Capitulo 4

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La tos era constante y la picazón de los ojos solo hacía que lagrimeara, no podía ver nada, ni si quiera podía divisar sombras ¿Cómo llegó ahí? ni si quiera podía responder esa sencilla pregunta, solo estaba en frente de su computador surfeando el internet hasta llegar a una pagina con distintos mensajes ocultos y de repente todo fue oscuridad.

Hasta ahora no había encontrado nada y en cuanto vio esa casa iluminada con una luz tenue y anaranjada, no tenía un foco de luz donde se pueda ver, no quería entrar, pero tanta oscuridad rodeándola le atormentaba. Al llegar era como ver una casa infantil, sencilla, pero con olores completamente desgastados. al abrir la puerta de la casa solo la recibió un horrible chillido de puerta y nuevamente oscuridad, aunque ahora si podía divisar algunos objetos, los cuales entre estos había una lampara encendida, tintineaba como si amenazara apagar.

Siguió paseándose por la casa, estaba tan helado que apenas podía sentir sus dedos. Toda la casa se sentía como si todo lo hubieran dejado tal cual y se hubieran ido, a excepción de una sala apartada que al parecer era un estudio por los caballetes y lienzos esparcidos en el suelo.

Fue a la única puerta que tenía pendiente por ver, donde se podía escuchar a la lejanía voces ¿Una canción? ¿una discusión? oh puede ser tal vez una simple conversación. Pero sin duda alguna no era agradable.

Julie tarareaba completamente alegre, estar con Wally solo hacía temblar su tierno y cálido corazón, no podía ser otro, solo debía ser él ¿acaso así se sentía el amor? porque era tan dulce, tan empalagoso, era como la miel

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Julie tarareaba completamente alegre, estar con Wally solo hacía temblar su tierno y cálido corazón, no podía ser otro, solo debía ser él ¿acaso así se sentía el amor? porque era tan dulce, tan empalagoso, era como la miel.

Como la cual estaba puesta en los panqueques, los cuales disfrutaba con su querido Wally y su peculiar forma de solo ver la comida y juguetear con esta mientras se enfría. Wally En cambio disfrutaba verla comer, tenía en sus mejillas migas de los panqueques y miel, se veía hermosa, tierna y hasta si fuera una manzana apetitosa.

 ambos estaban en silencio, deleitando sus miradas al otro, sin crueles pensamientos, sin dolor, sin penas, todo era amor puro, uno que todo enamorado deseaba tener. uno dulce y perfecto del cual simplemente se vivía en la casa de Julie.

—Julie, te amo —Julie se detuvo, lo había dicho de forma tan directa que le era imposible no pensar que hablaba en serio, oh bueno si lo hacía, pero al ser palabras que siempre dice a cada vecino le quito el peso de la esperanza de ser algo real, por ello simplemente sonrió con sus mejillas mas rojas —yo también te amo Wally.

—no Julie, lo digo en serio. Te amo y amo todo de ti, tus ojos, tu sonrisa, tus cuernitos, tu cabello, tu nariz —Wally no paraba de decir todas las partes de Julie, en cambio ella simplemente se sonrojaba hasta las orejas — tus labios, tus pestañas, tus orejas...

—¡y-ya entendí! ¡ya entendí! —Julie rio completamente roja y avergonzada a la vez que sacudía sus manos en frente de él —¡oh! claro, tus manos también las amo.

Julie lo miró y no pudo evitar reír, completamente roja y con todos sus dientes frontales expuesto, para Wally fue la sonrisa más perfecta de Welcome Home, la sonrisa de quien amaba. Sin duda deseaba escuchar siempre esa sonrisa. Julie sintió su mirada, esos ojos negros completamente grandes y redondos fijos en ella ¿acaso se podía disfrutar más ese momento.?

Muñequita de Miel (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora