Estos días hubieran pasado sin inconvenientes de no ser por cierta jovencita inquieta que no paraba de estar en un lugar a otro.
— Oye número cuatro, me aburro. — Dijo la pequeña hortensia guindada en una de las vigas de la fábrica, como un murciélago. Había notado mi fanatismo hacia el número cuatro y desde ahí no ha dejado de la llamarme así. — Oye número cuatro, hagamos explotar algo. Este lugar es deprimente. —
— No puedo pequeña, estoy trabaja- —
— Trabajando en tu gran-gran obra maestra, si lo sé. Lo has repetido todos estos días. Pareces una grabadora. — Gruño un poco por su interrupción. — Si, necesito que el escenario sea perfecto... — Dije terminando de hacer otra flor de loto.
— Mira mi flor — Mire hacia arriba viendo una desastrosa imitación de mis bellas flores llena de diferentes colores de pintura. Se giro colgando de un brazo y bajo poniendo la flor en el suelo. Luego tiro una pequeña bola de papel activando la trampa generando una pequeña explosión de confeti y humo.
— ¡Ta-da! ¿Me quedo bien, no? — Dijo con una sonrisa orgullosa en su rostro, por mi parte sufría el destino poco digno de mía flores. — Ven aquí Jinx. — Le estire mi mano y me vio parpadeando un par de veces. — ¿Pasa algo? — Le pregunte al ver que no reaccionaba. Pareció salir de su trance y tomó mi mano. — S-si, pero acabo de tener un déjà vu tremendo. Esos recuerdos que te vienen a la cabeza cuando haces algo parecido pero casi lo olvidas, la sensación es extraña. — Comenzó a hablar una vez que se sentó en mis piernas. — ¿Esta posición te recuerda a otra persona? — Le pregunte jugando con una de sus trenzas. ¿Por qué mantenía tan largo su cabello si no puede cuidarlo como se debe? — Si, un poco. No te pongas celoso. — Comenzó a jalarme las mejillas y haciendo una cara boba. ¿Yo celoso? Eso era gracioso, pero no mentiría al decir que sentí cierta incomodidad cuando dijo que le recordaba a alguien más... ¿Realmente podría sentir celos por esta persona?
— ¿Estar encima de mí te gusta? — Soltó un pequeño bufido. — Puede ser. —— Bien, entonces te dejaré sentarte mientras no degrades mis preciosas flores a... eso. — Apunte a su extraña creación. — Viejo amargado. — Murmuro. — ¿Disculpa? —
— Nada. — Volví a trabajar en mis flores, aunque un poco más lento al tener a Jinx encima. Pareció interesarle el proceso de construcción. — ¿Qué son esos símbolos? — Me pregunto mientras tallaba en el metal. — Runas. — Las nombradas brillaron un momento y luego se desvaneció su brillo. — ¿Qué son y para qué sirven? —
— Son inscripciones mágicas que le dan más poder a mis armas. — No despegaba la vista de las runas. — ¿Entonces eres un mago? — Negué con la cabeza dejando de lado la flor terminada y agarrando los materiales para crear otra. — La mayoría de los jonianos tenemos habilidad para la magia en pequeña cantidad al vivir en el lugar más puro de la magia, pero no siempre podemos sacarle provecho como las criaturas mágicas o los magos, así que usamos runas como ellos, pero no somos tan poderosos. —
— Vaya... no entendí mucho, pero que genial. Un momento... — Se levanto y fue a traer a su arma de tiburón. — ¿Puedes hacer lo mismo con este bebé? — Tenia una cierta sonrisa maniática en su rostro y llena de excitación. — Pero solo tendrá efecto una vez. — Le indique para que acercara su arma a la mesa. Salto de alegría y cuando termine parecía que iba a estallar de tanta energía. — Mamá ya te quiere poner a prueba. ¡Vamos por Ziggs! — Me tomo del brazo y me jaloneo del brazo. — ¿Yo también? — Asintió frenéticamente.
— ¡Hagamos explotar gente! —— No creo que Ziggs te deje hacer eso. —
Se detuvo al oírme. — Si tienes razón, él es muy blando. — Dijo con un leve puchero. Me levante de la silla y agarrando mi máscara agarre su mano.
— Entonces hagamos esto solo los dos. Puedes tomarlo como una cita. —— ¿Una cita? ¿¡Enserió!? ¿No debería vestirme mejor? — Pregunto mirando su ropa y la jale para que caminara. — Así esta bien, te vez perfecta aunque siento que el color violeta hace resaltar tu piel con poco de dorado en los bordes... si un vestido así te quedará bien. — Soltó una leve carcajada. — Los vestidos casi no son lo mío a menos que sea para guardar armas debajo. —
— Un vestido de noche con corte en V para el escote luciría tu piel...Perdón me desvíe del tema. — Dije aclarando mi garganta. — Parece como si estuvieras planeando una cita elegante para después. —
— Puede ser. — Le sonreí. — Ah... ¿enserió? — Asentí. — Me gustaría que estuvieras en primera fila para mi gran obra. — Eso pareció emocionarla. — Antes de que me vaya. — Su emoción pareció desvanecerse en un instante, esta chica a veces era muy fácil de leer.
— Cierto, solo te quedan tres semanas antes de que vuelvas a la cárcel... Qué feo tu caso amigo. Bueno no perdamos más tiempo, ya quiero ver el ¡Kaboom! Que hará esto — Salimos y caminamos hasta uno de los edificios más altos de Zaun con nuestra vista en dirección a Piltover. Era uno de los edificios que unían el puente de las ciudades, así que estaba ligeramente abarrotado. — ¿Cuál zona deberíamos hacer explotar? — Me pregunto sin ocultar la emoción en voz. Le sonreí debajo de mi máscara y toque su hombro. — Cualquiera estará bien para esta prueba. Sorpréndeme. — Alzo su arma en su hombro y apunto al puerto. — Esto le gustara a la señorita sombrerotes. — El arma comenzó a cargar una gran energía... era muy potente y Jinx solo sonrío. — Vamos bebé... — Llegue a pensar que arma explotaría antes de que disparara así que trate de detenerla, pero disparó. Creo una onda expansiva que me alejó de ella, casi haciéndome tropezar, las personas cercanas también se vieron afectadas y apenas se disipo corrieron de la zona. Jinx fue empujada levemente hacia atrás tras el disparo y se escucho una estruendosa explosión. La risa maniaca de Jinx no se hizo esperar al ver lo que había hecho, el misil no fue al puerto, se desvió y termino cerca de la zona comercial.— ¡JAJAJAJA! ¿Lo viste? Fue tremendo, aún se ve el hongo. — Puso su arma en su espalda y se sentó en la barandilla y agito sus piernas mirando el lugar y cerrando sus ojos mientras disfrutaba los gritos de las personas. Consideraba esta vista como una peculiar muestra de belleza, esta mujer poseía una belleza extraña y... literalmente explosiva y caótica. No podía dejar de mirarle. Que extraño... — ¡Alto ahí! — Escuchamos a varios vigilantes correr hacia nosotros. — Es hora de irse, buena suerte huyendo cuatro. — La mire saltar de la barandilla y dejarme ahí. Me quede quieto y deje que ellos siguieran hacia el borde, me ignoraron y salieron corriendo tras ella, cuando me asome ella me miro con confusión. Yo no había disparado esa cosa y mi cara aquí nadie la conoce, no tenían razones para intentar capturarme. Me incline en forma de despedida. Lo ultimo que vi fue como la perseguían y yo volví a la fabrica para seguir trabajando.
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Más allá de la escena
FanfictionHistoria sobre el ship del juego League of Leyends Jhin x Jinx