sutil posible, viajar al país de las maravillas no era como visitar a tu vecino, era complicado poder pasar legalmente.

-"¿S-significa que no puedo verla?"- el tono lastimero que usó Reed hizo que la leve sonrisa en el rostro de Ben cayera, por un momento su cerebro se apagó y sintió que se derretía cuando el de cabello negro se mordió el labio con una expresión de tristeza y pronunció -"Está bien, gracias de todas formas"-

Reed frunció el ceño y giró para irse soltando una maldición en sus adentros, además de humillarse sonando tan patético, ni siquiera podría ver a Miranna aún, reunirse con la actual reina de las maravillas sería más difícil de lo que pensó. Antes de que pudiera marcharse, una mano lo tomó del brazo ligeramente.

Volteó a ver a Ben de nuevo, quien se encontraba en shock al sentir el musculoso brazo de Reed bajo su toque, este lo miró esperando a que hablara (y que soltara su brazo).

Ben carraspeó y dijo un "lo siento" cuando apartó su mano rápidamente del brazo del otro, como si hubiera tocado fuego.

-"La reina Mirana vendrá a Auradon para mi coronación, ella estará presente en el palco real para presenciarlo, llegará aquí unos días antes de la ceremonia para instalarse y se irá unos días después, así que podrás verla durante ese tiempo"- explicó Ben, haciendo el mejor esfuerzo por no tartamudear -"te haré saber cuando llegue"- terminó el castaño.

Reed sonrió levemente e hizo que las bocas de los que les rodeaban se abrieran al verlo. 'Hermoso' un pensamiento que todos compartían.

-"Gracias, príncipe"- Reed usó la etiqueta que su madre le había enseñado a usar con otros miembros de la realeza desde que era niño, en forma de agradecimiento hacia Ben.

Sin nada mas que decir, se dio la vuelta de regreso a su dormitorio, por ahora solo le quedaba esperar a que Mirana llegara a Auradon.

Sin darse cuenta que detrás de él, había un castaño sonrojado que con una mano tocaba su mejilla mientras miraba su otra mano, con la que había sostenido el firme brazo de Reed, el chico soltó un largo suspiro al ver la espalda del pelinegro marchase, se tomó un tiempo para recuperarse y también dejó el jardín.

「 ʀᴇᴇᴅʟᴀʀᴅ ᴅᴇ ᴄʀɪᴍꜱ ― ᴅᴇꜱᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇꜱ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora