Más allá de la escena

Capitulo 27

Salí de la fabrica para buscar a Ziggs, después de dos días me acordé de él, asi que tome rumbo al orfanato, pero todas las personas que buscaba este tipo era el último. — Mis acosadores están en aumento. — Solo me giró los ojos y me apunto con la guadaña. — Tú pareces estar metiéndote en mi camino. ¿No tienes nada mejor que hacer que perseguirme? — Empuje la guadaña mientras arrugaba mi cara. — ¿Perseguirte? ¡Ja! Pareces que tú me sigues. Ya piérdete loco. — La gente de alrededor se alejo un poco, la calle concurrida ahora estaba desierta. Por alguna razón el bufó. — ¿Por qué no haces lo mismo que los demás y te apartas enana? — Parpadeé un par de veces. — ¿Cómo me dijiste? — Este chico apenas y le llegaba al pecho a Jhin, no había mucha diferencia con él, tal ves poco más de diez centímetros, ¿quién se creía él? Ni Jhin la llamaba enana, nadie se había metido con su estatura. — ¿Tan bajo estas que no escuchas bien? — Las personas alrededor que se quedaron se sentaron juntas y comenzaron a apostar dinero. — ¿Y esos que hacen? — Pregunto desviando la mirada a los tipos, uno de ellos sacó un cigarrillo y le hecho una calada. — Todo a Jinx. — Bajo su distracción agarre el mango de la guadaña y le pegue un puñetazo en la cara que lo hizo retroceder. — ¿Pero qué mierda? — Parecía que mi golpe le sorprendió bastante, incluso soltó la guadaña para sujetarse su nariz. — No pegas mal. — Sonrió de lado, pero se veía molesto. Mire la guadaña, vi como el ojo se movía, incluso volví a escuchar su voz. — ¿Te dolió el golpe de una enana, Kayn? — Se burló la guadaña. — Así que te llamas Kayn... supongo que lo recordaré. — Moví la guadaña y la clave en el piso. Era más grande que yo y sostenerla me daba un cosquilleo extraño en la piel, como si una energía brotará desde mi mano por el resto de mi cuerpo y se expandiera. — ¿Qué crees que haces? Ya tengo suficientes sustancias raras en mi cuerpo como para que quieras poner más. —

Dio una leve carcajada. — Y yo que creía que Kayn estaba loco por la guerra, pero tú, tú estás rota en todo. ¿Sigues viéndolos? Todo es tu culpa... ¡Todo es tu culpa! ¡Tú los mataste a todos! — Tire esa cosa al suelo y dio un paso atrás. Mi cabeza se lleno de imágenes de ese día. — ¡No, no, no! No fue mi culpa... fue un accidente, lo siento... — Golpeé mi cabeza tratando de que esos recuerdos se alejaran. Alcé mi vista y podía ver a Claggor, Mylo y Vander...

Nos mataste Jinx.

Todo hubiera salido bien si te quedabas en casa.

Siempre causas problemas.

— Ustedes están muertos, ustedes están muertos... — Me dije a mi misma jalando mi cabello y mordiendo mis labios. Mire a Kayn quien agarró de nuevo la guadaña. Saque a pum-pum y le apunté, ese chico me estaba volviendo loca. Apreté el gatillo, pero no pude disparar.

— ¿Por qué me disparaste, pequeñita? — Escuche su voz... La visión de él se acercó a mi, podía escuchar el sonido de sus botas golpeando metal, aunque no hubiera más que tierra... Estas no son ilusiones mías, no era el Silco que se me aparecía siempre, el no habla, nadie habla... porque no recuerdo su voz. Dispare, dispare a todos lados gritando y tratando de darle a esa maldita guadaña. — ¿¡Qué me hiciste!? — Los hombres se fueron a cubrir rápidamente en callejones para que las balas no le dieran. Por más que tratara de darle ninguna bala le daba. Volvió a pasar las paredes y se fue. — ¡Vuelve aquí maldita guadaña! — Saque a carapescado y comencé a destrozar el lugar. ¿Donde se metió? ¿¡DONDE SE METIÓ!?

— ¡AHHHRG! — Tire a carapescado al suelo y me arrodille en el suelo sujetando fuerte mi cabeza, la maldita risa de esa cosa, aun podía escucharlo. Golpeé mi cabeza hasta que deje de oírlo. Voy a fundir esa cosa y volverla chatarra, después la botaria entre la mierda de la gente. Cerré mis ojos un momento y trate de tomar aire nuevamente. Suspire y me estire un poco para agarrar a carapescado, pero entre en alerta cuando sentí una mano en mi hombro. Hale a la persona y de inmediato le puse a chispitas en la cara.

Reaccione al sentir su mano en mi cara, era Jhin. — ¿Por qué lloras pequeña hortensia? — Me relaje de nuevo y paso mi mano por mis mejillas, recién me doy cuenta que estaba llorando. — No importa, lo resolveré después. — Se levanto primero y luego me extendió la mano para que yo lo hiciera. — Si que llamaste la atención. — Ambos miramos el desastre que había hecho. Carajo destroze todo alrededor. Por inercia me reí. Ojalá esto hubiera sucedido en Piltover, hubiera sido mejor. Apoye mi cabeza en su pecho y cerré mis ojos. — Necesito volver a dormir, me dio una jaqueca. — Sentí como palmeaba mi cabeza. Lo abrace, después de Silco no había abrazado a ninguna otra persona, ¿por qué con él si? Me sentía cómoda con él. ¿Familiaridad? ¿Por qué nos acostamos? Hmm no importa realmente, solo quiero olerlo un poco más y su pecho es duro. Afloje mis piernas y me guinde de su torso. — Estoy cansada... Cargame. — Bufó tras la máscara, palmaditas en mi espalda para separarme. Me puse a carapescado en la espalda y en la suya a pum-pum. Dí un salto y me atrapó. — ¿Tú espalda puede con el peso extra? — Me burle y trato de soltarme, me aferré con las piernas a su cintura y con mis manos a su cuello.

— Es broma, que no te afecte. — Lo escuche murmurar algo en otro idioma y me reí. Le di un beso en la mejilla de la máscara. Mire a la gente que salía de los escombros y miraban todo. — ¿No tienen nada mejor que hacer? — Se hicieron los locos y volvieron a ayudar a las personas que se quedaron abajo y salvar sus cosas. Que metiche llegaba a ser la gente.

— ¿No ibas a ver a tu amigo Yordle? — Hice una mueca, lo había olvidado. — See, cambio de dirección. ¡Hacia el orfanato! — Me separe un poco alzando un brazo. — No te voy a cargar hasta haya. —

— ¿Por qué? ¿La espalda no te da? — Esta vez hizo más fuerza en tratar de separarme, aún así no pudo. — Me sirve que seas Jonio, hay un niño haya que es de Jonia y no sabe hablar nuestro idioma. —

— ¿Ahora soy tu traductor? — Asentí. — ¿Lo harás? —

— ¿Tengo más opción? — Negué con la cabeza. — Hoy el día lo pasas conmigo. Además... ¿a donde vas? Aveces no estas cuando voy a buscarte. —

— Suelo ir a respirar a Piltover, el aire de aquí me está comenzando a afectar poco a poco. — Dijo raspando la garganta. — No te enfermes, luego te consigo una máscara. —