Eso fue raro. Esa chica era rara. — ¿A donde se fue? — Nunca perdía a mis presas, pero esta chica era rápida.
Había llegado a esta mugrosa ciudad por orden del maestro Zed. Aunque es una misión de reconocimiento, no se para que acepte si no había nada que matar, pero eso no significa que no puedo hacerlo si alguien era molesto. Nadie extrañaría a alguien aquí.
— ¿Qué es lo que viste Rhaast? — Le hablo a mi implemento agrícola. No creí que realmente esta cosa delirante sea un Darkin, pero el poder es poder. — No vi nada. —
— ¿Qué? ¿Acaso te estás oxidando? —
— Ya cállate Kayn, esa mujer estaba loca, más loca que tú. Su cabeza está tan mal que sólo veía recuerdos distorsionados, explosiones, monos y un maldito rinoceronte. — Lo escuche hablar mientras recorría las paredes. Si incluso esta guadaña parlanchina decía que esta mujer estaba loca lo estaba.
— ¿La matamos? —— Eventualmente. —
— Deja ese tono tan aburrido, la edad se te nota. — Lo escuche chasquear la boca en mi cabeza. — Soy un ser con milenios de conocimiento, he visto eras y eras pasar, para que un mocoso venga a decirme viejo. —
— Entonces si lo estas. — Me gruñó.
— ¿Paramos a almorzar? —— Esta comida se ve asquerosa. —
— ¿Cuando cortas no bebes la sangre de mis victimas? —
— La sangre es una cosa, la comida local... — Vimos algunos platos de comida y algunos de estos parecían seguir con vida. — Si, ya entendí. —
Paramos en un puesto de comida, la gente me veía raro por no llevar camiseta. Podía matar tranquilamente en Zaun, pero aquí arriba es diferente. Uno, tres, siete... guardias alrededor, me estaban vigilando. Termine de comer y agarre a Rhaast. Comenzamos a hacer turismo por las paredes y no llamar la atención. Había mucho vapor y máquinas por todas partes, pero era más respirable que abajo. Subí hasta la torre del reloj y me dedique a ver por si había algún movimiento de Jhin. Hace poco habían sucedido un par de asesinatos. El maestro Zed me pidió identificar a Jhin en la ciudad y comprobar que era él. ¿Como haré eso en una ciudad donde cualquiera parece ser unos narcisistas con complejos teatrales?
Y así pasaron tres días...
— Estoy comenzando a aburrirme. —
— Algo en lo que coincidimos. — Tanto Rhaast y yo comenzábamos a hartarnos de esto. — ¡Aparece de una maldita vez, carajo! — Dije lanzando mi bebida al vacío. Le termino por dar en la cabeza a uno de los guardias y me escondí. Ya habían pasado 5 días por los asesinatos y dicen que tiene una manía con el número cuatro, si es así debería8
matar al cuarto día, ¿no?— El aburrimiento te está haciendo delirar. —
— Solo quiero terminar rápido con este trabajo. Entre más rápido lo encontremos, más rápido volvemos a matar. —
— ¿Quieres más halagos por tus asesinatos? —
— ¿Y tú quieres que te lancé desde sesenta metros? —
— Me quieres demasiado como para hacerlo. —
— ¿Apostamos? — Le respondí estirando mi brazo con él. — Hecho. — Arrugue las cejas por su confianza.
— ¿Sigues hablando con tus armas Kayn? — Me levante de inmediato y colocándome en posición de pelea al reconocer esa voz tan molesta. — No esperaba verte por aquí, Akali. — La nombrada estaba recostada en la puerta de reloj, girando un Kunai en su dedo. Dejó de girarlo y me miró. — ¿Jhin? —
— ¿Y a ti que te importa? — Dije volviendo a sentarme. — Bueno... tenemos el mismo objetivo. ¿Ya lo has visto? —
— Esa rata parece que no quiere salir de su escondite. —
— Entonces apenas llegas. Yo ya lo encontré una vez. ¿Ves? Hago mejor los trabajos. —
— Ñagi mejur os tabajos — Le arremede.
— No es como si lo hubieras matado. Quien va a llevar la cabeza de Jhin a su maestro seré yo. — Le advertí alzando a Rhaast en su dirección. Ella pareció sonreír debajo de esa máscara. — Bien, veamos quien mata a Jhin primero. — Se fue y me quede con Rhaast otra vez.— ¿Vas a desobedecer una orden? —
— Al maestro Zed le complacerá más tener su cabeza en una bandeja. —
— Y creí que ya habías pasado por la edad del burro, pero se ve que tienes retraso. —
— Al menos yo no estoy atrapado en un implemento agrícola. —
— ¿Te ofendí? Que llorón. —
— Bien para abajo. —
— ¿Qu-? ¡KAYYYN! — Fue lo último que escuché decir antes de larzarlo. Me arrepentí poco después porque tenía que bajar las escaleras. Antes de bajar una explosión atrás de mí hizo que volteara a ver. Una parte de la ciudad estaba en llamas ahora mismo. No parece algo que Jhin haría, pero me daba curiosidad quién simplemente hacía explotar una ciudad pacifica. — Bueno, las cosas ya no van a ser tan aburridas. —
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Más allá de la escena
FanfictionHistoria sobre el ship del juego League of Leyends Jhin x Jinx