04 𝄅 ᴄᴀʀʀᴇʀᴀ ᴇɴ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ ᴘᴀᴛᴀꜱ

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† - Auradon ; Salón de clases

Otra aburrida clase llena de cosas que ya sabía, Reed estaba cansado del día escolar más monótono que alguna vez tuvo, lo único emocionante que hizo hoy fue destrozar la espalda de un chico rubio con una sola tacleada, chico que, por cierto, estaba en el mismo salón que él.

El pelinegro estaba sentado al lado de Evie quien se encontraba muy ocupada apreciando el rostro del príncipe que tenía enfrente, mismo príncipe que tuvo que ir a la enfermería antes por una pastilla para su dolor de espalda.

El maestro llamó a Evie cuando la vio distraída de su clase, ella fue hasta el pizarrón y escribió lo que el hombre le pidió que hiciera sin ningún problema, la mágica ayuda del espejo en su mano no tuvo nada que ver, claro.

El príncipe rubio, a quien Doug presentó como Chad, hijo de cenicienta, sonrió cuando Evie demostró sus "habilidades" para estudiar. El rubio no le daba buena espina, así que Reed le dirigió una mirada de advertencia para que dejara de ver a su amiga, el joven encantador de cabello como el oro no pudo hacer nada más que bajar la cabeza, aún recordando lo qué pasó en el campo de Tourney.

[...]

Al fin libre de su horario de clases, Reed caminaba devuelta al campo junto a su amigo Carlos. Ben le había dicho que lo entrenaría por las tardes, pero al de cabello bicolor le daba vergüenza ir solo a entrenar con el castaño, diciendo que era tan malo que un bebé de cinco meses le podría ganar en un partido con protectores y dos árbitros de por medio.

Reed aceptó ir con él debido a que no tenía nada más que hacer, su agenda estaba libre ahora que debía esperar a que Mirana llegue a Auradon.

-"Gracias por acompañarme, Reed"- le dijo Carlos sinceramente, aunque siempre tuviera una actitud fría, Reed nunca lo dejó solo, siempre se preocupó por él y por los demás descendientes, reiterando una vez más, Reed siempre cuida a los que aprecia.

-"No hay problema, no hay nada para hacer en este reino aburrido"- con su indiferencia de siempre, Reed le restó importancia.

Ben sonrió con nervios e inconscientemente se acomodó el cabello al ver que Reed venía junto a Carlos, cuando ambos chicos estuvieron frente a él, habló.

-"Reedla- d-digo, Reed, ¿también vienes a entrenar?"- cuestionó el príncipe confundido, Reed ya era muy bueno en Tourney, de cualquier forma, su presencia no le molestaba para nada.

-"No, solo acompañaré a Carlos en sus entrenamientos"- contestó el azabache.

Ben sonrió enternecido al pensar en Reed preocupándose por su amigo más pequeño, 'los villanos también forman lazos' pensó el castaño.

-"Bien, lo primero que harás será correr, para ver qué tan rápido puedes ser. Okay, Carlos, empieza"- indicó Ben después de poner el cronómetro.

Reed se alarmó cuando un grito de terror se escuchó salir de Carlos, levantó la mirada para ver a su pequeño amigo ser perseguido por un perro que corría a toda prisa, volteó a ver a Ben, y sin pensarlo ambos fueron corriendo en la misma dirección que Carlos.

Cuando llegaron al bosque, Carlos estaba aterrorizado trepado en un árbol, mientras que el perro le ladraba desde el suelo. Antes de que Reed dijera algo, Ben se apresuró a hablar -"Tranquiló Carlos, no te hará daño, su nombre es Chico y es inofensivo, este perrito nos acompaña en los entrenamientos"- dijo Ben acariciando al perro que ya había dejado sus escandalosos ladridos.

Carlos le dio una mirada vacilante a Reed, quien extendió su brazo y ayudó a su amigo a bajar del árbol, aún sosteniendo el brazo del pelinegro por si acaso, Carlos se acercó al perro y lo acarició lentamente, dejando su mueca de miedo por una sonrisa.

「 ʀᴇᴇᴅʟᴀʀᴅ ᴅᴇ ᴄʀɪᴍꜱ ― ᴅᴇꜱᴄᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇꜱ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora